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Emilia no paraba de ver su espejo con la pestaña de la foto de Ámbar y Benicio besándose abierta, ¿por qué se sentía así? A ella estaba segura de que no le gustaba Benicio, pero aún así se sentía triste
—Em— bloqueó rápidamente su celular y aclaró su garganta mientras su mejor amigo se sentaba junto a ella —¿Desde hace cuánto estás aquí? Jim, Ramiro, Nico y yo te hemos estado buscando por todo el instituto
—Me levanté muy temprano así que decidí caminar un poco— Simón asintió, sin embargo, no le creyó nada, la conocía muy bien y sabía que algo más le pasaba pero decidió no preguntarle, seguramente le contaría cuando estuviera lista —¿Cómo te sientes?
—Bien— respondió un poco confundido —¿Por qué la pregunta?
—Por... ya sabés... El beso— vaciló un poco antes de decirlo, si Simón no sabía no quería que la noticia le cayera mal
—Sí, estoy bien— se encogió de hombros asintiendo y bajando la mirada —Debí saber desde un principio que alguien como Ámbar jamás se fijaría en alguien como yo
—Hey, Simón, no digas eso— lo tomó del hombro y el morocho la miró —No sabe de lo que se pierde— Simón le sonrió —Ahora vamos que llegaremos tarde
Ambos se levantaron y se adentraron al instituto
[ e n e l s a l ó n d e p o c i o n e s ]
Nina y Michel rieron al ver el ojo morado de su amigo, éste sólo rodó los ojos y tiró los libros en la mesa donde se sentaría que estaba junto a la de ellos
—No veo qué tiene de gracioso— murmuró entre dientes
—Que pareces un panda— Nina siguió riendo mientras Benicio rodaba los ojos otra vez
Dos demonios entraron al salón hablando sobre hasta donde pudieron estudiar hasta el momento para el exámen de Runas, pero cuando iban hacia su mesa la chica se detuvo
—Por los dioses, ¿qué te pasó?— preguntó Emilia preocupada cuando vió a Benicio
—Matteo me golpeó ayer a la salida— Nina y Michel por más que lo contuvieron, no pudieron y empezar a reír otra vez, pero ante la mirada fulminante del semidiós volvieron rápidamente a sus puestos
—Te lo merecías— Benicio la miró atónito
—¿Disculpa?— preguntó ofendido
—Digo, nadie te mandó a besar a su hermana menor ¿o sí?— cruzó los brazos para encoger los hombros
—Mira preciosa, que estés celosa de mí y de Ámbar no significa que defiendas a Matteo por como me dejó la cara— Emilia negó riendo irónicamente —Ya dejemos ése tema, mejor siéntate que te explicaré pociones
—No, no, tranquilo, no hace falta, estoy segura que entenderé, y ni te molestes en aparecer por la biblioteca ésta tarde porque no voy a estar ahí— lo miró molesta por última vez y se fue con Simón dejando a Benicio con la palabra en la boca
Al salón entró Ámbar junto a Matteo, Delfina y Jazmín sientiendo como todas las miradas se posaban únicamente sobre ella. No era normal ver que la responsable hija del director ande rompiendo las reglas del colegio por ahí
La rubia simplemente los ignoró y fue con cara de indiferencia hacia Benicio
—Matteo quiere hablar con nosotros en el desayuno— se sentó junto a él sin invitación
—¿Sobre qué?— no quería terminar con el otro ojo morado
—Sobre nuestro noviazgo, tonto— obvió rodando los ojos
—¡¿Noviazgo?!— gritó en susurros alterado
—Benicio, el beso fue más que claro, debemos estar juntos— le sonrió pero Benicio seguía perplejo por la noticia que le acababa de dar —Ven aquí, te ves fatal con ése ojo morado— Ámbar puso la palma de su mano en el ojo de Benicio y en cuestión de segundos la sacó dejando ver el ojo de Benicio que estaba intacto, sin el morado —Ventajas de tener una novia ángel— le guiñó el ojo
[ e n e l d e s a y u n o ]
—Lo que sea que tengas, la culpa no la tienen la lechuga— aclaró Delfina al ver como Jazmín clavaba su tenedor violentamente en su comida
—Sí la tiene— señaló a Delfi con su tenedor y unas cuantas algas salieron volando a la cara de la hada —Estoy molesta, Delfi, Sebastián me dijo que era linda
—¿Y? Eso es bueno... ¿no?— cuestionó con un poco de inseguridad
—No, bueno... al principio lo fue, pero después dijo que la planta de la bibliotecaria era linda, entonces ahora no sé si él me ve linda como chica o como planta
—Ay Jaz— negó riendo
—¿Y tú?— recargó su barbilla en la palma de su mano con el codo firme en la mesa de madera del patio
—¿Y yo qué?
