100 años contigo [SidLink].©

Orgullo

El príncipe al día siguiente, había despertado sin encontrar al menor a su lado, con algo de angustia se levantó buscando sus pertenencias por la habitación, pero no había nada, ni nadie, sólo él, y una inmensa cama vacía.

—Es una cama muy grande para una sola persona ahora que lo veo.— Suspiró pesado abrazando sus piernas.— Lo lamento Link, por favor vuelve.— Dijo para si mismo, rogando que el hyliano lo oyese.

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En alguna de las torres del norte, cerca de la helada región Orni, estaba él hyliano, viendo el mapa después de actualizar su tableta Sheika, el frío le calaba hasta los huesos, su nariz y labios estaban rojos, y de su boca exaltaba el aliento haciéndose visible por el frío.

A lo lejos, podía ver el congelado lago Ornitón, y la gigantesca columna que debía escalar para llegar al poblado.

Es imposible....

Pensó el chico, sintiendo como sus pulmones ardían por el frío, le había costado llegar a esa región, en especial por que no estaba equipado para ese ambiente. Apenas había conseguido algo abrigante; cosa que fue casi tan difícil como llegar ahí, tuvo que dejar su caballo en un establo mientras venia para acá, y casi se cae en los riscos por la gran ventisca que se le vino encima.

Había corrientes fuertes de aire.

Esas corrientes eran el orgullo de los Orni.

Sin pensarlo dos veces, y no teniendo otro plan en mente, saltó de la torre directamente a una corriente de aire ascendente, la cual lo alzó a gran velocidad sobre aquellos pilares.
Sus dedos se resbalaban con los guantes de la parabela, y sus ojos se volvían borrosos por el viento que le daba en estos.

"Vamos resiste...". Se exigió a si mismo sintiendo como la energía se le agotaba.

"No caigas...no.." su barra de energía estaba en rojo y aun faltaba un buen tramo, rezaba para que le diera tiempo de llegar a donde pudiera sostenerse.

Pero al estar tan cerca, sus manos se agotaron y una de estas soltó la parabela, haciendo inminente una estrepitosa caída, y en ese momento, todo se volvió lento, los copos de nieve no caían, ascendían, la brisa frenaba levemente su caída, pero no lo suficiente, ¿Así acabaría todo?, llegar hasta acá, para ni siquiera terminar la mitad de las bestias Divinas, dejar todo en manos de La Ira de Ganondorf... ¿Así decepcionaría a aquel Zora quien confió tanto en él?...
Los riscos ya eran visibles bajo de él, caer en ellos conllevaría a un fatal destino, lo que le hizo reaccionar de inmediato.

—¡No hoy!.— Se dijo a si mismo el héroe elegido por la espada maestra, exponiendo su voz y en un impulso cogiendo la parabela con más agarre.

Una corriente, mas fuerte que las demás hizo acto de presencia, elevándolo incluso más arriba de aquel gigantesco pilar.

Pudo ver a Vah Medoh sobrevolando la región, sin embargo estaba cubierta con un campo de fuerza rojo.
Y casi tiempo no tuvo de ver, antes de volver a perder la energía, y caer justo al borde de la región, partiéndose las rodillas por la altura, pero era lo de menos, al fin había llegado, ahora, solo tenia que ayudar a liberar a Vah Medoh.

Sólo esperen, los salvaré a todos, por que es mi deber.

          

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Había hablado con El Jefe de los Orni y le dijo que fuera a donde Teba, estaba bastante agotado, estas misiones casi las hacía sin dormir, sus pies vacilaban en ir a donde Medoh.

Narra Link:

—¿No crees que ya has turisteado suficiente chico?— Dijo una voz, por algún extraña razón, familiar.— Vah Medoh necesita que nos liberes.— Era... ¿Revali?, ciertamente, no solo Mipha había muerto en el interior de las Bestias Divinas, a este punto, ya sabía quieres eran todos los campeones derrotados.

Urbosa, campeona Gerudo de Vah Neboris, Daruck, campeón Goron de Vah Rudanian, Revali, campeón Orni de Vah Medoh y Mipha campeona zora de Vah Ruta.

Aun me quedaban tres bestias divinas, este sería la segunda.

Al llegar a al dojo de entrenamiento para arqueros Orni, pude divisar a uno de ellos, su plumaje era blanco y negro, y a altas horas de la mañana, con frío tremendo, la luz le iluminaba las plumas de manera que brillaban, y poseía una armadura tradicional de la región, aunque bastante fresca para estas condiciones climáticas.

—Bueno, ¿vas a quedarte ahí?.— Dijo a que Orni, al parecer me había quedado rato solo viéndolo. Su voz era grabe, pero aun se oía joven; me acerqué para hablar, ya que desde atrás no podía ver sus señas por lógica.— ¿Qué quieres?, Estoy ocupado.—

—"Vine para ayudarte".—  Dije seguro de mi mismo, no permitiría que este chico se sacrificase para detener a aquella bestia, no al yo podía hacer algo.

—Je, ¿Estás dispuesto a ayudarme?¿Cómo exactamente?— Siguió afinando su arco, sin inmutarse de mis palabras, claramente, no me están tomando en serio.

—"Vine por Medoh".— Dije en ųŋ movimiento algo brusco de mis manos.

Éste paró un minuto a verme.
—¿Te lo ha contado él patriarca?.— Suspiró y se levantó.— Tu nombre.

—"Soy Link".— Dije seguro, este tipo, era mas alto que yo, como de costumbre, esto se volvía algo molesto.

—Diras que estoy loco.. Pero me suena.— Si me dieran una rupia por cada que escucho eso, ya tendría dos.— Te habrán llamado para hacerme cambiar de opinión, ¿o me equivoco?.

Ciertamente, era parte de ello por lo que vine.

—Bueno, no pienso regresar hasta que Vah Medoh caiga.... Supongo que te habrán dicho como soy.—Sonrió  de manera seria.

—"Puedo ayudarte, puedo entrar en Medoh".— Dije seguro.

Este soltó una risa y me miró de manera cálida.— No tienes alas, pero valentía no te falta ¿eh?... Aunque solo los campeones pueden entrar ahí.—

—"Esta bien, no es mi primera vez".—

Continuará...

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∆∆ ʏatɷɾɩɩ