Give me everything (ADAPTADA)(Terminada)

Capitulo 66

Manuel: Te refieres a esto?-tomó despreocupadamente el papel, se levantó y lo echó a un bote de basura cercano-no tienes porque celarte Arely, tú eres la única en mi vida y lo sabes.

Are: Mhhh te creo-le miré con fingida duda.

Manuel: Ah no lo crees? Bueno ya va siendo hora de hacer esto público, si lo sabe Dios que lo sepa todo el mundo, no? Oigan todos-habló en voz alta, la gente que estaba dentro del local lo volteó a ver interrogante-Ella-me señaló-es mi novia y la amo muchísimo. Es la mujer más hermosa que he conocido y quiero pasar el resto de mi vida a su lado.

Todo el local estalló en aplausos, yo en cambio estaba a punto de morir de pena.

Manuel: Ah y por cierto, me encanta cuando se pone así de roja.

La mayoría de los presentes se echaron a reír y luego volvieron a lo que estaban haciendo anteriormente.

Are: Oye que fue eso de ahí?-intentaba sonar enojada, pero se me salió una risita nerviosa.

Manuel: Nuestro noviazgo es oficial a partir de ahora, no te parece lo más "cool"? jajaja

Are: Me has hecho poner roja jaja-el nerviosismo ya se estaba esfumando.

Manuel: Es bueno, significa que te gustó.

Are: Eso díselo a mi hermano, guapo.

Al salir del establecimiento, miré a una chica sentada en una mesa al fondo, estaba segura de que antes la había visto. Ella nos miraba a Manuel y a mí, su mirada daba miedo, así que pasé de ella.

Manuel: Sucede algo?-preguntó al notarme distraída.

Are: Es sólo que esa chica se me hace conocida, creo haberla visto ya antes-respondí intentando hacer memoria.

Manuel: Mmm no creo reconocerla...en fin, vámonos ya que tu hermano debe de estar ya en casa.

Diego estaba ya en casa cuando llegamos.

Manuel: Creo que es hora de decirle...-lo tomé del brazo.

Are: Ni se te ocurra.

Manuel: Amor, no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy-caminó unos pasos a la sala, donde Diego estaba.

Are: Si le dices te juro que te dejo de hablar Juan Manuel Padilla.

Se detuvo un poco.

Manuel: No lo creo, pero en caso de que fuera cierto, valdrá la pena el sacrificio.

No pude decir nada más pues él ya estaba a la vista de mi hermano. Entre muchas cosas que quise hacer en ese instante, la más memorable fue que quise desaparecer de ahí y no ver a mi hermano jamás. No después de lo que Hiram le iba a decir. Estaba bastante enfadada con él, pero ya lo arreglaría luego.

Esperé cautelosa detrás de la pared, escuchando.

Manuel: Oye, Are y yo tenemos algo que decirte...-miró a donde yo estaba-puedes venir?.

No tuve más remedio que ir. ¿Ahí hacía calor o yo era la única que lo sentía? Sentía que mis manos sudaban y que mi frente estaba a punto de hacerlo. Que cruel era mi novio conmigo.

Diego: Los escucho-nos miraba suspicaz a los dos, una y otra vez.

Manuel tomó mi mano y ahí fue donde estalló la bomba.

Diego: No no no-Diego cerró los ojos.

Manuel: Arely y yo estamos saliendo.

Me mordí el labio.

Diego: Tú-señaló a Manuel-ella es mi hermana! ¡¿Cómo se te ocurre?!

Se puso de pie y enfrentó a mi novio.

Manuel: En el corazón no se manda Diego, te juro que la quiero, jamás le haría daño.

Diego: Puedo contar las veces que has dicho eso anteriormente! Traidor....

Se echó encima de Manuel.

Are: Oigan ya basta, ya ya Diego déjalo!-gritaba histérica porque ninguno de los dos me hacía caso.

Ellos seguían tirándose golpes, como si yo no estuviera ahí.

Are: Diego para ya-lo tomé del brazo y como pude lo quité.

Diego: Tienes un día para largarte de aquí, un día!-gritó-y tú-me señaló-te vas a tu habitación ahora mismo.

Are: Diego, no te has puesto a pensar que ya estoy grande y que soy libre de andar con quien quiera? No necesito la opinión de nadie para elegir. Me decepciona que aún me sigas tratando como niña pequeña, ya crecí Diego, date cuenta que no manejas mi vida.

Se quedó en silencio

Manuel se levantó del suelo, tenía un feo corté en el labio del que salía un poco de sangre.

Diego: Eso no quita que él se va.

No me había dado cuenta que Diego también tenía un corte pequeño en la ceja, éste fue al baño a lavarse.

Manuel: Cuando se te pase el enojo, háblame.

Me marché a mi habitación sin mirarlo.