7° Y... ¿Se siente bien?

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Respiro de forma acelerada y Gio termina de acomodarse el pantalón. Yo misma me metí en esto. Desvió la mirada para encontrarme directamente con su entrepierna ya erecta.

-¿Lista, pequeña? -Trago saliva y asiento. Humedezco mis labios y me acerco.

Con mi lengua, dibujo círculos en la punta y luego muerdo un poco, con suavidad obviamente. Esto parece gustarle, ya que, con una de sus manos comienza a acariciar mi cabello. Introduzco la punta en mi boca, y comienzo a succionarla con suavidad. Me entretengo bastante entre dar lamidas, mordidas y succiones.

-Vamos, me estás torturando- Sonrío y lo introduzco en mi boca completamente, comienzo a sacarlo de mi boca y volver a introducirlo con un ritmo suave -No pares...

Mi ritmo aumenta y parece gustarle más, vario entre mordidas y lamidas para no volverlo monótono y lo que no puedo meter en mi boca, lo masturbo con mi mano. Luego de un rato, no especificaré cuanto, ya que, tampoco lo estoy contando. Comienzo a darme cuenta de cómo su entrepierna palpita levemente en mi boca, y me doy cuenta de que está por acabar. Sonrío e introduzco sólo la punta para empezar a pasar mi lengua por ella con insistencia. Su sabor inunda mi boca y lo comienzo a tragar involuntariamente. Cuando acaba totalmente, vuelvo a lamer un poco más la punta y doy otra mordida suave.

-Eso... ¿Se sintió bien? -Lamo mis labios y me siento a su lado.

-No es la primera vez que haces uno ¿cierto? -Le miro a los ojos y comienzo a pensar. Luego recuerdo que a esta edad yo todavía era una santurrona.

-A decir verdad, es la primera vez que hago uno -La primera vez que hago uno en este mundo.

-Entonces, bendigo tu boca -Mira mis labios y sin importarte que acabó en ella, me besa con intensidad. Mordisquea mi labio y me abraza.

-Deberías arreglarte el pantalón cariño- Susurro contra su boca.

-Sólo porque teníamos un trato, no seguiré por ahora -Se separa de mi y se arregla el pantalón. Luego de una sesión de besos, algo más tiernos. Me mira a los ojos y se apega mucho a mí, para darme un cálido abrazo.

-¿Para qué fuiste a hablar con tus padres exactamente? -Me acomodo sobre su pecho y Gio abraza mi cintura.

-Para acabar mi compromiso con la chillona de Nora. Lo tomaron bastante bien, aunque con una condición. -Le miro extrañada.

-¿Cuál condición? -me coloco sobre él para estar más atenta.

-No te la puedo decir, no aun pequeña Nicci. -Coloca sus manos en mi cintura y le quita de encima. -Vamos, tenemos que ir a la plaza. Tenemos que comprarte ropa, pequeña desconocida.

-Pero, no tengo dinero. -Me mira extrañado.

-¿No tienes el emblema de tu familia? -Saca un pequeño broche de su bolsillo y me lo muestra.

-Es que, cuando me fui de casa... se me quedó. -Ríe y yo sigo observando su broche con forma un lobo

-Entonces debemos ir a retirar un repuesto a NeuroBrain- El nombre provoca que mi corazón lata de forma desbocada por la ansiedad que me causa

-¿La empresa... de mi padre? -desvío la mirada.

-Claro, ellos son los encargados de los broches. Vamos -Me toma de la mano y nos levantamos para irnos.

Esto es una pésima idea, el nombre de NeuroBrain aparece ante mis ojos y entramos casualmente. Respiro hondo y caminamos a donde una secretaria de pelo negro revisa unos papeles.

-Buenas, vengo a hacer un retiro de un broche -Se apoya en el mesón y se inclina hacía ella. -Digamos que la señora de aquí al lado mío perdió su broche cuando cayó al lago de Thunds.

-Necesito confirmar que tiene la autoridad para pedir un broche nuevo- Gio saca su broche y se pincha un dedo con la parte para enganchar a una camisa. Cuando la gota cae en el broche, este comienza a brillar. Me quedo anonadada con esto y de pronto se escucha el aullido de un lobo. -Perfecto, ¿me puede decir el nombre de la señorita?

-Nicola D'Angelo- La secretaria me ve impresionada.

-Señorita Nicola... Lamento mucho lo de sus padres- Me acerco al mesón.

-Fue algo muy trágico- Recuerdo como papá se sacrificó por mi y mis ojos se llenan de lágrimas.

-Bueno, necesito activar el broche. Necesito su dedo -Toma un broche con forma de un felino con alas. Cuando pincha mi dedo, se escucha el gruñido del felino.

-Eso es todo, ya nos tenemos que ir, pequeña -Me coloca el broche enganchado en la camiseta que llevo y nos vamos luego de que nos despidiera la secretaria.

Luego de que escogimos ropa, me enseñó como era el método de pago. En este mundo no existía el dinero en físico, ya que, los recursos al ser tan limitados no quieren gastar de forma inútil estos. La forma de pagar es simplemente mostrando el broche. Al parecer tengo una cuenta bancaria muy extensa, al ser hija de un empresario muy importante.

-¿Quieres pasar a tomar algo? -Yo asiento y vamos en dirección a una cafetería- Sabes Nicci, eres muy extraña. No sabes mucho de este mundo, no pareces conocer nada al respecto.

-Bueno, eso tiene una explicación- Comienzo a inventarme una historia en mi cabeza- Yo estudié fuera, me refiero a un pequeño pueblo a las afueras. Me crie ahí y me enseñaron muy poco de todo.

-¿Te criaste en Palum? Espera... ¿Tú eras aquella niñita que siempre estaba en su propio mundo de lectura y fantasía? -Un recuerdo de mi niñez llega, y de como conocí a Gio cuando era pequeña.

-Pues, no lo recuerdo del todo. -toma mi mano y me sonríe. Nos sentamos en una de las mesas y conversamos sobre cosas triviales. Una castaña nos atiende e intenta coquetear con Gio.

-Hola, ¿En qué puedo ayudarte a ti y a la rubia esa? -Su mirada es coqueta y me repugna.

Gio le hace una seña para que se acerque y le susurra algo al oído, ella parece asentir y se aleja moviendo la cadera de forma exagerada.

-Espérame, voy al baño un segundo- Me levanto sin dejarle contestar y camino al cuarto de baño. Entro y comienzo a mojarme la cara, intentando relajarme. No puedo mostrarme celosa, no somos nada. Mi subconsciente me grita una y otra vez que es mío y que lo puedo celar todo lo que quiera, pero no puedo, no debo.

Salgo del baño y al parecer nuestro pedido ya está en la mesa. -Ya volviste- Su sonrisa es muy cálida y luego de sentarme, miro nuestro pedido.

-Gio... ¿Por qué pediste esto? -Una copa de café helado, bastante grande y con dos bombillas es lo que él pidió.

-Pues, es el combo para parejas. Estos son bastante populares, y nunca he probado uno- Me sonríe y comienza a beber por su lado de la copa.

-Pero... Pero... -Suspiro resignada y con un gran sonrojo en las mejillas comienzo a tomar yo también. Siento la mirada de una persona, me volteo y observo como un chico que no conozco me mira mucho. Gio parece notarlo y no le agrada, frunce el ceño y de forma desprevenida, toma mis mejillas y me besa. Me susurra un leve "Sígueme la corriente". Me sigue besando, cada vez con mayor intensidad. Muerde mi labio y cuando nos separamos, mi respiración está agitada y sonríe victorioso. Al parecer sólo quería marcar propiedad, ruedo los ojos divertida y Seguimos conversando de todo mientras tomamos la copa. Cuando lo acabamos, entre charlas y todo. Me fijo en que una frase se observa en la copa...

"¿Te gustaría salir conmigo?" Me llevo una mano a la boca y le miro sorprendida. Me sonríe y yo no sé que decir. Se levanta y me abraza, sin dejar que conteste aún.

-Querida Nicola D'Angelo, ¿Te gustaría ser la novia de este pobre hombre que se siente desesperado por la gran atracción tanto física como emocional que siente por ti?

-Si... -Me besa con ternura apenas acabo de responder y al acabar junta su frente con la mía.

-Por fin ya eres mía... -Me abraza con mayor intensidad.

-Cariño, tu siempre fuiste mío... -Pienso en voz alta...

Mundos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora