Capítulo Especial: Adam

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Adam's POV

Cuando despertó mi verdadera esencia, no estaba preparado para ello. Nada de lo que tuve que hacer y ver fue de mi agrado. Rose no me dejaba en paz; cada día traía a un ángel diferente para torturar y luego matar. Cada noche me obligaba a verla hacerlo. Cada mañana debía limpiar el desastre; plumas blancas ensangrentadas que quedaban desperdigadas en toda la habitación. Siempre me pregunté, ¿a dónde va el alma de un ángel cuando muere en manos de un demonio? ¿su Dios la recibe? ¿se corrompe? ¿se pierde? Pero nunca obtuve respuesta. Rose simplemente se limitaba a decir «No me interesa. Y aunque lo supiera, no te lo diría. Es mejor verte desesperado por la duda».

Pasé casi todo un año con esa misma rutina y sin encontrarle el menor sentido. Mi vida como humano estaba arruinada; asistía a clases regularmente pero ya no me atrevía a actuar como si todo fuera normal. Y es que, simplemente había dejado de ser un niño. Ya no era uno. Y sin embargo, no sabía qué era ahora. 

Nunca acepté mi nueva realidad. Pero fue un poco más fácil de llevar cuando me designaron un Vigilante. En ese entonces, aún con 12 años, no comprendía del todo para qué necesitaría uno. Pero ahora agradezco desde lo más profundo de mi ser que existiera.

En el verano del mismo año, durante una tarde soleada de fin de semana, tocaron a la puerta de la casa. Estaba sorprendido y asustado por igual. Nunca nadie iba a casa, y si alguna vez había alguien además de Rose o de mí, era un ángel para torturar, por lo que no me esperaba nada bueno de una visita. Sin embargo, me llené de valor y corrí a abrir la puerta. Del otro lado había un chico que lucía de mi edad, pero era rubio y de ojos oscuros. En un principio pensé que venía a ofrecer una rifa o algo, pero él no emitió ni una sola palabra.

—¿Necesitas algo?—le pregunté. El chico era un poco más alto que yo, pude darme cuenta cuando se paró completamente derecho.

—Necesito que me dejes entrar, hace calor aquí afuera—fue todo lo que dijo. Yo no sabía cómo reaccionar «¿Le cierro la puerta en la cara? ¿finjo que no oí lo que dijo? ¿vuelvo a preguntar qué quiere?», pensé.

—Escucha, Adam. No tengo paciencia. ¿Me vas a dejar entrar o qué?—insistió. No sé si fue el hecho de que supiera mi nombre o su actitud arrogante y temeraria lo que me provocó dejarlo pasar. Una vez cerré la puerta volví a cuestionarme si estaba bien dejar entrar a un chico humano a este tipo de casa. Ya sabes, un lugar horrible en el que se hacen cosas horribles a seres inocentes.

—¿No vas a ofrecerme algo para beber? ¿qué clase de anfitrión eres?

—¿Cómo dices?—al fin reaccioné. ¿Qué clase de persona entra a una casa ajena y exige cosas?

—Dije que me sirvas algo para beber. No puedo creer que no puedas seguir una instrucción tan simple como esa. 

—¿Seguir una instrucción? Espera, espera. Bromeas, ¿verdad? No estoy comprendiendo nada. ¿Qué haces en mi casa, en primer lugar?—le exigí. Su actitud me sacó de mis casillas.

—¿Tu casa? Tú no comprendes nada aún, ¿verdad?—se burló. Yo seguía sin comprender.

—Chico, esta no es tu casa; es de Rose, y a los invitados se les ofrece bebidas por cortesía. Pensé que sabrías cosas básicas de humanos. ¿Qué has estado haciendo todo este tiempo?— «Cosas básicas de humanos» entonces caí en la cuenta de que este muchacho era tan humano como yo, es decir, que no lo era.

—Eres un maldito demonio—afirmé con ira. Odiaba todo lo relacionado con esos seres denigrantes.

—Ajá. Y gracias por el cumplido—. ¿cumplido? —Como veo que no te dignas a traer algo de beber para mí, iré yo mismo. Y de paso te aviso que desde hoy, esta será mi casa también—el chico se dirigió con rapidez hacia la cocina. Abrió exactamente el mueble en donde estaban los vasos y se sirvió una bebida del refrigerador. Al verlo moverse con tanta agilidad por la cocina me hizo preguntarme si de verdad era esta la primera vez que venía a casa. 

—¿Por qué tendrías que vivir aquí? Además Rose no me ha dicho nada.

