1° Tan sólo agua

3 1 0
                                    

Con lágrimas en mis ojos sin saber qué hacer exactamente llego a mi destino. Al parecer mi padre lo logró, logró el sueño de mi madre, lo que ella siempre esperó lograr, por lo que creó NeuroBrain.

Me encontraba en una especie de isla donde podía observar otras con pequeñas construcciones que parecían viviendas. Al parecer había llegado a un universo donde todo estaba inundado. Todo iba bien hasta que escuché un grito, corrí hasta la zona, parecía que algunos habían caído al agua. Me lancé sin pensarlo a intentar ayudar. Nadé rápidamente hasta una pequeña niña y la ayudé a llegar a la orilla. Lo que no sabía que pasaría es que algo me tomaría de la pierna, tirando de mí hacia el fondo. Vaya forma de llegar, hago algo bueno y muero sin siquiera lograr sobrevivir para poder hacer una mejor vida...

Abro los ojos sintiéndome ahogada, lo primero que me encuentro de frente es a un chico, bastante joven por cierto de pelo negro y unos bellísimos ojos verdes. Su cara está tan cerca que siento su respiración, al comprobar que todo está bien en mí, suspira aliviado. Un par de toses más tarde me ayuda a incorporarme, provocándome un fuerte dolor en la pierna. la observo y veo como tengo unas marcas de como si un león hubiera usado mi pierna como poste para arañar. Vuelvo a mirar al chico para darle las gracias.

-Puedes apoyarte en mi si te duele mucho- Reconozco el español y un leve acento italiano casi imperceptible, me trae recuerdos de mi bello Gio, de cuando era joven. Cuando nos conocimos también tenía ese leve acento.

-Muchas gracias por ayudarme, yo soy Nicola- Sin poder evitarlo, aunque esté hablando español mi acento italiano, igual que el suyo.

-Yo soy Giovanni- Esto debe ser una coincidencia- Vamos te llevaré a la casa común más cercana, aprovechando que de todas formas quería ir a cambiarme luego de la zambullida de recién

-Está bien- ¿Casa común? ¿Viviré con Gio, aunque no sepa quién soy?

Caminamos por un sendero sobre el agua, iba bastante apegada a Giovanni fingiendo que ahora le tenía algo de pavor al agua, aunque en verdad, sólo quería estar más cerca de él. Al llegar, observé una caja con bastante estilo rustico y a la vez bastante moderna.

-Bueno, aquí llegamos, aunque antes de entrar me tienes que decir tu edad para ver si puedes- le miro extrañada y lo analizo, para saber con exactitud qué edad tiene él en estos momentos

-Tengo 19, ¿y tú Gio? ¿No te molesta que te diga así verdad? - espero verme como me veía a los 19 y no como una de 30, como es mi edad real.

-Digamos que soy un año mayor que tú, y no te preocupes por eso pequeña Nicci, dime como tú quieras, ¿entremos? - No puede ser, es un niño para mí, ayudándome a entrar, pasamos y nos encontramos con una pareja de chicas y un chico -Chicos les presento a Nicola la suicida-

-¡¿Cómo que suicida?! - le miro enfadada.

-¿Será porque todo el mundo sabe que no deben tirarse al agua porque esta es zona de Thunds acuáticos? Ya sabes, esas cosas con garras que y tentáculos- Miro al pelirrojo que ha hablado.

-Mi misión era salvar a una niña que cayó al agua. Además, si era tan peligroso, ¿Por qué me salvaste Gio? -le miro con una sonrisa provocativa.

-Pues fue porque...-Estornudo, provocando que no acabe lo que iba a decir- Mejor te prestamos ropa para que no te enfermes más.

Luego de estar duchada y con una pierna vendada, estoy en la sala conviviendo con este cuarteto de idiotas. Observo como Gio tiene un bigote de chocolate. Me acerco de forma calmada y cuando estoy lo suficientemente cerca, le tomo del mentón, acercándolo mucho a mí, cuando estoy lo suficientemente cerca y veo como entrecierra levemente los ojos, le paso el pulgar por el bigote y me lo llevo a la boca, me alejo al recordar que es sólo un niño, con 10 años menos que mi yo real, puedo coquetearle de forma tan descarada sólo porque es Gio, finjo darle una mirada divertida.

-¿Qué sucede Gio? ¿Esperabas otra cosa? - Cam, una de las dos chicas se burla abiertamente de él.

-Ohhh, vete a pescar Jahls- se levanta levemente frustrado y escuchamos como sale de la casa- Volveré más tarde, Nicci duerme en la habitación 3-

No le tomamos mucha atención y seguimos hablando, me ha ayudado mucho para averiguar la historia de este lugar.

-No nos has dicho de dónde vienes Nicci- Pam es la que habla ahora, la otra chica, que es la melliza de Cam.

-Soy de Italia-Hago marcas en mi acento.

-Querrás decir de ascendencia italiana, ahora lo que se encuentra ahí es Capitol, no se te olvide- Asiento como si tuviera razón y bostezando les observo.

-Creo que ya es hora de dormir. Tu habitación es la con el numero 3 gigante- Se va cada uno por su lado y yo me dirijo como puedo hacía la habitación que creo que es, me acuesto en la cama, mientras pienso en todo lo ocurrido hoy y qué me deparará el destino luego de haber viajado a este raro mundo paralelo y que ahora sea 11 años más joven.

Al sentir a alguien acostarse a mi lado, una suave fragancia a menta y café me llena la nariz, sin poder evitarlo, me acurruco más contra esa persona, abro los ojos y me encuentro con los suaves ojos de Gio, tomo sus mejillas y lo beso con suavidad, como siempre lo hago y me coloco sobre él. Parece extrañamente confundido en sus besos, pero me los sigue de todas formas, no debería estar confundido, llevamos estando casados desde hace 10 años, sus manos van a mi cintura y cuando vuelvo a abrir los ojos, reacciono por fin. Me separo abruptamente de él, sentándome a su lado.

-Llego a mi habitación y me encuentro con la sorpresa de que la chica a la que rescaté en la tarde robó mi cama y me sedujo- Enciende la luz de la mini lampara y le veo a Gio, pero... no a mi Gio- ¿Por qué te ves tan nostálgica?

-Lo lamento, creí que eras alguien más- volteo para no tener que mirar a los ojos al joven adulto que está frente a mis ojos.

-¿Ese alguien también se llamaba Gio? - Me abraza y me pongo a llorar sin querer.

-Yo... vivía en Capitol, tenía una pareja que se llamaba Gio, pero... él falleció hace un año, por eso vine aquí, para poder rehacer mi vida -Adapto la historia un poco porque no puedo decir la verdad.

-Lo siento tanto- me estrecha en sus brazos y siento la calidez que hace más de un año no tengo a mi lado...

Mundos paralelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora