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-¡¿Qué estás haciendo?!.-exclamé dolida. Los ojos se me llenaron de lágrimas.

El chico se dio vuelta para mirarme fijamente,con su mirada roja y dilatada. Acto seguido se inclinó al inodoro y vomitó,luego cayó rendido al suelo.

-¡Ignacio!.-lo llamé corriendo a su lado preocupada. Miré la bolsita que había tirada en el suelo con pastillas de diferentes colores desparramadas. Xanax,rivotril,y un sin fin de otras las cuales no conocía.

Drogas,pero no marihuana,no alcohol, eran drogas pesadas, de esas que te queman el cerebro,esas que se toman cuando ya no querés saber nada de la vida o cuando ya no sabes que hacer con ella.

¿A caso Ignacio se sentía mal,solo,triste? ¿Cómo era posible que no me hubiese dado cuenta si mi actividad favorita era observar sus ojos y contar una y otra vez sus pestañas? ¿Cómo sería posible tan solo pensar que podía perder el brillo chispeante de esos pequeños espejos en los que me veía reflejada cuando lo tenía en frente?.

Corrí fuera del baño a buscar a Mauro no sin antes recoger las pastillas en la bolsa y sostenerla en la mano, o a Ivo,alguien que me ayudara a levantarlo del frío suelo.

Empujé a todo el que tuviese adelante hasta lograr toparme con unas escaleras. Me paré en el cuarto o quinto escalón(ahre)buscando a alguien conocido cual suricata. Al no lograr divisar a nadie subí y comencé a abrir puerta por puerta. Encontré un baño vacío,dos habitaciones,interrumpí a una pareja que insultó gravemente a mi y a mi familia pero con la preocupación del momento ni siquiera pensé en ofenderme o pararme a golpearlos. Abrí la última puerta que había con la esperanza de que hubiese alguien. Para mi suerte o para la bondad del inexistente espíritu santo encontré a Mauro con Lola en una situación un tanto incomoda de observar.

-¡Mauro!.-grité llamándolo,el se separó de mi antigua amiga poniéndose en alerta. Estaba desnudo,frente a mi,no voy a mentir, no pude evitar mirarle el miembro que era bastante más grande que el promedio.

-¿Qué pasó?.-preguntó tapándose con una sábana,Lola me miraba mal,demasiado mal.

-¡Es Ignacio,tengo que sacarlo de acá y no puedo con él!.- Se puso un short,luego corrimos al baño del piso de abajo.

-¿Qué le pasó? ¿Por qué se desmayó?.-su cara se transformó cuando lo vio tirado en el suelo más pálido de lo normal y con ojeras violetas.

-Lo encontré tomándose pastillas,no se que eran,esto está muy mal.

-¿Tenés alguna pastilla de esas?.

Le extendí la bolsa,confundido la agarró,sus ojos se abrieron con sorpresa al ver el contenido.

-Tenemos que llevarlo al hospital.-anunció segundos después de examinarla.

Me dio la bolsa y él agarró el cuerpo de Ecko,pasando el brazo del desmayado por la nuca y subiéndolo a su hombro. Iba adelante abriéndole camino hasta que llegamos a la puerta,busqué las llaves del auto en los bolsillos de mi novio y cuando las encontré desactivé la alarma y abrí las puertas traseras para que lo dejara ahí.

Duki hizo el amague de subirse al asiento del copiloto y lo frené.

-¿Qué haces? Hay que irnos rápido,le va a dar sobredosis.-intentó moverme para abrir la puerta.

-Volvé con Lola boludo,la dejaste sola y en bolas en una fiesta.

-De ninguna manera,no te voy a dejar sola en esto.-me movió bruscamente y se subió al auto.

In- dig-na-di-si-ma.

No había tiempo para discutir así que me subí al auto rodando los ojos y arranqué para el hospital más cercano mientras mi amigo llamaba a su novia para avisarle que se había tenido que ir.

:-:-:-:-:-:-:-:-:

-¿Familiares de Ignacio Spallati?.-preguntó el médico con unos papeles en la mano,Mauro se levantó corriendo y yo lo imité.

-¿Usted que es del jóven?.

-Soy un amigo.

-Disculpe,solo familiares.

Rápidamente me puse frente al señor con mirada desafiante.

-Yo soy su esposa,ahora digame que le pasa a mi marido si no quiere una demanda.

-Le hicimos un lavado de estómago, ahora mismo estamos filtrando su sangre para sacarle los residuos debido que sus riñones no daban a basto,aqui tiene el examen que dictamina cuantas sustancias diferentes consumió.-me extendió una hoja y se fue.

Rendida me volví a sentar en las sillas.

-Así que su esposa,¿eh?.-me codeó Mauro meneando sus cejas.

-Shh.-lo callé,las mejillas ya se me habían calentado.

Hojeé los papeles sin entender mucho ya que no decía el medicamento sino la sustancia,ni que tuviese una licenciatura en química como para entender.

-Hola.-saludó Alejo sentándose a mi lado y abrazándome. ¿Tan ensimismada estaba que ni siquiera me había dado cuenta de que Alejo y Neo habían llegado? Estoy mal.

Neo me chocó los puños y se puso a hablar con Mauro.

-Todo va a salir bien.-me animó Ysy.

-No se,solo se que Lola me debe estar odiando ahora mismo.

-¿Por?

-Interrumpí el apareamiento de ella con Duki porque no podía cargar a Ignacio.-suspiré.

-Esa Lola me tiene los huevos llenos,se cree dueña de la mansión y últimamente esta insoportable,realmente no se que le pasó,para mi es la chetita esa con la que se junta últimamente.

-¿Chetita? ¿Quién?.-pregunté curiosa.

-No se,es una minita que los padres tienen guita,usa palabras en inglés en el medio de las oraciones y podría jurar que le está metiendo mierda en la cabeza.

-Sospechoso.-lo apoyé,Lola no era como él la describía,algo raro debe estar pasando. Pero tampoco es como si me importara ahora mismo,mi mayor preocupación era el chico recostado en una camilla de hospital al que no podía ver.

Arrogant [Ecko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora