[Extra: Miyaruki.]

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*Pov's Ruki*

Me encuentro con Miyavi en una cafetería, ambos estábamos pasando una agradable tarde en ese lugar entre risas y estupideces que aquel hombre decía, era un completo payaso.

— ¡Cállate, nos van a sacar! – susurré con cierta vergüenza cerca del rostro ajeno. Él sólo se rió de manera más exagerada.

— ¡No seas amargado, enano! ¿Acaso ya te sientes toda una estrella y no quieres que te reconozcan? - Le di un golpe en el hombro mientras reía en bajo para no llamar la atención de nadie. Si, estaba bien que The GazettE hubiera hecho varias presentaciones pero no por eso voy a sentirme toda una celebridad inalcanzable, tan sólo me daba pena que este hombre anduviera riéndose y gritando semejantes babosadas.

— Ya cállate, come y vámonos a los baños que se me anda de cagar desde hace rato - Saqué mi celular dispuesto a responder los mensajes que tenía pendientes, ignorando todo lo que Miyavi diría de ahora en adelante.

Tardó un buen rato en terminarse su rebanada de pastel y su café americano, claro que siguió hablando como un perico pero yo lo ignoraba para que se desanimara y dejara de hacerlo. En cierto momento se levantó sin decirme nada y se fue a pagar lo que habíamos consumido, yo, asustado, me levanté y lo seguí por su espalda, metiendo mi celular y cosas en el pequeño bolso que llevaba conmigo.

— ¿Qué te pasa? - Dije llamando su atención. Volteó y se mantuvo en silencio estando justo en la puerta del establecimiento — ¿Por qué te levantas así de la nada? - parecía una mujer dramática pero me dió igual en ese momento, me había sacado de quicio.

— ¿No que te anda de cagar? - sin agregar más, salió del lugar y se encaminó a lo que suponía eran los baños, yo lo seguí por su espalda.

Entramos a los baños y Dios... Era un maldito cagadero, olía a entera mierda y los baños tenían un pésimo aspecto. Mientras yo me estaba vomitando del puto asco, Miyavi ya se encontraba adentro de un cubículo, se escuchaba que estaba orinando.

— Miyavi, no seas marrano, sal de ahí - Toqué repetidas veces la puerta con fuerza, haciendo que en efecto la abriera y me observara con la cremallera abierta.

— No está sucio, observa - Se hizo de lado permitiéndome observar la condición de la taza y si, estaba limpia y demasiado blanca para ser parte del mismo lugar donde las paredes están llenas de cagada. El pelos de plumero se sentó en el baño y se palmeó las piernas no sin antes jalarme para que ambos estuviéramos dentro del cubículo.

— ¿Qué se supone que quieres hacer? - No me esperaba absolutamente nada de su parte pero aún así le obedecí, me senté en su reboso y cerré la puerta por si alguien entraba a los baños.

Recargó su cabeza en mi hombro, soltando un gran suspiro lleno de pesadez, tomándome por los muslos con cuidado. ¿Cuál era el propósito de hacer esto? No tenía ni la menor idea pero aún así me dejé tocar, no creía que fuese a hacer alguna cosa pervertida conmigo, ¿O si? Realmente no importaba, de hecho podría decir y aceptar que me encantaría coger con él, lo deseo de cierto modo.

Intercambiamos miradas durante unos cuantos fugaces segundos, era algo incómodo pero podía soportarlo. De repente, y llevándose toda mi atención, Miyavi me acarició la mejilla, llevando la misma mano hasta mis caderas a la vez que cortaba la distancia entre mis labios y los suyos, dando inicio a un beso algo extraño, podía sentir algo parecido al deseo en el como me besaba. Jadeé un poco y llevé ambas manos a su cuellos, rodeando el mismo. Sentía como mi corazón se aceleraba de manera extraordinaria, también sentía unos nervios inmensos recorrer todo mi cuerpo. ¿Por qué lo había hecho? Supongo que también pensaba en lo mismo que yo, capaz y me llevó a la cafetería con este propósito.

Heterosexual [Aoiha]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora