#2 L M | 🌷
Pocos meses después del caos, Adassa es secuestrada. Ambos hermanos, aún conmocionados por las cosas que les han pasado recientemente, deciden ir a salvarla sin saber con lo que se van a encontrar; una Adassa sin recuerdos de ellos.
Des...
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—¡Mi lady! —grita Thor acercándose y interrumpiendo nuestra conversación.
Me giro para mirarle y sonrio, olvidando lo anterior.
—¡Thor! —corro hacia él —, por fin estas aquí. Te echaba de menos. —le abrazo.
—Yo también, mi querida esposa —me mira, y mientras lo hace, sus labios se posan en el dorso de mi mano.
Sonrío algo nerviosa. Aunque no lo parezca, sigo confundida por todo lo que está pasando. Mis sentimientos, ahora mismo, son un remolino.
Me pierdo en sus ojos azules, y no me doy cuenta cuando se acerca para besarme. Un tierno beso, mezclado con algo de necesidad.
—Cuanto ansiaba besar de nuevo tus labios, mi lady.
Sonrío de nuevo y me coge de la mano para dirigirnos hacia el puente del arcoiris.
—Las damas primero —dice, invitándome a volar yo primero de vuelta a palacio.
—Muy bien, querido —saco mis alas de nuevo y empiezo a batirlas —, ¡el último en llegar es un lentooo! —le grito desde las alturas, empezando a volar hacia el palacio a gran velocidad sin esperar respuesta alguna.
Cuando he pasado el puente y medio Asgard, miro hacia atrás. Me está pisando los talones. Veo el balcón a lo lejos, donde dejé anteriormente a Frigga, y huele a victoria.
Con suma tranquilidad aterrizo sin problemas.
—Querida —me llama Frigga desde el banco —, ¿y esas prisas?
De repente llega Thor.
—¡Lentooo! —canturreo.
—No es que sea lento, es que tenia buenas vistas desde donde estaba. —me sonríe divertido y yo le propino un pequeño empujón hacia atrás, riendome.
—Veo que el matrimonio no fue para nada horrible. —comenta Frigga.
—Ya, no, nunca dijimos que haya sido horrible —dice Thor mientras yo niego sin decir palabra.
—Me alegro por vosotros —sigue sonriendo mientras nos mira. —Pronto servirán la comida, es mejor que vayamos.
[...]
Dos horas después, volvemos al mismo balcón de antes, pero después de una larga charla suena una alarma.
—Los calabozos —dice Frigga.
—Loki... —responde Thor.
—Tú vete, yo me haré cargo de ella. —le dice Frigga a Thor.
—Ten cuidado —digo.
—Siempre lo tengo —pone una mano en mi mejilla, acariciándola, y me dedica una sonrisa, después, se va.
Voy junto a Frigga, que parece saber perfectamente a dónde dirigirnos.
—Odin —lo llama Frigga cuando nos topamos con él y su pequeña tropa de soldados.
—Frigga —se para, y sus soldados con él —, ¡vamos! —le ordena a los soldados a seguir con el plan que venia diciéndoles antes —. Es una escaramuza, no hay nada que temer.
—Nunca has sabido mentir bien.
—Llevala a tus aposentos, os avisaré cuando pase el peligro.
—A pesar de todo a lo que he sobrevivido, mi reina sigue preocupandose por mi. —dice acariciándole la mejilla a Frigga y yéndose detrás de sus soldados.
—Precisamente lo has echo porque me preocupo por ti.
Seguimos andando, y cuando pasa un soldado por el lado de Frigga le quita la espada.
—Escuchame bien, probablemente tendremos que luchar.
—Me entrenaron para eso, mi reina.
[...]
Durante el rato que hemos estado en los aposentos de Frigga hemos oído disparos y hemos visto que se aproximaban naves de otros reinos. Esto es mas que una escaramuza, eso seguro.
—Estoy segura de que son Elfos Oscuros de Svartálfaheim. He leído algo sobre ellos.
Y dicho eso, alguien entra por la puerta.
Miramos las dos hacia el que a osado entrar aquí.
—Fuera de aquí, alimaña, y quizás salgas vivo de ésta. —dice Frigga, amenazante.
—He sobrevivido a cosas mucho peores.
—¿Quien eres?
—Soy Malekith, y pienso coger lo que es mio. —mira hacia mí, y no entiendo por qué.
—Ella no tiene nada que a ti te interese.
—A mi no, pero me dan una gran recompensa por entregarla.
—¿Entregarme? A quien si se puede saber. —pregunto para poder obtener respuestas.
Él empieza a acercarse a mi sin darme ninguna respuesta y pasando completamente de Frigga. Gran error.
Frigga le corta la mejilla con la espada, y él se tira hacia atrás gimiendo de dolor. Malekith saca su espada también, intentando contraatacar, pero Frigga es tan buena que le quita la espada en menos de cinco segundos. Frigga por fin logra acorralarlo y le pone la espada en el cuello. Me doy cuenta de que el delincuente que me daba mala espina está aquí y se acerca por detrás de Frigga.
—¡Frigga! —grito yendo hacia allí, hago una daga de hielo y se la clavo a un costado en cuanto llego.
Aún así, le quita la espada a Frigga y la coje del cuello, se gira para mirarme y me da con el dorso de su mano en toda la cara, tirandome de culo hacia atrás. La daga se la clavé bien profunda y aun así ni se inmutó.
—Querida... —dice ahogándose e intentando coger aire —, lo siento.
Hace un gesto con su mano y veo cómo desaparezco de ahí.
—¡No! —grito.
Su magia me ha llevado a unos metros de la puerta, los suficientes para oír a Malekith maldecirla.
—¡Bruja! —le dice.
Veo a Thor venir corriendo hacia aquí, pero no me paro a esperarle y corro hacia la habitación de nuevo.
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Aquí estoy de nuevo con un capítulo. Dejarme vuestras opiniones abajo en comentarios, os leo!