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-AmooooOOoOOOoOR, llevame dale.-pidió tirándose en la cama encima del cuerpo de su novio.

-Amor, ¿por qué no me despertas como el resto de los mortales despiertan a sus parejas? Tipo con besitos y cosas así.-preguntó sosteniéndose el estómago que todavía le dolía por haber recibido accidentalmente un codazo.

-Esas cosas no son para nosotros bebé, ahora necesito que me ayudes a infiltrarme en la casa de Lola, los padres la volvieron a aceptar después de que quedara en la calle, ya decía yo que tan boludos no eran.

Como Camila pidió, Ignacio la llevó hasta la antigua casa de Lola y tuvo que hacerle piecito para que subiera por la ventana hacia la habitación de la chica. Se veía a través del vidrio que estaba durmiendo. Ja, ¿en serio creyeron que iban a hacer las cosas como adultos pidiendo una cita a través de un mensaje? No, eso es muy aburrido.

Cuando entró cayó fuertemente provocando un estruendo que despertó a la rubia, Ignacio, del lado de afuera, se golpeó la frente con su palma y se escondió en un arbusto.

-¿Camila?.-preguntó adormilada sobándose los ojos.

-La misma.

-¿Qué haces acá? ¿Por qué no tocaste la puerta?.

-Porque creí que no querías verme, vine a hablar de las demandas a Duki, no entiendo por qué mentiste acerca de que Nicolas no era de él y luego sumaste una denuncia por violencia de género sabiendo bien que Duki es incapaz de ponerte una mano encima a vos o a cualquier mujer, vos no sos así, te conozco de hace banda, podes engañarlos a ellos pero a mi no.-acusó la castaña.

-Escuchá Cami, esto es más grave de lo que parece, es mejor que no te metas ni preguntes, ¿entendés?.-pidió amablemente.- Ahora, andate de casa.

-No Lola, no me voy a ir hasta que me digas que mierda está pasando, llamá a la gorra porque me sacan a rastras nomás.-amenazó, sentándose en el suelo de piernas cruzadas. La rubia suspiró, era verdad, estaban juntas desde los catorce y no podía mentirle.

-Amanda no es quién dice ser, estafó a mi padre y solo nos va a devolver lo nuestro si la ayudo con lo que está haciendo en contra de Mauro, sabes que lo quiero pero mi familia es mi familia y mis padres son mis padre.-explicó sentándose a su lado.

-¿Me estás jodiendo Lola? ¿Vas a joder a Mauro solo por la guita de tus viejos? Me das asco hermana, acordate que Nicolas es hijo de él también y quieras o no también son tu familia,no te tenía así, que te importara más la plata que el amor, me voy a la mierda, escuché suficiente, lo único que te voy a decir es que siempre estoy del lado correcto y a ese lado le debo mi lealtad, no voy a ver como joden a Mauro que es como un hermano para mí, Nicolas va a volver con nosotros y si tengo que hundirte a vos y a tus padres en el camino lo voy a hacer.-se levantó, se sacudió sus pantalones y saltó por la ventana épicamente.

Lastima resbaló y cayó encima de un arbusto, del mismo en el que se escondía Ignacio.

-Dos veces en un mismo día, amor.-rezongó agarrando su brazo dolido.

-Perdón, esa caída borró mi swag, vámonos, acá no tenemos nada que hacer.-ayudó a pararse a su novio y juntos se subieron al auto. Camila se sentía traicionada por Lola, aunque no le hubiera hecho nada directamente a ella. Era como si le hubiesen lavado el cerebro.

Al llegar a la casa de Duki lo vio a él junto a los otros tres chicos jugando con una consola.

-Tengo noticias pero no son buenas.-anunció haciendo que les prestaran atención. Mauro dejó su control y la miró, dándole a entender que la escuchaba. Ella resumió lo que había hablado con su antigua amiga y exageró la parte donde la amenazaba y salía por la ventana para hacer más épico el relato.

-Tremendo.-comentó Sebastian.

-Cami, no se si pueda joder a Lola a pesar de lo que está haciendo, yo solo quiero a Nico conmigo y nada más, está más que claro que Amanda me quiere sacar guita.

-¿Me estas jodiendo Mauro?, vos y el nene son su familia ahora, yo también, y estos salames también, y prefiere que sus padres no pierdan plata, encima que te quiere meter preso con denuncias falsas. No podemos dejarla ahí sin hacerle nada.-reprochó la castaña cruzando sus brazos, estaba bastante vengativa hoy. Odiaba ver a su amigo que tantas veces la había escuchado y ayudado hundiéndose, y menos quería verlo preso por algo que no hizo y jamás haría porque su moral y crianza no se lo permitía.

-Cami, acompañame que tengo que hablar contigo.-pidió Ignacio tirándole del brazo en dirección a la cocina, que parecía haberse convertido en su cuarto de las conversaciones maduras de pareja. La chica resopló y se dejo guiar.

-Entiendo que no te banques a Lola ahora mismo, pero no tenes que tener tantas ganas de vengarte así.

-¿Por qué no? Se lo merece.

-Bebé, no somos nadie para decir que se merece y que no, no somos Dios o Jesús para juzgarla tampoco, te juro que las cosas malas vuelven y el universo se las va a cobrar, pero la venganza mata el alma y la envenena, si Mauro no quiere hacerle nada tendrá sus razones, después de todo es su pareja y su familia, no lo podes obligar.-explicó sereno, mientras le acariciaba las mejillas para que se calmara.

-Vaya, esos discursos siempre los doy yo, me siento orgullosa de que tomes las cosas así, y al final creo que tenés razón, tampoco soy quién para meterme entre ellos dos, podemos apoyar a Mau pero es su vida después de todo.-la castaña se resignó y se dejó envolver en los brazos de Ignacio, tenía miedo de perder a gente que apreciaba demasiado pero tampoco era quién para entrometerse, además era verdad eso de que el alma muere con el odio acumulado, debía sacarse esos sentimientos negativos de adentro y no encontró mejor manera que besar a su chico. 

Arrogant [Ecko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora