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🥀❝She is die, and we can't do anything ❞🥀

🥀❝She is die, and we can't do anything ❞🥀

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—¡Bruja! —le dice.

Veo a Thor venir corriendo hacia aquí, pero no me paro a esperarle y corro hacia la habitación de nuevo.

Abro la puerta de un empujón, haciendo que ésta chocase contra la pared. Mis ojos ven como el elfo delincuente le clava la espada a Frigga por la espalda mientras la sujeta con su brazo, fuertemente, por el cuello.

Mientras ella se desploma en el suelo, yo oigo algo crujir en mi interior. Mi corazón se ha partido en mil pedacitos. Yo pude hacer algo para impedirlo. ¿Tanto entrenamiento para esto, de verdad?

—¡Frigga! —grito mientras corro hacia ella.

Malekith se interpone y me coge de la cintura, impidiéndome seguir corriendo hacia la que podía haber sido mi nueva madre.

Le doy un codazo en el estómago, me giro y cuando se pone de nuevo recto le propino un buen puñetazo en su mejilla izquierda, haciendo que se tambaleara y callera al suelo.

De nuevo, corrí hacia ella y me puse de rodillas a su lado para ver si podía curarla, pero ya era demasiado tarde.

Lloro, saco toda la rabia que tengo dentro y me desahogo por fin de todo.

Thor llega, y cuando ve a su madre tirada en el suelo y yo llorando entra en estado de furia.

Cuando Malekith está a punto de irse, Thor le lanza un rayo que impacta en su mejilla derecha, dejándolo totalmente aturdido y, seguramente, desmayado. Su monstruoso elfo lo coge en brazos para poder irse, y cuando pienso que Thor ya a tenido suficiente le lanza su martillo, el cual impacta en el hombro del elfo, haciendo que calleran tanto Malekith como él por el balcón. Pero sorpresa, les esperaba una nave justamente debajo de ellos.

Aparece Odin por la puerta también, y viene corriendo hacia ella. Yo me aparto para que pueda despedirse de su esposa, y me dirijo a dónde está Thor mirando perplejo a su madre, ahora muerta.

—Thor —lo llamo, pero no me mira —, lo siento. No pude hacer nada. Ella...

—Está bien —me interrumpe sin mirarme aún a la cara —. No ha sido tu culpa.

Y diciendo eso se marcha, dejándome confundida.

[...]

Nos despedimos de Frigga. Su funeral fue hermoso a la vez que digno para una reina -y madre- como ella. Fue digno tanto para ella, como para los soldados caídos en batalla. Intenté reprimir mis lágrimas, pero no pude resistir mucho con la rabia y la tristeza que sentía en ese momento. Los elfos oscuros lo iban a pagar, y muy caro.

—¡Mi lady! —me llama Thor desde atrás.

Me dirijo a nuestros aposentos después del duro funeral, pero no le esperé antes porque queria dejarle su espacio y su tiempo.

Me paro y me giro para mirarle mientras camina hacia mi.

—¿Si?

—Siento cómo te contesté antes, no era mi intención, estaba cegado por la ira.

—No te preocupes, lo entiendo. Es normal, tu madre ha muerto y... Ni si quiera yo sé cómo afrontarlo.

—Yo... —suspira —Es mejor que me vaya a la cama. Necesito dormir y aclararme las ideas.

—Si, yo también.

[...]

Me dirijo con paso decidido hacia la prisión, y sigo diciéndome a mi misma una y otra vez que no me eche atrás, que es por Frigga.

—¿A dónde cree que va, señorita? —se interpone un guardia.

—Vengo a visitar al príncipe Loki.

—No puede pasar, no es la hora de visitas.

—Soy la esposa de Thor. Exijo que me deje pasar.

Me mira unos segundos y se aparta.

—Lo siento, princesa Adassa, no la había reconocido. —dice cabizbajo.

Empiezo a andar de nuevo para llegar, por fin, a la celda de Loki.

—¡Vaya pivon nos han regalado hoy los dioses! —grita un prisionero.

—¡Ya te digo —grita otro dandole la razón —, ni que nos lo mereciéramos!

Empiezo a oír silbidos y lo único que hago es rodar los ojos. Lo que quiero es hacer esto rápido y irme lo mas pronto y lo mas lejos que pueda de aquí.

Sigo caminando sin importar los piropos que me sueltan casi todos los prisioneros. Cuando llego a su celda, me paro enfrente de ella a observarle. Está leyendo tranquilamente en un sillón.


—Muy pocos son capaces de asustarme, ¿lo sabias?

Aparto la mirada y me sonrojo en cuanto vuelvo a oír su voz. Dios, su voz...

—No intentaba asustarte. —digo aún sin poder mirarle.

—Entonces —noto como se levanta y deja el libro de lado —, ¿a qué has venido?

—A verte, Loki. ¿No es obvio?

—No creo que me hayas venido a ver así por que sí después de lo que te dije. ¿Pasó algo?

Me sorprendo. ¿Y si no sabe que su madre a muerto? Lo dudo, alguien vendría a comunicárselo. Aunque haya cometido crímenes sigue siendo el príncipe.

—Loki, lo siento. —le miro a los ojos.

—¿Qué sientes? —pregunta —¿Que mi madre se haya muerto?

—Lo siento mucho. Podría haber echo algo...

—¿Y tú eres la mejor guerrera de Windgard? —me interrumpe —Entonces ya sé porque se guardan de los otros reinos realmente.

Eso me ha dolido.

—¡No te permitiré que hables así de mi reino! —le grito y subo el escalón para estar cara a cara. Lo único que se interpone entre nosotros es la barrera de energía.

Él sonríe ladinamente, como sabe.

—Eres una cobarde.

Little Memories | Loki Laufeyson²Donde viven las historias. Descúbrelo ahora