Capítulo II: Adam es...

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 Ese día, Adam llegó tarde.

Pude verlo a la hora de almuerzo. Pero no estaba como siempre. Me pregunté si le había pasado algo. Pero cuando se dio cuenta de que no estaba actuando como siempre, de pronto volvió en sí.

—¿Te pasó algo?—pregunté. Estamos en la misma mesa de ayer, en el casino. Pero el ambiente es completamente diferente. Tampoco están Jaden ni Mitch.

—¿Por qué?—él sonríe.

—Llegaste tarde y no me avisaste, bueno a nadie—Isabella y Roy nos miran atentos. Tengo la certeza de que ambos se dieron cuenta del cambio en Adam.

—Alicia, ¿desde cuándo debo avisarte si llegaré tarde?—su sonrisa es la de siempre. Pero su expresión y el tono en que lo dijo, definitivamente no.

—¿Desde cuándo hablas así?—habló Isabella; ella notó mi incomodidad.

—Chicas, basta ya. Están exagerando. Seguramente te quedaste celebrando tu cumpleaños hasta tarde con tus familiares, y por eso llegas tarde y ahora sigues cansado, ¿no?—Roy intenta calmar los ánimos. Adam lo miró un instante y luego sonrió, con suficiencia.

—Sí, se puede decir que eso es lo que pasó. Estaba con… mis familiares.

—No sabía que de pronto tuvieras una relación con familiares. Pensé que vivías con tu madre y que tenías una mala relación con el resto de tu familia—Tal vez lo dije como si conociera todo de él, aunque no sea cierto. Estoy consciente de que nunca se llega a conocer del todo a una persona. Eso es lo que nos hace interesantes y únicos. Pero estoy sorprendida. Adam solía decir que él y su madre eran todo y que no sabía del resto de sus familiares. «Como yo»

—Resulta que ayer era un día muy importante. ¿Estás satisfecha? Eso era todo, Alicia—Isabella y Roy intercambiaron una mirada.

—Sí, está bien—me levanté de la mesa y me dirigí a mi salón de clases.

Casi al llegar, Isabella me retuvo en la puerta del salón.

—¿Qué fue lo que pasó?

—Tampoco estoy segura… Pero no me siento bien.

—No le des tantas vueltas. Seguramente es como dijo Roy. Es posible que esté alcoholizado aún.

—No olía a alcohol—dije.

—Porque ya han pasado horas, pero tal vez esté bajo sus efectos todavía—sonreí. Agradezco su esfuerzo para hacerme sentir mejor. Sé que ni ella se lo cree, pero funcionó.

—Gracias, Bella—y entramos juntas al salón de clases.

»Pasaron los días, pero Adam no ha vuelto a ser el mismo.

Mi cumpleaños ha llegado. Es 30 de Agosto. En cuanto entré al colegio Mitch, Isabella y Roy me abrazaron y gritaron al unísono—¡Feliz cumpleaños!—les agradecí y se deshizo el abrazo.

—Tienes suerte, Alicia. Tu regalo será en grande esta tarde—prometió Roy.

—Yo seré parte de ese regalo también—Isabella será la "animadora" del Café Concert.

—No llegues tarde. Ah, y Alice...—Mitch me mira fijamente, meditando si continuar hablando o no —. Nada, olvídalo —y desvió su mirada. 

Miré alrededor, buscando si ya había llegado. Adam no apareció en el bus. Él no está.

Nos dirigimos cada uno a nuestros salones de clases, con la promesa de vernos en el recreo.

Me siento extraña, otra vez. Como en su cumpleaños.

La Decisión De Un Ángel© [[Actualiza lento]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora