Capitulo 4

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—Ahora vas a conocer a mi jefe, te vas a portar bien ¿verdad hermanita? —preguntó acariciando su cabello. Se veía tan tierna ahora con su ropa normal y no con ese uniforme sin chiste.

—Chibi Chibi —sonrió feliz, abrazándola.

Sonrió sin dejar de acariciar su cabello— Gracias Kevin por ayudarme con todo lo de la niña, bueno que en realidad era muy poco

—No hay problema señorita —murmuró observando el lugar un tanto distraído.

—¿Es verdad que vienes por aquí? ¿por qué es un secreto?

— ¿Lo escucho? —murmuró sonrojado— bueno este si...

—Imagino que no querían que supieran que Seiya es benefactor de este lugar

—Era un secreto ni la directora lo sabía —murmuró Seiya acercándose a ellos.

Sonrió al verlo llegar— Creo que ahora ya lo sabe, mira te presento a mi hermanita Serenity —dijo haciendo que su hermanita volteara a verlo.

—Hola pequeña —se agachó para quedar a su altura— tu hermana me ha hablado mucho de ti

—Hola Chibi Chibi... —murmuró sonrojada y un tanto apenada—

—Tu hermana trabaja para mi —sonriéndole— te pareces mucho a ella

Sonrió abrazándolo— Gracias por venir por Chibi Chibi

Se sorprendió, pero enseguida entendió que no la había pasado bien, por lo que también la abrazo— Ahora no volverán a separase

—¿Lo prometes?

—Lo prometo —sonriéndole a la pequeña.

Sonrió colocando las manos en sus mejillas— Eres un buen jefe... ¿compras un helado a Chibi Chibi jefe de mi hermanita?

—Te comprare un helado doble —sonriendo ante la ternura de la niña— sin duda eres igual a tu hermana

—Chibi Chibi, el señor Kou tiene muchos pendientes, yo te llevo por el helado ¿sí? —sonrió ante el gesto tierno que tenía Seiya, eso lo hacía verse aún más guapo.

—No, está bien vayamos por un helado después Kevin las llevara hacer compras necesita una linda recamara

—¿Habitación tan linda como la que tenía en casa? —preguntó ilusionada la pequeña— ¿Dónde se va a quedar Chibi Chibi?

—Si tendrás una hermosa habitación —Dijo Seiya cargando a la pequeña para caminar a la salida.

Serena lo observo. Se veía tan diferente que era imposible que no se llegara a enamorar aún más de él. Pero también como su pequeña hermanita hablaba más de lo que imagino, sin duda también a ella le había agradado.

—¿Y tú dónde vives? —preguntó con curiosidad la pequeña.

—En una casa grande

—¿Y tienes alberca? Chib Chibi siempre ha querido una

—Si tengo una alberca grande ¿te gustaría ir a verla?

—Si... —dijo emocionada.

—Pero señor... —murmuró Serena apenada de que tuviera la pequeña esas confianzas con él— con el helado será suficiente

—Shhh —sonrió al llegar al auto— entonces iremos por un helado después iras con Kevin y Serena a escoger una linda recamara y ropa nueva desde luego y después me ayudas a convencer a tu hermana para que se queden en mi casa a no ser que te guste mucho el departamento

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