—¿Por qué siempre que vuelvo a la mansión encuentro a Aiden en este estado?
Una semana, fueron siete largos días los que se tomó el amo Kendrick para poder retornar a la mansión, durante esos eternos días me vi sometido al jugo de Sebastián, esa persona quien me tenía un odio y una ira incomprensibles para mí. Sin mi guardián principal soy vulnerable e incapaz de protegerme contra Sebastián quien más que tratarme como a una persona, me trata peor que las bolsas de basura que sacamos cada viernes para que sea recogida. Mi cuerpo aun no ha sido visto por el amo Kendrick, bajo mis ropas se hallan marcas morados que fueron desarrollándose a raíz de diversos golpes que me propino Sebastián con diversos ojos cada cual más doloroso que el anterior.
—¿Acaso debo repetirte cuál es tu razón para estar en esta mansión? —el amo Kendrick no espero a una respuesta, cuando su irritaba nadie, ni siquiera Sebastián se atrevía hablar, durante sus arranques de ira lo más prudente que se podía hacer es callar y escuchar—. ¡Eres el mayordomo de esta mansión!¡Te tengo aquí para que me sirvas y cuides aquello que me es preciado! —tomándome en sus brazos el amo Kendrick no le dejo oportunidad a Sebastián de hablar—. ¡Adei no es solo un algo que lucir!¡PARA MI ES ALGUIEN PRECIADO!
Ante las palabras del amo Kendrick no he podido abrir mis ojos en sorpresa, este adulto me es alguien complicado de comprender, y aun así sigo aferrándome más a él, como una flor que baila entorno al sol. Desde mi llegada a este lugar muchas cosas han tenido lugar, algunas difíciles de comprender, pero con estos días que transcurren entre un mar de grandes oleadas llenas de incertidumbre algo ha cambiado.
El amo Kendrick desde el primer día me dejo las cosas claras, yo vine aquí para complacerlo, la única razón para la cual me encuentro aquí es solo para satisfacer a la lujuria de quien me compro, y, sin embargo, pocos han sido los días que he debido realizar aquello. El amo Kendrick me ha dejado apreciar diversas expresiones las cuales no habrían de serme mostradas, lo visto vulnerable, enojado, preocupado, irritado, inquieto, feliz, han sido diversos los rostros los que he podido apreciar, más ninguno es como el que contemple el primer día que llegue aquí. Ojos carentes de brillo, voz altanera forzada, confianza mezclada con la duda, control sin control, mentiras, el amo Kendrick ha logrado crear alguien fuerte capaz de sobrevivir a un mundo que me es desconocido, un mundo que huele a peligro, un mundo del cual quizás pocos lograban continuar viviendo.
—L-le ofrezco mis disculpas.
—De ahora en adelante, habrás de atender y cuidar de Adei sin cruzar palabras con él. No voy a consentir que continúes abusando de él.
—S-sí, señor... —una explicación, Sebastián ansia poder preguntar por los motivos por los cuales el amo Kendrick me trata distinto a él, su expresión deja abierta su mente a poder saber que clase de pensamientos asolan su mente, sin embargo, no posee una posición donde pueda permitirse libertad para dudar de su señor, su única obligación es acatar y seguir ordenes, esa es la razón por la cual está al servicio del amo Kendrick, es por lo que se le dio dicha posición.
Al dirigirnos a nuestra habitación el amo Kendrick me ha depositado gentilmente sobre la cama al tiempo que se recostaba junto a mi y me aprisionaba en un abrazo, sin palabras que generaran un ruido el cuarto se ha visto sumido en un total silencio. Estando tan próximo al amo Kendrick pudo escuchar su respiración, el latir de su corazón. No me he atrevido a pronunciar palabra, en estas circunstancias solo me queda aguardar y esperar que sea el amo Kendrick quien inicie la conversación.
—¿Por qué no me dijiste nada? —finalmente el silencio se ha roto, apretando más su abrazo el amo Kendrick ha retomado la palabra—. ¿Por qué no me dijiste que Sebastián te estaba haciendo daño, lastimando?
—No... no lo sé...
Desearía saber las razones por las cuales guarde silencio, tuve muchas oportunidades para contarle al amo Kendrick lo que Sebastián me hacía, más mis labios nunca se atrevieron a hablar, simplemente se sellaron como tumbas y se negaron a compartir mis sentimientos—. Amo Kendrick, yo... yo... no, no es nada —incluso aun en estos momentos me siento incapaz de dar libertad a mis pensamientos, no encuentro las fuerzas necesarias para preguntar a mi amo sus motivos para tenerme con él, sus razones para cuidarme y protegerme como si se tratara de alguna joya o algún objeto de valor.
De improvisto he sido recostado boca arriba sobre la cama quedando bajo el amo Kendrick quien en su mirada se encuentra reflejada una nueva expresión de preocupación, una preocupación temerosa, como si temiese ir a perder algo valioso.
—¿Amo Kendrick?
—¿Por qué lo haces? ¿Por qué te niegas a compartir tus pensamientos conmigo?
—¿Eh?
—¿Tanto disfrutas verme así? ¿Verme humillarme así? —no comprendo, no logró comprender ninguna de las preguntas del amo Kendrick. La expresión en su rostro es confusa, no la expresión que usualmente posee, ¿Miedo? ¿Preocupación?, me es difícil saber cual es el sentimiento que lo invade, por momentos me mira con gran tranquilidad, pero en segundos pareciera como si temiera que fuera a desvanecerme ha irme de su lado—. ¡Que más debo hacer para te quedes a mi lado! ¿Acaso debo atarte a la pared para que no escapes? ¿Debo confinarte a la habitación más estrecha y violarte hasta romperte?
Soy incapaz de pronunciar una palabra, mi voz se encuentra presa de mi propio miedo, mientras sentía como las manos del amo Kendrick hacían un intento por deshacerse de mis ropas aquel miedo empezó a crecer hasta que se transformo en lagrimas que empezaron a descender por mi rostro cuya expresión seguramente era de un miedo indescriptible. Repentinamente el amo Kendrick detuvo su acción, al cruzar nuestras miradas pude apreciar que aquellos orbes de color indescifrable para mí me miraron pude notar que habían vuelto a ser esos orbes reflejaste de tranquilidad que eran.
—¿A-Adei?
Mis ropas delatan lo que estuvo por ocurrir, el amo Kendrick parece fuera de si al contemplar los desgarres hechos a mi ropa y la expresión de terror en mi mirada, confundido el amo Kendrick se a mirado sus propias manos aun si poder comprender lo que acababa de ocurrir, nos hemos quedado en silencio y únicamente nos hemos mirado mutuamente como si intentáramos hablar por medio de nuestras miradas confusas.
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Hasta aquí llega el cap, espero les haya gustado.
XD ya sé, ya sé, me estoy liando yo sola con la historia, ya saben como soy, disfruto romperme la cabeza y hacer sufrir con mis caps.... creo.
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Nos escribimos y nos leemos en el próximo capítulo.
¡SAYONARA!
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Esclavo (YAOI R-18)
De TodoMi mundo perdió la luz aquel día, ese cruel momento en que fui vendió a cambio de un poco de dinero, poco podía imaginarme sobre lo que estaba por vivir; mi libertad, mis sueños e inclusive mi propia vida ya no me pertenecían; mi mente, cuerpo y alm...