La Decisión De Un Ángel© [[Actualiza lento]]

Capítulo X: Peligro Inminente

**Hola a tod@s!! No pensaba subir capítulo tan pronto, pero me inspiré porque... ¡¡Llegamos a más de 1000 lecturas!! ¡Muchas gracias!

Este capítulo es una especie de regalo por las mil vistas, así que lo hice largo como prometí antes. Que lo disfruten!**

A la mañana siguiente me quedé en casa, tal como prometí. Fingí un resfriado y mi madre me dejó a cargo de la casa. Ella salió a trabajar como siempre.                                                                   

A pesar de lo extraño que es el hecho de que Mitch me pida no asistir a clases, accedí.                

Siempre suele ser él quien insiste en que no llegue osar faltar a clases.                                             

“La casa es menos alegre si estás sola. Te hace mejor venir y compartir con la gente", suele decirme.                                                                                                                                                           

Acepté su petición, sobre todo porque tengo muchas preguntas que hacerle. Y porque es un ángel, igual que yo. Pero uno completo, más poderoso, más sabio sobre el mundo del que proviene. Jamás se me cruzó por la cabeza una idea tan descabellada y maravillosa. 

—No existen las coincidencias, solo lo inevitable—me dijo Lerathel. 

Sonó el timbre.                                                                                                                                            

Bajé las escaleras ya que estuve en mi habitación todo el tiempo. Abrí la puerta, y sentí ansiedad. 

Es Mitch.

—Pasa—le dije una vez abrí la puerta. 

Estoy feliz. Ahora puedo salir de mi casa y además, él tendrá que responder mis preguntas.

—Ya… puedes salir, si quieres—no me miró. Cerré la puerta y me puse frente a él. Lo miro directamente a los ojos. Luce tan extraño, sus ojos no tienen el brillo de siempre. Su voz no es cálida. 

—¿Pasó algo? Estás… extraño.

—¿Sabías que un ángel no posee todos los sentimientos que tiene un humano? Como el odio, por ejemplo. Y el amor es de un modo diferente. Aún así, estoy seguro de mis sentimientos… Lo odio—dijo aún tranquilo, sin moverse, sin desprender su mirada del vacío. 

¿Por qué me estará diciendo estas cosas? A mí me parecen disparates, ¿tendrá que ver con lo que sea que haya pasado en el colegio hoy?

—Mitch, estás extraño. Si te pasó algo, dímelo por favor—entonces me dirigió la mirada y sujetó mis hombros con fuerzas, como si no quisiera dejarme ir.

—Alice... gracias por confiar en mí—. lo miré sin comprender —Hoy en la escuela... tuvimos visitas—soltó mis hombros y desvió la mirada. 

—¿Qué clase de... visitas?—su semblante tan serio y lleno de preocupación me asusta, y me hacen sospechar lo peor.

—Demonios—dijo con desgano. Abrí los ojos como platos.

—¿Por qué?—pude decir. Mitch está tenso, como nunca antes lo vi estarlo antes. 

—Querían verte. Querían asegurarse de que aún no fueras una amenaza para ellos. Todo indica que han sido advertidos por alguien que ha estado cerca de tí—tensó la mandíbula. También yo. ¿Alguien que ha estado cerca de mí?