18.- Haciendo algo juntos

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Nueve años atrás...

2009

¿Qué tanto se podría hacer al lado de un niño de trece años?

¿Jugar? ¿Salir al parque? ¿Ver una película? ¿Leer un libro?

Tal vez solo pasar un momento con él, escuchándolo y demostrándole que siempre estaría con él era suficiente.

Desde aquel día en que habíamos salido con los chicos ya no le había sacado de casa, no hasta hoy que los chicos decidieron llevárselo con la excusa de que lo pasearían por allí. Acepté y le dejé ir solo, en la compañia de Knluckles, Tails, Shadow, Amy y Scourge. Dijeron que se encontrarían con el resto en el bar de aquel día.

Más nunca pensé que realmente solo lo hubiesen llevado para tomarlo de burla y cuestionarlo después de tantos años sus verdaderas intenciones aquí.

Me molestó, sí, demasiado, no podía creer que aún desconfiaran de un niño. ¿Qué? ¿Creían que en cualquier momento atacaría? ¿Hasta ahora? Hubieron momentos mejores en los que pudo haberlo hecho y a pesar de eso no pasó nada.

El simple hecho de ver su rostro con tristeza marcada al llegar de la mano de Sonic quién también parecía estar algo molesto me partió el corazón. Supongo que igual a él le defraudó que los chicos que hayan comportado así.

En el momento que llegó a casa se aferró a mí y en ni un solo segundo quiso alejarse. Así es como es que terminamos aquí y así.

Era la primera vez que me dedicaba a mimar de esta manera al azabache, que me tomaba un momento para notar lo realmente indefenso que sería y que era ante todos; el brillo en sus ojos me lo demostraba.

Permanecía aferrado a mi pecho, ronroneando suave y moviendo con rapidez su colita. Me sentía como si cuidara a un chiquillo de 3 o 4 años, no un adolescente de su edad, pero igual me enternecía los comportamientos que llegaba a mostrar, no era para menos, diez años de su vida robados lo explicaba.

A momentos me contaba lo que los chicos le habían dicho y hecho pasar, aclarando que sólo aquellos que vinieron a por él fueron los que causaron su llanto y como el azul le había salvado de ellos.

Y más de una vez le escuché decir aquellas palabras que me hicieron sentir un hueco en el pecho.

— No me vuelvas a dejar solo, por favor...

No creía que estuviera jurando a aquel enemigo que arruinó mi vida y a ese mismo que después creí odiar al momento que se apropió de mi casa que nunca lo abandonaría.

Nunca pensé que me encariñaría tanto con él...

Así qué, ¿qué mejor se puede hacer que jurar a un niño que le querrás siempre?

Hay tantas cosas que hacer, tantas que yo opto por la más simple... Darle ese cariño que yo siempre añoré...

—473 palabras—

30 Días de OTP [Silvephiles]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora