IX

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JiMin estaba en su cama, bueno... No era su cama ya, sino la habitación de YoonGi. Quería largarse de ahí, irse a su cuarto, pero el dolor de su cuerpo era más grande. Las lágrimas estaban secas en sus mejillas y el dolor en su corazón era muy fuerte. YoonGi lo había lastimado de una manera que JiMin jamás pensó que pasaría, quería morirse en esa cama, cerrar los ojos y nunca más abrirlos. Toda la confianza que alguna vez le tuvo a YoonGi se había ido por el desagüe.

Andrew entró una vez más en la habitación para curarlo, ya habían pasado dos días desde la última vez que YoonGi había pisado la casa. El cobarde ni siquiera se había atrevido a volver, mucho menos a pedir disculpas. JiMin la ignoraba mientras ella acomodaba los materiales a un lado y luego le mostraba los guantes. Él los miro con una mueca, no importaba que lo tocaran con guantes o con lo que fuera, simplemente lo odiaba, pero tenía que ser curado por lo que hundió su cabeza en la almohada y no dijo nada más que un leve gruñido.

JiMin tenía suerte que hubiera tormentas gracias al fuerte invierno de Seúl y por eso podía faltar a clases, si no hubiera sido así ya hubiera perdido el papel principal. Él gruñó frustrado, Jungkook ni siquiera le había escrito para saber qué harían con las prácticas, JiMin sabía que algo había pasado ese día en el estudio, algo muy malo y ahora por culpa de eso él estaba pagando los platos rotos.

— Lamento lo que te hizo, JiMin. No debí permitir que esto sucediera. — Él miró su teléfono vacío intensamente, esperando, algo, algún mensaje de él, pero nunca llegó.

— No quiero escuchar tus disculpas Andrew. — Dijo de mala gana mientras comenzaba a temblar bajo el toque de ella. Lo odiaba, lo odiaba, lo odiaba. — Todo fue culpa de ese maldito monstruo.

Andrew hizo una mueca al escucharlo hablar así de YoonGi, lo entendía. Él había cruzado una línea muy grave y ahora JiMin nunca lo miraría igual.

— J-JiMin, nadie sabe dónde está... Tampoco ha ido a trabajar. — Su nana empezó a llorar preocupada a lo que él se levantó y la observó. — Tengo miedo que algo le haya pasado.

El menor sintió su corazón saltar un latido al escuchar eso. No quería que nada le pasara a YoonGi, pero al mismo tiempo su odio podía más, por lo que la miro con rabia empujando las cosas con las que ella intentaba curarlo.

— Ojalá esté muerto. — Dijo con ojos rojos llenos de rabia. — ¡No quiero verlo nunca más!

Andrew se levantó asombrada por la actitud de JiMin y más lágrimas comenzaron a bajar. Todo estaba muy mal, ambos estaban muy mal y se habían hecho tanto daño que ahora parecía irremediable. Ella salió de la habitación, dejando a JiMin muerto de la rabia en su cama. Luego de unos minutos sacó su teléfono y comenzó a llamarlo insistentemente para que este le respondiera, pero ya a la tercera llamada, cuando el buzón de voz volvió a sonar, este no pudo resistir las lágrimas.

— Señor, Min. Deje su mensaje. — JiMin escucho su voz y se quedó en la línea un momento tratando encontrar las palabras que quería decir.

— Eres un maldito cobarde... — Su voz salió quebrada por estar llorando y sus manos temblaban. — Ni siquiera puedes volver a verme a la cara, ojalá te pudras donde estés y nunca más regreses aquí imbécil.

La línea se cortó y JiMin lanzó su teléfono lejos. No quería saber nada de nadie, mucho menos de YoonGi, solo quería que la cama se lo tragara.

Se levantó con dificultad de la cama, aun sintiendo cómo su cuerpo ardía. JiMin se sostenía de las paredes tratando de llegar al baño y cuando estuvo ahí comenzó a llenar la bañera con agua caliente. Quería poder tomar un baño después de esos dos días, se sentía tan sucio y no quería tener rastro de lo que había pasado en su cuerpo. Cuando vio las sales que él usualmente se echaba en su cuerpo para oler como a YoonGi le gustaban, las tomo entre sus manos y las estrelló contra la pared con rabia, no quería oler nunca más como él quería, no quería su atención o sus ojos sobre él nunca más.

𝓹𝓪𝔂 𝓶𝓮 𝓪𝓽𝓽𝓮𝓷𝓽𝓲𝓸𝓷! ©   (YoonMin) +18Donde viven las historias. Descúbrelo ahora