Capítulo 13

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Narra Nick

Esta chica me saca de quicio, os juro que no la soporto si un segundo más, pero por otro lado es puramente irresistible.

Estamos en mi coche, camino a mi casa, estábamos en el restaurante y de un momento a otro se ha puesto a diluviar y hemos decidido ir a mi casa a seguir con la charla que teníamos pendiente.

Veo que mi padre ha dejado hoy su coche en el garaje lo cual no puedo meter el mío y tenemos que ir andando hasta la puerta de casa.

- Vale, a la de tres corremos-. Dice Kim a la vez que coge el manillar de la puerta-. Uno, dos -. Y no cuenta tres porque ya ha salido del coche y está corriendo como una loca hacia la puerta de entrada-.

Hago lo mismo, y cuando llego estamos los dos empapados.

- Has dicho a la de tres, y has llegado a dos y por suerte-. Digo mientras meto la llave en la cerradura-.

Entramos y veo que no hay nadie en casa. También me ha ayudado saberlo la nota que hay en la encimera.

" Tu padre y yo no dormiremos hoy en casa, asuntos en la oficina, la cena está en el microondas, te quiere. Mamá"

Vaya, la casa sola un viernes, mierda, olvídate de fiesta porque está lloviendo y la gente no sale. Mi mirada se dirige a Kim, la cual está con la camiseta como si hubiese salido de la lavadora y los pantalones igual. Vamos a mi cuarto y abro el armario y cojo una de mis camiseta, por cierto ya le regalé una, se la lanzo a la cara y ella pone una mueca de asco pero después se le pasa, soy yo o a olido mi camiseta, bueno como sea, yo me quito la mía y la echo al cesto de la ropa sucia, mi madre después me regañará porque dirá que huele a humedad.

- Entra al baño si quieres a cambiarte, aunque si te quedas no pasa nada-.

- Creo que prefiero entrar-. Dice mientras se dirige al baño-. Por cierto¿ tienes un peine o algo?-. Su mano lucha contra su pelo para desenredarlo-.

- Si, en la segunda balda del armario-.

Si ni siquiera darme las gracias se mete en el baño.

Narra Kim.

Siempre he querido entrar en el baño de un chico, sé que vivo con uno pero no es lo mismo, Lucas cuenta como chica, compartimos el baño.

Le echo un vistazo rápido, todo ordenado, abro el armario que me ha dicho y busco el peine. Vaya que tenemos aquí, colonias, obvio que las huelo, no sería Kimberly si no hiciese eso, tiritas, algodón, bastoncillos para el oído, condones y por fin el peine, espera ¿condones? Oh dios, y no hay uno, no, hay como veinte, dios, lo que daría porque mañana solo hubiesen diecinueve. Dios Kim no, que haces pensando eso, no puedes. "Sabes que está muy bueno Kim, no lo puedes negar" me dice una vocecita dentro de mi cabeza.

Decido salir, ya que Nick se podría preocupar, pero a quien quiero engañar, ese ser solo se preocupa de sí mismo.

- Oye ¿para qué tienes tantos condones si no los vas a usar?-. Lo visualizo acostado en la cama con el codo apoyado en el colchón y mirándome-.

- Más quisieras tu que nosotros utilizásemos uno-.

- Qué dices, por dios que asco-. Exagero mis palabras para ver si así no se da cuenta de que estoy mintiendo-.

- Mientes muy mal que lo sepas-.

Og lo detesto. La verdad que no me importaría, está demasiado bien. Lo importante es que no se cree un ambiente incómodo, y como si el universo me hubiese escuchado, de pronto la luz se va. Oh ¿en serio? Maldito universo.

Enamorada de Nick FoleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora