[ d é c i m o q u i n t o c a p í t u l o ]

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Las risas de Emilia y Matteo se llenaron todo el jardín trasero apenas pisaron el lugar

—¿A dónde me llevas, Matteo?— preguntó entre risas mientras él la llevaba de la mano corriendo a quién-sabe-donde —La fiesta está adentro

—La fiesta está muy aburrida— respondió haciendo una mueca, calmó sus pasos y Emilia observó todo a su alrededor

—Esto es hermoso— comentó por lo bajo

El jardín estaba lleno de distintas flores, como unos seis árboles con frutos, una pequeña cascada, una mesa para cuatro en el centro y una banca de roca junto a la cascada

—Mamá se esmeró mucho con éste jardín, ven, vamos a sentarnos— la guió hasta la banca y se sentaron uno frente al otro

Miraron hacia el frente observando el jardín detalladamente, faltaba poco para que el sol se ocultara y Matteo planeaba verlo junto a Emilia. La susodicha volteó hacia él y Matteo al notar que lo veía también volteó hacia ella para sonreírle

—¿Pasa algo?— Emilia asintió

—Eres... la mejor persona que he conocido— dejó escapar una pequeña sonrisa —Es increíble que trates tan bien a una extraña, sobretodo si es un demonio... como yo

—Eso es lo de menos, Emilia— la volvió a tomar de las manos mirándola directamente a los ojos —Te diré algo, no dejes que nadie se crea superior a ti porque eres un demonio, porque aún así tienes un gran corazón... algo que muchos no tienen

Emilia sonrió por las palabras de Matteo, ni sus amigos le habían dicho algo parecido a eso. Ambos se sonrieron pero voltearon al instante cuando oyeron como un tercero carraspeaba

—¿Interrumpí algo?— preguntó Benicio fingiendo inocencia y Emilia lo fulminó discretamente con la mirada

—No, claro que no— Matteo se levantó rápidamente —¿Qué pasa?

—Ámbar está allá adentro buscándote como loca, yo supuse que estabas aquí— miró de reojo a Emilia

—Iré con ella, ¿vienes, Emi?— le extendió la mano

—Claro— tomó la mano de Matteo y se levantó para salir junto a su acompañante pero sin quitarle la mirada de encima a Benicio

[ a d e n t r o ]

—Cuéntame de ti— Jazmín frunció el ceño mientras ambos seguían bailando

—No sé qué contarte— se encogió de hombros haciendo una mueca

—¿Cuáles son tus gustos? ¿Qué te apasiona?

—Bueno... Me encanta el diseño, siempre que puedo ayudo a Delfi con vestidos y atuendos, quiero dedicarme a eso ¿sabes? Pero... Mis padres dicen que eso es cosa de hadas— bajó levemente la cabeza

—Creo que están muy equivocados, si quieres ser algo lucha por conseguirlo sin importar lo que te digan los demás— la pelirroja sonrió levemente

—¿Y a ti? ¿Qué te gusta?— Nico sonrió

—Muchas cosas, pero sobretodo la música, si no escucho al menos una nota musical en todo un día simplemente no puedo estar tranquilo

—¿Qué opinan tus padres de ello?

—Pues... No les he dicho, pero seguramente se volverán locos— Jazmín rió

—Que fiesta tan aburrida— comentó Nina y Michel asintió apoyándola —Casi tanto como la pareja principal— ambos vieron hacia Ámbar y Benicio que apenas y se veían —Se nota que ser novio de Ámbar ya no es su sueño

—¿Pero sabes cuál es el mío? Bailar con Luna— Nina rodó los ojos divertida

—Ve por ella— Michel sonrió de lado y fue hacia Luna

Michel tomó la mano de la castaña caramelo dándole una vuelta para apagarla a él y tomarla de la cintura —¿Bailemos?

Luna ocultó su pequeña sonrisa y encogió los hombros fingiendo desinterés —¿Qué más da?

Ámbar observó como su madre hablaba animadamente con unos señores amigos de la familia, pero ella ni los conocía, así que decidió salir rápidamente aprovechando que nadie la veía. Llegó casi corriendo al jardín y se sentó en la banca junto a la cascada

—Hola— giró su cabeza levemente sobresaltada —¿Estás bien? Te ví salir y... me preocupé

—Estoy bien, no tenías por qué seguirme— respondió mirándolo seriamente hasta que desvió su mirada de la suya —¿Santos, no?

—Simón— sonrió levemente

—Es casi lo mismo— rodó levemente los ojos y Simón se sentó atrevidamete junto ella pero antes de que Ámbar pudiera reclamarle, él habló

—Es hermoso— la rubia volteó hacia el detallando cada facción de su perfil

—¿El jardín o el atardecer?— el morocho la miró y sonrió

—Los tres— respondió mirándola a los ojos —Porque tu collar también está hermoso

Ámbar salió de su trance y asintió tocando la piedra de su collar —Fue un regalo de mi mejor amiga

—Debes ser muy especial para ella, ¿es un rubí u otra piedra?

—¿Rubí? ¿De qué hablas? La piedra es blan...— se calló apenas vió el color rojo intenso de la piedra que colgaba de su cuello —Juro que era blanca antes

—Tal vez cambia de color— Simón se encogió de hombros y Ámbar lo miró fijamente recordando las palabras de Delfi

“Rojo es para el indicado”

—No puede ser— murmuró mirando el suelo

—Hey, ¿qué pasa? ¿dije algo malo?— tocó su hombro levemente y Ámbar se levantó apresurada al sentir su tacto

—Debo volver— y antes de que Simón dijera otra cosa, salió corriendo dentro de la casa

—Ámbar, ¿estás bien?— preguntó Benicio mirándola con preocupacion

—Perfecta, estoy perfecta— forzó una sonrisa

Delfi se acercó a la mesa de bocadillos e intentó tomar un poco de ponche pero al querer tomar el cucharón su mano rozó con otra y su corazón se paró al ver que era la mano de Matteo

—Delfi— sonrió de lado —No te había visto, estás hermosa

—Gracias— bajó levemente la cabeza sonrojada —Veo que estás muy bien acompañado, Emilia y tú hacen... linda pareja

—Me lo han dicho varias veces en la noche— rió por lo bajo

—¿Te gusta ella, Matteo?— le preguntó mirándolo con la cabeza ladeada

—Yo...

—Delfi, Nico acaba de derramar su ponche sobre Jazmín y...— llegó Pedro riendo pero se calló al ver a Matteo —Perdón, volveré en un rato

—No, no hay problema, ya me iba— Matteo les sonrió a ambos —Veo que tú también vienes bien acompañada— sin más se fue donde lo esperaba Ámbar y Juliana

ʟɪᴛᴛʟᴇ ʜᴏʀɴs《ʙᴇᴍɪʟɪᴀ》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora