XIII

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Oscuridad

-Si bueno, maldito universo. ¿Qué más? ¡Que pase un carro y me moje! -gritaba a la nada, sus palabras eran amortiguadas por el fuerte repiqueteo de la lluvia.

No fue con carro lo que arruinó su día, sino un fuerte tirón de cuello metiéndola directamente a un callejón.

¿Otra vez...? fue lo único que pensó.

-¿Tú eres la protegida de la mafia? -la voz del hombre sonaba toscosa y cargada de odio.

-¿Y que si lo soy? -se zafó de su agarre de un empujón, preparando las dagas de los bolsillos.

-Vendrás con nosotros -dijo sin más, volviendo a tomar la gorra de su gabardina y arrastrándola a lo que parecía ser una cloaca. Con toda la tranquilidad del mundo Jin dejo su helado en el suelo y siguió al hombre -. ¿Sabes quién soy?

-Tu eres... -se lo pensó un momento-. No sé quién eres.

- Tch, que molesta -se dio la vuelta encarándola, en su rostro se podía notar una gran cicatriz atravesando su ojo izquierdo y parte de su labio.

-No quiero caminar -dijo cuando vio al hombre caminar otra vez.

-No me importa -sin soltarla abrió la coladera y bajo las escaleras llenas de moho.

Abajo el olor a cloaca era más insoportable que arriba, Jin tuvo que taparse la nariz unos segundos hasta acostumbrarse al olor. Tosió un poco y levantó la cabeza mirando al hombre.

-¿Me matarás? -preguntó.

-Sí.

-Tú ¿Y cuántos más? -se inclinó un poco hacia adelante retando al hombre con la mirada. Como por arte de magia varias figuras corpulentas y altas fueron apareciendo entre las sombras. Una sonrisa socarrona apareció en el rostro de Jin, solo para molestar más al hombre, no tenía ganas de sonreír.

El sonido del agua fangosa se mezclaba perfectamente con los gruñidos y los crujidos de huesos, específicamente de los nudillos de la organización.

-¿Tan pocos? -analizó a cada uno de sus contrincantes.

-Tu mataste la mitad de mi organización, maldita -exclamó con hastío.

-Oh, espera... ¡Stan! -gritó de repente cuando se terminó de iluminar.

El contrario no pudo responder debido al estruendo de la tapa metálica siendo destrozada. El grupo completo de maleantes y Jin dirigieron la vista al escándalo, desde afuera se notaban varios cuerpos que uno a uno bajaban o evadían por completo las escaleras oxidadas. Por un instante Jinsei quiso morir. Bueno, más.

¿Su día no podía ir peor?

Yosano Akiko, Edowaga Ranpo y Kunikida Doppo mantenían su posición como detectives listos para pelear.

Al ser la más cercana a ellos cubrió su cabeza con la capucha de la gabardina. Pero aún con eso Kunikida fue el primero en darse cuenta, ¿Cómo no iba a resaltar una silueta femenina y misteriosa entre un montón de cuerpos masculinos?

-El informe menciona solo cuarenta hombres ¿Quién es usted? -los tres se le quedaron viendo.

Ella soltó un suspiro, paso de largo los cuerpos de los detectives e intento subir las mohosas escaleras. Antes de siquiera poder poner un pie en la escalera el detective más inteligente se interpuso.

-Le hicimos una pregunta, respóndala por favor.

- Nadie de impor- -no pudo terminar. Las ropas negras de Jin se tiñeron de rojo. Contuvo un grito y miró hacia abajo.

Aparente resistencia | Bungou Stray Dogs |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora