Give me everything (ADAPTADA)(Terminada)

Capitulo 46

Más o menos los demás correos venían así, gente que sólo me hablaba por estar con Manuel, y bueno, no es que me sintiera estrella, ni mucho menos que mi ego se elevara, pero ahora veía esas falsas amistades que sólo se interesaban por algo en específico. Eliminé rápidamente toda esa basura y revisé los mensajes restantes. Esos decían algo parecido, pero sin el cinismo de querer acoplarse a donde jamás habían pertenecido, quizá con un poco de esperanza para que yo les contestara lo que me decían con pequeñas indirectas. También eliminé los 15 correos similares y dejé los 5 que quedaban. 4 eran de mis amigas y uno venía sin remitente ni asunto. Lo dejé para el último. Los de las chicas decían que les daba gusto que me hubiera ido bien acá donde vivía, que Manuel era un chico guapísimo y que esperaban que se los presentara pronto, bueno eso era de pensarse, ni siquiera a Diego se lo había contado formalmente....aunque obviamente les mentí diciendo que entre él y yo aún no había nada. Me comenzaba a cansar de decir tantas mentiras, decir mentiras nunca te llevaban por un buen camino, al contrario, te ocasionaban problemas y de los grandes, al menos en mi situación. Les respondí sonriendo a todas, eran geniales y las extrañaba tanto. Un día de estos iría de visita con ellas, prometí en mi mensaje, y terminé con un "Las quiero mucho".

Por último, abrí aquel correo sin nombre y quedé helada al leer su contenido.

MÁS VALE QUE NO TE LE SIGAS ACERCANDO A MANUEL, ZORRA. ES MÍO Y DE NADIE MÁS, ENTENDISTE? MÍO O DE NADIE! TE ESTOY VIGILANDO.

Las mayúsculas hacían resaltar más el enunciado dándole ese toque terrorífico como si fuera carta de un maniático. Y estaba casi segura que lo era, era una maniática la que había escrito eso. Lo eliminé rápidamente Esto tenía que pasar tarde o temprano y yo había decidió asumirlo, cualquier fan de Manuel habría hecho esto para asustarme y sacarme de la jugada, era algo muy infantil que decidí restarle importancia y cerré el portátil. Manuel no llegó a dormir la noche pasada, y francamente no esperaba que durmiera en casa ya que el festejo no se podía evitar y él era parte de la fiesta. En el televisor sólo pasaban noticias y reportajes sobre aquéllos chicos que habían logrado de ser campeones de futbol sub-17 a tan corta edad. Sonreí al verlos cantar todos abrazados, se veian bastante felices y eso era muy importante para mí. En especial Manuel, que como siempre acostumbraba, se miraba sexy sexy. Pasé casi toda la tarde viendo la programación donde no se hablaba más que de los chicos y un pequeño paseo que realizaban por la ciudad en un autobús celebrando la victoria. Me ponía la piel chinita ver a todo ese gentío congregarse a las orillas de la calle por donde iban pasando, considerando a los chicos unos héroes. Me sentía muy feliz por Manuel, porque su máximo sueño estaba hecho realidad y porque si él estaba feliz yo también lo estaba.