19.-La gente te amara por lo que eres, otros te odiaran por la misma razón.

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Siento que floto en el aire, un aire oscuro. Aunque no estoy flotando... mis manos tocan algo solido y la luz me hace abrir los ojos. El suelo está caliente, me levantaría pero no encuentro fuerza. Una mano se extiende delante de mí.

— ¿Día agitado?— Daimmen. Tengo que mirarle fijamente porque siento que aún estoy soñando— qué suerte que estuviera pasando casualmente por ahí ¿no crees?

— Mucha suerte— no sé dónde estoy, pero Viktor está de pie, hablando con Hadrien a unos pasos de donde estoy— ¿Qué paso? creí que... el precipicio...

— puntos débiles de la ciudad... no estaba seguro del punto por el que iban a aparecer, yo no conozco la ciudad ¿no soy genial?— no me puedo concentrar, ¿estamos bien? ¿No tenemos que seguir huyendo?— es una zona segura, tendrían que quedarse unos días por aquí— deja de sonreír, y suspira— causaron más alboroto que nunca entre el parlamento, entraron a la ciudad y escaparon... o alguien los ayudo a escapar.

— bueno...

— ¿Te encuentras bien?— estoy temblando, me siento cansado y creo que si hubiera comido algo estaría vomitando, además tengo hambre y sueño, me duele la cabeza. En pocas palabras me siento jodido.

— me he sentido mejor.

— es el uso de la magia, a veces puede agotarte si no sabes controlarla.

— ¿Por qué ellos no están más alarmados? Acabamos de escapar, casi nos atrapan y estaban destruyendo una ciudad. Parece que no hubiera pasado nada— Daimmen sonríe, me da unas palmadas en el hombro y me encamina hacia ellos.

— porque es parte de ser nigromante. Son ellos o eres tú. Haces lo que tienes que hacer para sobrevivir y conservar tu libertad. Muchos prefieren morir a ser prisioneros— lo entiendo, ser culpable de lo que sea solo porque soy diferente no es muy justo. Estamos ya cerca de Hadrien y Víktor, alguien llega primero, desde el otro camino. Ignora complemente a Víktor y se pone a hablar con Hadrien— ah, vaya. Nunca tuve el honor de conocer a Kiran— Dice la palabra honor con un marcado sarcasmo. Con que Kiran... no es como Keegan. Parece amable, y si que tiene toda la apariencia de un héroe.

— entonces ¿con esto está todo olvidado? ¿No más visitas indeseadas?— Viktor se queda mirándoles, luego solo asiente. Extiende la mano hacia Hadrien.

— gracias. No me voy a disculpar por lo que hice, sigo pensando que es una mala idea de que estés con él, pero...— se encoge de hombros— estamos bien ahora.

— Eso espero...— Hadrien extiende la mano también. Una despedida muy formal. Me mira, sonríe e inclina la cabeza un poco. Luego Kiran toma su mano y desaparecen. Vaya que son una pareja imponente.

— ¿No tendrán problemas si les siguen por su magia?— pregunto, Víktor por fin voltea a vernos.

— No creo que alguien quiera enfrentarse a esos dos. En el parlamento serán idiotas, pero no suicidas. No se meterán con Kiran— caminamos, alejándonos de donde estamos, veo una carretera más adelante, pero no veo ninguna casa— estamos en un lugar seguro, el parlamento no ha llegado a todo el mundo, por más que quieran hacernos creer que sí— yo más bien pienso que deben estar más ocupados comprobando lo que paso y los daños, y después vendrán por nosotros.

— ¿Alguien me va a contar que paso con exactitud?— No tengo ganas de hablar, además ni siquiera yo se la historia completa. Cuando parece que no habrá una respuesta, Víktor comienza a hablar. Caminamos escuchando la historia desde el momento en que Víktor y Hadrien se fueron. Escuchar todo lo que paso mientras yo estaba encerrado me da la impresión de que no fue tan grave como lo pensé al inicio.

Crónicas de un nigromante (Crónicas #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora