Un año atrás...
2017
Ya eran doce años en los que separarme de su lado no era una opción.
Once años en los que nos logramos conocer de la mejor de las formas... Y eso involucraba todo los aspectos.
Por ejemplo, yo adoraba usarlo de almohada y él solía usar mi ropa a escondida en temporada de frío.
Aunque ahora lo hacía sin ninguna pena, vagaba con mis abrigos por toda la casa como si fuese un vagabundo.
No éramos de usar ropa, en realidad no teníamos mucha, pero había temporadas en las que por mucho que odiásemos traer otra capa encima de nuestra piel, optar por vestir un par de pantalones y una chaqueta era lo mejor en lugar de un resfriado.
Estabamos a finales del año, a mitad de diciembre para ser más exacto y el frío calaba hasta los huesos. Caminabanos por el centro de la ciudad, aún disfrutando de la luz del sol que tibiaba un poco el cuerpo.
Él tenía puesto uno de mis abrigos más acogedor junto a unos pantalones que me quedaban algo chicos de tiro y largo; y tomando en cuenta aquello de que no solíamos tener mucha ropa por el simple hecho de no usar casi nunca, no me quedó de otra que tomar una de sus chaquetas y pantalones, una me quedaba ajustaba al cuerpo y el otro a la medida, respectivamente. Él seguía siendo de talle más pequeño que yo, pero siempre solíamos confundir tallas.
Era curioso al vernos en los vidrios de las vitrinas, su estilo algo minimalista no me quedaba nada mal, a pesar de parecer que la chaqueta era de licra por lo ajustada que me quedaba y lo corto de los pantalones, pero era un buen estilo, para marzo tal vez.
Mientras que, verlo a él era de lo más divertido. Mi ropa solía ser algo llamativa y esponjosa, por lo que verle con aquel abrigo casi del doble de su tamaño, con buen trozo colgando de las mangas y llegarle el elástico más abajo de su trasero era algo digno de lo cual burlarse, además de que pisaba el dobles del pantalón.
Sostenía su mano mientras caminabanos por la acera, evitando verle para no estallar en risas, parecía una esfera navideña así.
— Sí, sí, muy gracioso —le escuché comentar mientras sostenía su pantalón, gruñiendo suave en cuanto asentí a lo que dijo —. Por lo menos, yo no tengo nada de frío —siseó orgulloso, frotando su mejilla con la manga del abrigo. Gruñí rodando los ojos.
No podía negarlo, yo sí estaba que me moría de frío, pero mi orgullo era más, además no me atrevía a quitarle mi abrigo.
— En mi defensa, el frío se pasa caminando y el ridículo ni quitándote la ropa. —me encogí en hombros, mirando al frente en lo que quedaba de nuestro trayecto a casa. No dijimos más nada después de eso.
...
Llegamos a casa, entrando directo a tomar asiento en la sala. Nos mantuvimos mirando aquel televisor apagado que estaba al centro de una pequeña mesita, aún callados hasta que él rompió tal silencio.
— ¿Tan ridículo me veo? —preguntó pasando sus manos por su pecho, a pesar de la edad aún mantenía ese tic nervioso. Suspiré al escucharle, un tanto culpable por haberle dicho eso.
— Claro que no, amor —respondí recorriéndome hasta estar lo más junto a él. Le giré al tomarle de la cintura, llevando mis manos debajo de aquella prenda y acariciar su piel —. Oye, sí que está acogedor aquí adentro —reí a la par de él, esto gracias a las cosquillas que causaba en sus costados. Intentó apartar mis manos sin mucho éxito, la risa no le permitía ni en lo más mínimo.
Me incliné besando su nariz, apoyando después mi frente contra la suya.
— Te miras de lo más tierno, pequeño, mucho, mucho —recibí un ronroneo de su parte y el suave toque de sus manos tibias.
Le abracé cual peluche; necesitaba que me pasara un poquito de ese calor, aunque fuese así.
Creo que necesito comprar más ropa.
—675 palabras —
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30 Días de OTP [Silvephiles]
FanfictionUno de los villanos más poderosos a los que el team se ha enfrentado ha vuelto, solo que con dos pequeñas singularidades: • Es un niño; y • Carece de recuerdos. Nuestro querido Silver será el encargado de cuidar y protegerlo, llegando así a encariñ...