30 Días de OTP [Silvephiles]

11.- Usando Kigurumis

Un año atrás...

2017

Al principio esta situación me había dado un poco de coraje, hasta que me di cuenta que no había nada qué hacer y terminé riéndome de todo.

Resulta ser que habíamos llegado de comprar un poco de ropa nueva después de aquel episodio helado que pasamos hacía unos días. Antes de estar en casa pasamos a una de las cafeterías del centro en donde nos quedamos un buen rato conversando, dejando las bolsas con las compras a uno de los costados de nuestro asiento; después emprendimos nuestro camino de regreso a casa, en donde al momento en que decidimos ver los abrigos y pantalones nuevos, nos topamos con que nuestra bolsa había sido intercambiada por sabrá Chaos quién.

Y en dicha bolsa que ahora nosotros teníamos estaban varios de esos trajes raros, tipo mameluco de bebé gigante solo que en forma de animal. Kigurumis según las sabias palabras del amado google.

Parecían ser bastante costosos y aunque intentáramos buscar nuestras pertenencias era casi imposible lograr dar con ellas, Möbius no era una ciudad para nada pequeña para ir en busca de una bolsa, así que, no los desaprovecharíamos y menos cuando Mephiles ya se había enamorado de uno de aquellos inusuales pijamas.

...

Pronto nos encontrábamos en la sala, mirándonos y riendo por lo ridículo que nos mirábamos. Pero eso sí, nadie podría negar que ésta era la prenda más calentita que hayamos vestido algún día.

Él vestía de un tierno Panda y yo había elegido aquel que se asemejaba a un león. Hasta este punto no me arrepentía de traer eso puesto.

Me acerqué a él, tomando de sus manos mientras sostenía el gorrito del pijama que caía sobre sus ojos. Reía aún por el simple hecho de traer aquello puesto. Me incliné un poco, eliminando aquellos centímetros que le rebasaba de altura, dando un pequeño beso en sus labios

— Te miras aún más lindo así—siseé, frotando después mi nariz con la suya, ganándome una mirada apenada de su parte. Incluso noté el momento en que sus mejillas se tiñeron de un profundo color rojo. Reí antes de volver a robar de sus labios un casto beso, cosa que a él de nuevo lo tomó por sorpresa.

Le abracé de la cintura mientras le alzaba un poco, haciéndole lloriquear y carcajearse. Nos arrojé sobre el sofá, dejándole sobre mi cuerpo en aquel mueble.

— ¿Qué planeas que hagamos ahora?—pregunté frotando un poco mi mejilla en su frente mientras él jugueteaba con el poco pelo en pecho que se escapaba de mi kigurumi.

— No sé, ¿quieres salir así a la calle a ver qué mirada ponen las personas?—inquirió como si nada, en tono de broma.

Oh, mi niño, yo nada lo tomo de broma...

Así es como terminamos caminando por las calles de Möbius, caminando, tomados de las manos e importándonos muy, pero muy poco lo que las personas pensaran.

Al final del día, era sus ojos los que me decían que lo que hacía estaba bien...

... Tenía un solo trabajo, hacerle feliz a él...

... Y parecía que lo estaba haciendo al pie de la letra...

Cada día estaba aún más convencido de que él era aquel ser que deseaba estuviera siempre a mi lado...

  — 506 palabras—