—¿Matteo te ha dicho linda?— los colores automáticamente se le subieron a las mejillas de la hada —Hoy en pociones se les veía muy juntos
—Porque éramos compañeros y la mesa es muy pequeña, nada más— Jazmín sonrió con picardía
—Como digas— Delfina rodó los ojos y volteó a ver hacia la mesa más alejada donde estaba Matteo hablando muy serio con Ámbar y con Benicio
—No me gustó para nada la manera en la que me enteré de su relación, iniciando porque los besos están prohibidos dentro del instituto— Benicio miró a Ámbar y ésta se encogió de hombros disimuladamente —Pero siempre te he apoyado en todo, Ámbar, ésta vez no será diferente— Ámbar sonrió y se levantó para abrazar a Matteo fuertemente
—Gracias, gracias, gracias— le besó la mejilla —Te adoro
—Y tú— señaló a Benicio serio cuando se separó de Ámbar para después sonreír —Cuida mucho a mi hermanita
—Lo haré— Ámbar ésta vez corrió a los brazos de Benicio y lo abrazó por el abdomen
—Esto merecen fiesta, ¿no creen?— los miró a ambos con una sonrisa pero sobretodo a Matteo
Rió por lo bajo —Hablaré con mamá y papá
—Eres el mejor— le lanzó un beso y su hermano dió un asentimiento de despedida para irse dejándolos solos
Delfi se levantó de su puesto para ir tras de Matteo pero paró en seco al ver como él tocaba el hombro de Emilia y ésta volteaba
—Hola Matteo— la rubia sonrió
—Hola— Emilia se levantó de la banca donde estaba sentada y lo miró atentamente —Sabes, posiblemente haya una fiesta de noviazgo en mi casa éste fin de semana y sería muy vergonzoso que yo me apareciera solo, así que quería saber si querrías ir conmigo
Delfina bajó la mirada y volvió a su mesa, y ninguno de los dos se dió cuenta de su presencia
—Me encantaría— Matteo sonrió —Mientras nosotros no seamos la pareja que festejan— Emilia cerró los ojos por su mal chiste pero se tranquilizó cuando escuchó a Matteo reír
—Descuida, la pareja es Ámbar y Benicio— la sonrisa de la demonio se borró al oír sus nombres juntos
—Por supuesto— murmuró asintiendo
—Apropósito, Simón me comentó que necesitas ayuda en Runas, si quieres te ayudo
—¿Enserio harías eso por mí?
—Haría cualquier cosa por una amiga— otra sonrisa que se borró, Emilia iba a empezar a no sonreír tanto cerca de Matteo —Nos vemos el clase— le dejó un beso en la mejilla y se fue hacia el instituto
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ʟɪᴛᴛʟᴇ ʜᴏʀɴs《ʙᴇᴍɪʟɪᴀ》
AcakDurante siglos siempre había sido lo mismo, los ángeles y los demonios debían estar separados pero las cosas cambian cuando la academia de Olympic High para criaturas místicas y allí todo cambia. Emilia Blackwood, una joven demonio que no está para...
