Emilia se revolvió incómoda y adolorida y se sentó de golpe sin abrir los ojos, lo que ocasionó que si frente chocara con la de un chico.
-¡Auch!- exclamó él, Emilia al abrir los ojos y ver lo que había hecho abrió aún más los ojos
-Discúlpame- pidió rápidamente tomando sus muñecas y apartandolas de su cara para ver que tan grave había sido el golpe
-No es nada, ¿tú estás bien?- Emilia asintió rápidamente y se dió cuenta que todos los rodeaban -¿Te puedo hacer una pregunta?- le susurró y él asintió -¿Por qué todos me miran, Benito?
Rió -Benicio- corrigió intentando cesar sus risas pero no pudo -Te caíste cinco metros de alto
Emilia bufó -He caído peores ¿no has ido al País de las Maravillas?
-Sinceramente no- le sonrió, y se levantó para tomarle las manos y ayudarla
-¿No te diste muy fuerte?- preguntó Simón preocupado
-¿Te duele algo?- le siguió Ramiro
-Chicos, chicos, estoy bien, no fue nada- miró a todos a su alrededor -Debieron seguir con la fiesta ¿por qué pararla por mí?
-Ya la oyeron ¿no?- llegó Ámbar con los brazos cruzados y brindándole a Emilia una mirada de pocos amigos -Aún hay una fiesta adentro
-Ámbar, nos gustó mucho tu fiesta pero es hora de irnos- dijo Delfina
-Sí, mañana es el primer día de clases- dijo Flor
Ámbar sonrió -Entiendo- se encogió de hombros, y todos empezaron a irse -¿No se quedarán a dormir?- preguntó a sus amigas
-Le prometimos al hada superiora que dormiriamos allá- dijo Ada
-Lo sentimos- las tres se transformaron en miniatura y salieron volando del lugar dejando polvillo en el lugar
-¡Yo sí me puedo quedar!- exclamó la pelirroja alegre
-¡No, Jazmín, vete!- el ángel paró en seco asustada y salió corriendo
Ámbar hizo un puchero y volteó hacia Matteo -Ésta fiesta fue un desastre
-Claro que no, fue increíble- la tomó de los hombros para animarla -Vamos a subir- la rubia volteó hacia un lado y tensó la mandíbula al ver a Benicio hablando con la demonio que había absorbido toda la atención, y no pudo evitar sentir celos
-Quiero despedirme de ella- le sonrió a Matteo y fue hacia Emilia, su mellizo un poco temeroso de lo que podría pasar fue junto con ella -Hola...- la señaló frunciendo el ceño para que le dijera su nombre
-Emilia- mencionó rápidamente
-¡Emilia! Claro... Espero que te sientas mejor, debes tener una suerte pésima, ésa caída fue fuerte, y sería una pena no tenerte mañana en Olympic High- se aferró al brazo de Benicio de manera posesiva -¿O no, Beni?- lo miró
-Sí, así es- aseguró un poco extrañado de la actitud de Ámbar
-Bueno, pero estoy perfecta, así que descuida, me verás mañana en Olympic High y al día siguiente, y al día siguiente, y al día siguiente, y al día siguiente...
-Entendí- la interrumpió Ámbar molesta y Emilia le sonrió triunfante -Yo me iré, nos vemos mañana, Benicio- le besó delicadamente la mejilla y se fue hacia la puerta de la mansión
-Te veo mañana, Emilia- se despidió Matteo regalándole una sonrisa que Emilia devolvió -Benicio- hizo un ademán y volvió a su casa
Emilia miró a Benicio -Nuevamente perdón por el golpe- ella se sentía extraña con ella misma, nunca había sido fan de pedir perdón y ahora allí estaba disculpándose por décima vez
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ʟɪᴛᴛʟᴇ ʜᴏʀɴs《ʙᴇᴍɪʟɪᴀ》
De TodoDurante siglos siempre había sido lo mismo, los ángeles y los demonios debían estar separados pero las cosas cambian cuando la academia de Olympic High para criaturas místicas y allí todo cambia. Emilia Blackwood, una joven demonio que no está para...
