Arrogant [Ecko]

22

Ecko

-¿Cómo me encontraron?.-pregunté mientras me acomodaba en la cama de Camila, nunca me había sentido tan en casa.

-¿Cómo pensás? Sos Ecko,idiota, media Argentina subió fotos tuyas a instagram mientas estabas por ahí.-respondió Duki dándole otra calada a su cigarro. Desde que el pequeño Nicolas había nacido no se había vuelto a drogar.

Iba a insultarlo por llamarme idiota pero Camila entró a la habitación con una bandeja de comida, la dejó en su mesita de luz y se sentó a mi lado.

Me miró fijamente y luego golpeó mi mejilla con todas sus fuerzas.

-¡¿Qué te pasa, loca?!.-reclamé ante la agresión sobandome la zona afectada.

-Te dije que no consumieras drogas.-luego sonrió y volvió a golpearme.

-¡Auch! ¿Y esa?.

-Esa fue por andar derrochando arrogancia y haber tratado mal a varios fans mientras estabas drogado.-cuando creí que había acabado volvió a golpearme.

-¡AUCH!.-me quejé, podía apostar que mi cara ya tenía su mano marcada.

-Esa fue por pensar que te engañé y no escucharme.

-¡Ya basta!-no sirvió de nada, me golpeó otra vez.

-¡Y ESA POR DESAPARECERTE CUATRO DIAS IRRESPONSABLE!.

¿Era yo o estaba bastante enojada? Su carácter me recordó a una Bulma molesta.

-¿Terminaste?.-pregunté secándome las lágrimas de dolor que se me habían escapado.

-¡Por supuesto que no! ¿Cómo se te ocurre irte sin decir nada?

-¿No estas enojada con mis múltiples infidelidades?

-No, se que estabas dolido y con sustancias en tus venas, no puedo culparte, por cosas como esta yo te dije que tenías que aprender a vivir sin alguien que sea tu todo, ¿ves lo que puede provocar en tu vida la falta de esa persona?.

-Yo me voy de acá, me siento re sobrante.-interrumpió Duki.

-¡Te quedás ahí cornudo! No me llamaste a las cuatro de la mañana para nada.

-¿Cómo que cornudo?.-me encontraba confundido.

-Ignacio, desde que te encontramos dormiste dos días seguidos, creímos que estabas en coma pero el médico que llamamos a que te viniera a ver dijo que no era nada.

-Lola me hizo cornudo, parece que el wachín no era mío.- explicó Mauro.

-¡¿Cómo?!.-exclamé sorprendido, ¿Lola engañando a Mauro? ¿Le encajó el hijo de otro?.

-Nunca me imaginé que mi única amiga sería una forra, la verdad.-comentó Camila. Yo tampoco lo habría imaginado, se veían tan felices, seguro la cheta mugrosa de Amanda tiene algo que ver.

-Le metí una demanda, quiero la custodia del nene, y ella me hizo una contra demanda por plata, ¿a vos te parece Ignacio?.-explicó indignado el chico.

¡Que horrible! Yo no puedo creer que alguien sea tan ambicioso, algo estaba mal, muy mal.

-Algo está mal y te apuesto a que la cheta esa tiene algo que ver.-expresé.

-¿Amanda?.-preguntó.

-Si, esa.

¡Que cosa! Desaparezco seis días y ya hay otro problema, tendría que mejorarme pronto para apoyar a Mauro, después de todo eso es lo que los amigos hacen, apoyarse y cuidarse las espaldas.

Camila agarró un plato de sopa de la bandeja y creí que me lo daría pero en lugar de eso sirvió una cucharada del líquido y estiró su brazo.

-Abrí la boca.-ordenó, por supuesto que me negué.

-No tengo cinco años.

-Te comportás como si los tuvieras.-tenía razón, mi proceder ante el último problema en nuestra relación había sido bastante inmaduro, así que resoplé y le hice caso.

¡Me dio de comer en la boca como un nenito! Mi orgullo está rozando los suelos del inframundo ahora mismo.

Pero no me importaba, haría de mi orgullo un grano de arena si era para ver los ojos marrones de Camila en completa paz.

Me encantaba el brillo de ella porque no se podía igualar a ningún brillo que hubiese visto antes.

Había brillos de bondad,brillos de tristeza, brillos de pereza y de maldad. Habían brillos muy fuertes y otros muy débiles. Habían ojos opacos, sin vida ni esperanza.

Pero todos eran ojos que reflejaban algo,hacían de reflectores de un sentimiento.

Cuando miraba sus ojos parecían emitir luz propia y me preguntaba, ¿cómo es eso posible?.

Brillaban por si mismos, con luz, sin luz. Y tenían la potencia de cada una de las estrellas del universo juntas.

Cuando los cerraba el mundo oscurecía de golpe, cuando los volvía abrir se producía un Big Bang, una gran explosión, se creaba el tiempo y el espacio y las galaxias se formaban.

Podía ver el universo en sus ojos.

¿Estaba loco o enamorado?

Seguramente las dos.

Me daba igual que Camila no cumpliera los cánones de belleza actuales como para ser considerada una muchacha hermosa porque me daría igual el resto de su cuerpo mientras su rostro portara esos dos diamantes que cada vez que se posaban en mi me hacían sentir mil emociones.

Que tonta la juventud de ahora, tan preocupada por su apariencia. Si total, cuando te enamoras de alguien lo haces por su alma, no por su cuerpo, de lo contrario solo sería atracción física.

¿Por qué sentirte mal por un envase que ni siquiera elegís y que al final se termina deteriorando?

No vale nada un cuerpo vacío, pueden preguntárselo a los muertos.

Odiaba cuando pasaba caminando junto a grupos de adolescentes y los escuchaba hablando de chicas como si fuesen objetos y calificándolas según su belleza, ¡tal vez te estabas perdiendo una persona de oro solo porque te parecía fea!

En mi opinión no hay nadie feo, todos somos diversos y cada uno tiene lo suyo que lo hace hermoso y especial.

Si, hay gente que se asemeja más al ideal actual de belleza pero, ¡por favor! En el mil ochocientos las mujeres más hermosas eran las más obesas.

Solo son cánones,nada más, no deberían interferir en la vida de una persona como lo hace actualmente.

Que por si no lo sabían, hay gente que llega a suicidarse por sentirse mal por su apariencia.

¡Que se jodan esas cosas! ¡Que le jodan a los que se guían únicamente por un cuerpo! ¡Que se jodan las personas frívolas y superficiales!.

A los que no saben captar la verdadera belleza de la vida y solo ven caras bonitas y caras feas.

No seas superficial, no te guíes por lo que ves, permitite conocer a alguien antes de juzgarlo, no ignores a una persona solo porque no tiene ropa de marca o no va con la moda.

Evolucionemos a algo mejor, seamos mejores personas.

Sonreí, después de todo, era Camila la que me había inculcado esos pensamientos.