—Como si realmente hablaras con Rose...—. dijo en tono de burla —Sé que la esquivas y que la odias. Por eso ha sido reemplazada, por mí— «¿Reemplazada?»

—Desde este día, dejarás de perder el tiempo renegando lo que eres. Desde hoy entrenarás conmigo para ser un verdadero demonio. Ah, mi nombre es Jaden y desde hoy, soy tu Vigilante. 

—No necesito a nadie que me vigile. Es más, al fin esa mujer me dejará en paz. Quiero vivir solo y dejar de ser obligado a hacer y ver cosas que no quiero. 

—Eres peor que una chica, ¿lo sabías? Hay mujeres demonio cien veces más fuertes que tú, Rose es una de ellas—. Jaden lucía hostigado e impaciente —Merecías ser castigado... debieron aislarte en cuanto te mostraste rebelde. Pero no; tu padre es alguien muy poderoso en nuestro mundo, crío. Es por eso que sigues aquí y ahora yo también. Así que, como decía, desde hoy harás lo que yo te ordene.

—Como decía, no seguiré las órdenes de nadie. Viviré solo y olvidaré todo esta estupidez sobre ángeles y demonios—en ese momento Jaden, más rápido que un rayo, me elevó por el cuello y comenzó a asfixiarme. 

—Suél-suéltame—exigí, perdiendo de a poco el aire.

—¿Ya te diste cuenta de quién está por sobre el otro?—si hubiera continuado ahorcándome, es probable que consiguiera matarme. Por eso mi instinto me dijo que me rindiera, y eso hice, aunque a regañadientes. El demonio me soltó y me apoyé en mis rodillas para recuperar fuerzas.

—Bien. Tu primera lección será aprender quién es tu verdadero enemigo, y déjame decirte que has estado errado todo este tiempo. Nadie dentro de esta casa es tu enemigo; ni yo ni tampoco lo era Rose. Somos tu sangre, Adam. Eres uno de nosotros. La única ley que existe para los demonios es ésa; no matarás a uno de los tuyos. Que te quede claro.

—¿Qué hay de ti? Acabas de ahorcarme.

—No iba a matarte, cachorro. No abuso de mi poder—sonrió con desdén. Como si yo fuera la cosa más insignificante con la que hablara.

 —No quiero vivir bajo el mismo techo que un asesino—escupí.

—Llamar asesino a un demonio es todo un cumplido, chico híbrido.

—¿Híbrido? Me han llamado de muchas maneras pero jamás híbrido, ¿qué quieres decir?

—¿Es en serio? ¿Es que acaso Rose no te mencionó nada? Ya entiendo por qué no podía seguir a cargo tuyo. Aunque es probable que regrese una vez sea castigada... en fin. Verás, capullo... tu padre es un grandioso demonio de muchos siglos de antigüedad. Tu difunta madre en cambio... digamos que el hecho de que tuvieras madre es anormal en un demonio. ¿Tampoco lo sabías? No importa. Lo que quiero decir es que tu madre era una mujer humana—recuerdo que aquella revelación fue la que más me tomó desprevenido. Pensaba que estaba bromeando cuando dijo que los demonios no tienen madres, o padres. Pero tiempo después, supe que era cierto; los demonios son ángeles caídos, traidores. Y también son almas humanas corrompidas por completo. Nunca nacen de algo, a menos que seas híbrido, como yo. Y esos son pocos casos. No cualquier demonio es capaz de embarazar a una humana; mi padre fue capaz porque es uno de los más poderosos. Hasta ahora, lo he visto tan sólo en tres ocasiones desde que descubrí mi naturaleza escasamente humana. Y agradezco que no haya sido en más; es el ser al que más odio de todos. 

Abadón es un "grandioso" demonio porque es uno de los más despiadados y de los cuales ha vivido por más tiempo. Es un maldito asesino. Y no sólo de ángeles, también de humanos. Por eso su meta más grande en este preciso momento es Alicia: ella es tan humana como ángel. Pero no dejaré que toque un solo cabello de ella. No dejaré que la vea siquiera. Extenderé la farsa de que es mi misión matarla lo más que pueda hasta encontrar el modo de protegerla con otro método. Pero para eso necesito ayuda. Y Jaden es el único demonio que se ha ganado mi confianza en todos estos años. Sé que encontraremos el modo de salvarla. Aún cuando no sea capaz de salvarme a mí mismo. 

La Decisión De Un Ángel© [[Actualiza lento]]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora