2° La otra forma de ver la vida

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Gio

Camino por el puente que conduce a mi dulce hogar, en el que llevo habitando desde hace aproximadamente 3 años. Cuando de repente veo como algo se hunde en el agua, no sé exactamente por qué, pero tengo el instinto de salvarla. Me lanzo al agua, nado lo mejor y lo más rápido que puedo, al llegar a ella, con mi navaja de bolsillo, se la clavo al Thund que la sujeta, la suelta lo suficiente para que pueda sujetarla y comenzar a subir. Cuando ya estoy llegando a la orilla, siento un fuerte arañazo en mi espalda. Al llegar, intentando no pensar en el dolor, le comienzo a hacer RCP. Al abrir sus ojos, lo primero que llega a mi mente es un bello bosque de arboles frondosos como los de Capitol. Comienza a toser por toda el agua que había inundado su cuerpo, le masajeo un poco la espalda para ayudarla y luego me mira, sus bellos ojos verdes me hacen perder el hilo de mis pensamientos, me siento extrañamente atraído hacia su persona. La ayudo a levantarse, tiene la pierna bastante mal. La escucho quejarse.
—Puedes apoyarte en mi si te duele mucho— aclaro mi garganta y se sujeta en mí, tenerla tan cerca, me provoca sensaciones que no debería tener.
—Muchas gracias por ayudarme, yo soy Nicola— Tiene un bellísimo acento de Capitol. Demonios, intento sacarla de mi mente, pero la atracción que siento por ella es demasiado.
—Yo soy Giovanni— Intento sonar tranquilo y parece que lo consigo— Vamos te llevaré a la casa común más cercana, aprovechando que de todas formas quería ir a cambiarme luego de la zambullida de recién
—Está bien—Espero que Cam y Pam no se vuelvan locas por la presencia de una nueva chica en la comunidad y que Louis no intente nada con ella.
Caminamos por el sendero sobre el agua que nos lleva a la casa común, sentir su pequeño cuerpo temblar por el frio y un poco el miedo, me hace sentir unas tremendas ganas de abrazar su pequeño cuerpo.
—Bueno, aquí llegamos, aunque antes de entrar me tienes que decir tu edad para ver si puedes— Buena excusa Giovanni, tú solo quieres saber para averiguar más de ella.
—Tengo 19, ¿y tú Gio? —¿Desde cuándo mi apodo suena tan armonioso? — ¿No te molesta que te diga así verdad? — Si supiera que me encantó que me llamara así.
—Digamos que soy un año mayor que tú—Me arriesgo en mi siguiente frase con un apodo— y no te preocupes por eso pequeña Nicci, dime como tú quieras, ¿entremos? —Entro algo nervioso y lo primero que veo es a las mellizas y al pelirrojo que viven conmigo— Chicos les presento a Nicola la suicida—
—¡¿Cómo que suicida?! — Su voz se escuchó más aguda, como la de una niña pequeña, me hace sonreír.
—¿Será porque todo el mundo sabe que no deben tirarse al agua porque esta es zona de Thunds acuáticos? Ya sabes, esas cosas con garras y tentáculos— Louis la mira como si estuviera loca por no saberlo, ahora que lo pienso, es extraño que se lanzara al agua, esta zona es conocida por sus Thunds.
—Mi misión era salvar a una niña que cayó al agua. —¿Pensó que el cebo del Thund era en verdad una niña? — Además, si era tan peligroso, ¿Por qué me salvaste Gio? —trago saliva, no me esperaba esa pregunta.
—Pues fue porque…—La escucho estornudar de una forma muy adorable y aprovecho el momento para cambiar de tema— Mejor te prestamos ropa para que no te enfermes más.
Cuando sale del baño y con mejor aspecto, la envuelvo en una cálida manta y nos acompaña, le vendo la pierna para que no se infecte y nos ponemos a tomar chocolate caliente mientras conversamos un poco, Nicola parece algo de perdida. Lo que no me esperaba era que, al voltear a verla, esta se encontrara muy cerca de mí, la veo dudar y yo entrecierro un poco mis ojos, pensando que me besaría. Me avergüenzo instantáneamente cuando luego de pasarme el pulgar por el bigote se lo lleva a su boca seductoramente, retrocede y me mira divertida.
—¿Qué sucede Gio? ¿Esperabas otra cosa? — Miro a Cam y la molestia me llena.
—Ohhh, vete a pescar Jahls—la molestia me puede y camino a la puerta— Volveré más tarde, Nicci duerme en la habitación 3—
Camino hacia la plaza de para sentarme en uno de los cafés de la zona. Me pongo a pensar en qué me deparará el destino. Después de todo, la llegada de Nicola traerá cambios para los chicos y para mí. Luego de unas horas de divagar mientras tomo café, una llamada a mi madre y una a mi padre, me devuelvo tranquilamente a la casa y entro en mi habitación que es la número 4. Por fin alguien está cerca de mi habitación, luego de que mi amigo se fuera a no sé dónde.
Me acuesto en la cama y siento una extraña presencia a mi lado, ¿pero qué demonios?, esa persona se acurruca más contra mí, me volteo y la miro, Nicola me mira directamente a los ojos, reflejándome demasiado amor en su mirar. Me toma de las mejillas y sorpresivamente sus labios buscan los míos. Es un beso dulce, con una pizca de nostalgia que no entiendo. Joder, maldigo en mi mente cuando se coloca sobre mí, de sus labios sale mi nombre, al subirse en mi queda exactamente en un punto bastante sensible del cuerpo masculino. Mis manos van a su cintura y pareciera como si reaccionara de algo, porque se separa abruptamente de mi y se sienta a mi lado.
—Llego a mi habitación y me encuentro con la sorpresa de que la chica a la que rescaté en la tarde robó mi cama y me sedujo—Enciendo la luz de la mesilla de noche y la veo, sus mejillas están sonrojadas y sus ojos algo húmedos— ¿Por qué te ves tan nostálgica?
—Lo lamento, creí que eras alguien más— Eso me a dolido un poco, ósea que tiene a alguien más. No tengo oportunidad con ella, debí saberlo, una chica tan bella siempre tendrá pareja
—¿Ese alguien también se llamaba Gio? —Parece que toco un punto sensible de sus recuerdos y se lanza a abrazarme, la escucho sollozar y eso extrañamente me rompe el alma.
—Yo… vivía en Capitol, tenía una pareja que se llamaba Gio, pero… él falleció hace un año, por eso vine aquí, para poder rehacer mi vida — Ósea que está soltera, demonios, en qué estoy pensando. Acaricio su cabello para que se calme y la consuelo para que se relaje
—Lo siento tanto— La estrecho entre mis brazos, intentando llevarme toda su tristeza.
Luego de un rato, nos recostamos en la misma posición. Pronto se queda dormida y yo pienso en lo mucho que me fascina esta extraña chica de cabello rubio que no parece conocer nuestro mundo para nada

Mundos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora