II

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YoonGi se sentía al borde de la locura, cada parte de su ser le gritaba, le recriminaba y le odiaba por haberle pegado al menor. Fue un error, un gran error.

Su habitación estaba totalmente destruida por su descarga de enojo, cada parte de él trataba de mantenerse sano, pero la culpa y el dolor de haberlo golpeado lo carcomía por dentro, él no quería hacerlo, lo juraba, ante todo. Al escucharlo decir eso, decirle que él no lo amaba, que lo vendiera a alguien que, si pudiera hacerlo, eso le rompió el corazón en miles de pedacitos y nublo su mente haciéndole reaccionar agresivamente, él amaba a JiMin, lo amaba con toda su alma.

¿Entonces por qué el menor pensaba esas cosas?

¿Por qué sentía ese dolor recorrerlo como dagas en el corazón?

Pasaron horas en los que el mayor solo bebía un vaso de whiskey tras otro en su habitación, su corazón latía rápidamente cada vez que la imagen de JiMin lleno de lágrimas lo acechaba en su mente, ya no aguantaba más de eso, no de esa manera. Dejando su vaso de lado en la mesita de madera a un lado de su cama, se levantó un poco mareado y se dirigió a la habitación del menor por segunda vez esa noche.

El pasillo se le hacía cada vez más lúgubre y silencioso, pero a la vez tan caótico, escuchaba pequeños recuerdos fantasmas entre las paredes, escuchaba a JiMin reír, lo escuchaba gritar, llorar y hasta gemir, cada uno de esos sonidos eran pequeños fantasmas de todos los recuerdos que YoonGi tenía del menor, porque él solamente pensaba en él, él era su mundo, aunque no lo demostrara ¿Qué sería de su vida sin JiMin?

Luego de un par de trompicones y algunas caídas, logró llegar a la manija de la habitación del menor. YoonGi entró estrepitosamente en el lugar tratando de mantener la compostura, pero estaba muy borracho sorprendiendo a JiMin, el cual se encontraba en su computador jugando. Cuando vio el estado de YoonGi un escalofrío recorrió su cuerpo, tenía miedo de cómo iba a reaccionar luego de haber bebido tanto. Nunca lo había visto de esa manera tan deplorable, YoonGi siempre cuidaba de su imagen incluso a su alrededor, era como si no se permitiera cometer un error, pero su carácter era muy explosivo y JiMin lo entendía, YoonGi había tenido un pasado muy duro y luchó mucho por estar donde está, JiMin siempre estaba muy orgulloso de él, pero ahora ... No sabía que tanto, no cuando lo veía así.

— YoonGi, sal de mi cuarto. — Espetó JiMin inseguro, tenía miedo, pero no lo quería admitir, no quería tener este tipo de sentimientos acerca de YoonGi, pero ahí estaban. — No deberías estar aquí en este estado.

— Tú no me dices que hacer a mí, Pequeño. — Respondió mientras arrastraba las palabras en su pobre presentación.

JiMin había llorado por mucho tiempo en la habitación, acerca de todo. Sus ojos estaban rojos e hinchados y sus mejillas eran del mismo color. Sí, él había dicho lo que había dicho, pero se retractaba, él no quería que YoonGi pensara en cambiarlo y venderlo a alguien más. Estaba aterrorizado cada vez que pensaba que tal vez este le tomaría la palabra, quería suplicarle, decirle que lo que había dicho no era en serio, que sería un buen chico, que no volvería a hablarle de esa manera, pero no podía. Aún se sentía humillado y aunque lo hiciera ahora qué punto tenía si YoonGi ni siquiera estaba en sus cabales.

— Pero Nana, sí, si no sales de aquí, voy a gritar. — comenzó a contar mientras lo miraba con dolor. — 1... 2...

— Solo quiero pedirte perdón, ¡Joder! ¿Es tan difícil que me escuches por una vez en tu vida?— El mayor se encontraba bastante frustrado e incluso aunque arrastrara las palabras y apenas pudiera balancearse, estaba tratando de razonar con el menor... A su manera.

JiMin no dijo nada y simplemente bajó la cabeza mientras se mordía el labio, esto no era bueno, YoonGi no debería estar en su cuarto en esas condiciones.

𝓹𝓪𝔂 𝓶𝓮 𝓪𝓽𝓽𝓮𝓷𝓽𝓲𝓸𝓷! ©   (YoonMin) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora