13-El tiempo no te hará olvidar.

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De nuevo en este lugar. Es espeluznante, está oscuro, frio y tiene los muebles y la decoración como del siglo pasado. No, realmente es del siglo pasado. Aun no puedo creer que mi casa, mis cosas y todo se quedara atrás. Había pensado irme, es verdad, pero no de esa manera, no sin despedirme o hacerme a la idea. Cada vez que tengo que mudarme, es algo parecido, aunque sé que tengo que irme, termino por apegarme a esa vida.

— Razvan ¿Por qué estas triste? Salimos vivos de ese lugar, y ni siquiera te vieron.

— ¿tenías que destruirlo?

— Había muchas cosas que me delatarían, y a ti también, no tuve otra opción— lo imaginaba, yo también preferiría que todo arda a que me descubran. No quiero problemas, aunque parece que con Viktor solo encuentro problemas cada poco tiempo.

— lo sé, pero era mi casa, mis cosas. Tenía... recuerdos— eso es lo que más me está doliendo de esto, cosas con mucho valor, recuerdos de personas importantes para mí en todos estos años que he vivido. Y ahora no hay nada. El tiempo no te hará olvidar.

— lo siento, si hubiera otra manera no habría hecho eso— ¿escuche bien? ¿Se disculpó? Apenas tenemos unos pocos meses de conocernos ¿dos, tres? No iniciamos bien, pero con este tiempo puedo decir que tengo una idea muy cercana de cómo es Viktor. No es difícil porque no se molesta en fingir que es de otro modo. Y me queda claro que no es de los que se disculpan. No estoy molesto, no puedo estarlo cuando gran parte de eso es culpa mía. Si hubiera hecho caso cuando me dijo que había otros brujos cerca... no tiene caso lamentarse.

— ¿van a encontrarnos?

— nunca han encontrado este lugar. Esta mucho más protegido que tu casa— hablamos mientras caminamos por los pasillos, hasta una de las habitaciones que tiene una sala. No sé cuántas de esas hay por aquí.

— ¿y bien? ¿Qué haremos ahora? estabas aprendiendo a ser más sociable pero...

— Eso ya no me interesa...

— fue una de las condiciones que pusiste.

— han cambiado muchas cosas. No viviré entre humanos mucho tiempo, pero ahora entiendo mejor muchas cosas. Y también entiendo mejor los errores que cometí en el pasado, pero no creo que pueda cambiar mucho solo con eso.

— ¿ya pensaste otra cosa?

— Razvan ¿vas a quedarte conmigo?— Ah, eso. No sé qué responder aun. No es una decisión que pueda tomar sin pensar, una de las razones principales es como responder sin terminar siendo un espíritu— entiendo, creo que no me he explicado correctamente. Hablemos mañana, estoy cansado.

— Buena idea... sigo preocupado por Daimmen— Viktor me mira, suspira y se levanta sin responderme nada. Apenas y tenemos como cinco minutos aquí. Le sigo con la mirada hasta que llega a la puerta que va a las habitaciones.

— Él estará bien, no es débil, no necesitas preocuparte por él— me dice, sin voltear. Vaya, al final creo que hay cosas difíciles de cambiar. No pienso quedarme solo en este lugar, que suerte que aún recuerdo donde queda la habitación que use la última vez. Casi salto de alegría al ver mis cosas. No son muchas, apenas una maleta pequeña, pero es como una señal de que todo está perdido. El agua del baño esta helada, y cuando me dejo caer sobre la cama, me siento realmente cansado.

Dije que sería un nigromante, pero ya no me siento tan valiente. Me aterra darme cuenta de cuantas esperanzas tengo en librarme de los brazaletes. Lo he tomado como un hecho... y aquí siguen. Sé que Viktor se esforzara, y hará lo que pueda, pero si él lo hace ¿no lo hizo antes quien los puso? Todo se puso de cabeza. Hace algunos años soñaba con hacer magia, con ser realmente un brujo y hacer tonterías, no importaba que hiciera. He intentado vivir como me dieron mis padres, pero ya ha sido suficiente de eso, no puedo seguir teniendo una vida que me dijeron sin saber que más hay para mí. Siempre he trabajado, me he esforzado en ser bueno, pero... siempre se sintió extraño.

Crónicas de un nigromante (Crónicas #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora