Epílogo: Un zafiro tan bello como tus ojos.

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Link habla :).

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Aquel zora estaba bastante nervioso, después de la ceremonia en la que su mejor amigo recibiría el reconocimiento de la princesa, por haber salvado Hyrule, quería ya estar con él, y abrazarlo con fuerza para no soltarlo.

El pequeño se veía tan lindo, según Sidon, en aquel apretado e incómodo traje de gala.
Una vez hubo recibido la bendición de la diosa Hylia, por parte de la sacerdotisa Zelda, todos aplaudieron, y no era para menos, éste era el día más feliz en la historia de Hyrule.
Todas las tribus de Hyrule se reunían aquí.

Los Goron, quienes distraídos solo reaccionaron a los aplausos, las Gerudo quienes vestían sus hermosos vestidos de gala, y joyas brillantes, los orgullosos Orni, con sus plumas pulcramente adornadas por joyas, y claro los Zoras, quienes emocionados alzaban sus lanzas celebrando al pequeño héroe, en especial Sidon, quien estaba conteniendo las ganas de abrazarlo, y darle aquel regalo que llevaba guardando desde hacia tiempo para él.

Se celebró un inmenso banquete, en el que todos se sentaron a una inmensa mesa, compartiendo copas, y una platica bastante animada.

Sin embargo, ese ambiente, aunque era cálido, era algo incómodo por parte del rubio, quien con el permiso de Zelda pudo alejarse para ir al jardín, donde los arboles frondosos le daban una hermosa sombra al estanque.

El viento soplaba sobre sus cabellos, agitándolos y despeinándose aquel moño adornado con un lazo azul.
Sonrió mirando su reflejo en el estanque mientras quitaba sus botas y metía los pies en el agua.

—¿No es algo descortés dejar a tus invitados preguntando por ti?.— Dijo el zora apareciendo entre los frondosos y altos arboles.— Te estaba buscando.— Con las manos tras su espalda caminó hasta el menor, quien al verlo sonrió, y se levantó para darle un beso al zora apenas este se arrodilló.

—Gracias por venir...— Susurró acariciando la mejilla del mayor,  hacía unos días, Link por fin se había animado a dejar oír su voz, todo gracias a los recientes sucesos con aquel zora, de los cuales, bueno, lo dejamos para otra historia.

—No me lo perdería por nada.— Sonrió ante el beso.—Tengo algo para ti, cierra los ojos, y sin trampas.— Al decir aquello, Link cerró sus ojos con una sonrisa de emoción.
Sidon tomó su mano besándola, y colocó sobre su cuello, un hermoso zafiro, aquella piedra preciosa, le quedaba tan bien, y mas por el significado que tenía.

Link abrió sus ojos, y al ver la piedra, la examinó con cuidado, los detalles en dorado, con tres hermosos zafiros incrustados.

—Sidon es... Simplemente hermoso.— Sonrió bastante emocionado.

—Bueno, esa no es la mejor parte.— Tomó las manos del chico, mirándole a los ojos.—Link, esta piedra, fue entregada por uno de los siete sabios, y mi antepasada, Ruto, al héroe del tiempo, el zafiro de los Zoras, es un objeto que en aquel tiempo, era costumbre ser entregado por un miembro de la familia real a quien quisiera desposar; claro antes de que la ley cambiara y ahora tendrían que entregar una armadura. Como la que te ha entregado Mipha, sin embargo, ella no está, y ya que ahora sé, que bendice nuestra unión.. — Dijo notablemente nervioso, pero sin balbucear.— Link... ¿Quieres casarte conmigo?.— Soltó bastante seguro, aunque por dentro se moría de nervios.

El mas bajo sonrió de manera boba, aquel gesto se le había hecho bastante lindo, tomó las mejillas del mas alto y le plantó un enorme beso.

—¿Puedo tomar eso como un si?.— Dijo sonriendo de aquella manera tan coqueta que tenía; a lo que Link rodó los ojos y asintió, después de eso, un beso apasionado y bastante excitante unió a los amantes ahora comprometidos. Importaba muy poco lo que le diría el consejo a Sidon, ya vería la forma de como explicarlo.

100 años contigo [SidLink].©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora