Capítulo 5

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Es increíble cuán rápido puede pasar el tiempo cuando tu mente se encuentra distraída, no había sido consiente que ya nos encontrábamos a la espera del invierno, durante algunos días Kendrick salía fuera y volvía transcurridos unos cinco días, para Sebastián tener la libertad de mandar a su antojo se hizo presente cuando un día literalmente me hizo limpiar toda la mansión de punta a punta, esa vez termine realmente agotado, para mi fortuna Kendrick se encontraba tan saturado de trabajo que pude reponer energías, sin embargo, Sebastián ha tomando la costumbre de hacerme realizar trabajos cuando nuestro amo no se encuentra cerca.

—Me duelen las rodillas —comente mientras me encontraba limpiando el piso con un trapo, Sebastián por alguna razón tiene cierto fanatismo con la cenicienta y por alguna razón parece querer darme el mismo trato que cenicienta recibía en el cuento, una vez al fin acabe de limpiar pude ver a mi "superior" aproximarse a donde me encontraba, pero se detuvo en el momento que una de las puertas se abrió dando paso al señor de la casa—. ¡Amo Kendrick! —exclame con gran alegría, ha sido la primera vez que estoy tan feliz de verlo en casa, incluso he podido notar como sus ojos se abrían en sorpresa al verme lanzarme a sus brazos antes de que siquiera me lo pidiera.

—Hoy estas con mucha energía.

Más que energía es la felicidad de no tener que hacer las pesadas tareas que Sebastián me pone a hacer, sin decir nada nos hemos dirigido a la oficina de Kendrick donde nos hemos acomodado en el sillón del lugar, Kendrick me ha besado tan pronto estuvimos cómodos, fue un beso largo e intenso, al mismo tiempo guiado por sus manos me levanté y me senté en su regazo, ha pasado mucho desde la ultima vez que nos besamos tan apasionadamente, mi cabeza quedo en blanco y aun si mis pulmones pedían a gritos oxigeno no he podido separar mis labios de los de Kendrick quien volvió mi boca su salón de juegos, nuestro pequeño momento se vio interrumpido cuando alguien llamo a la puerta obligándonos a separarnos.

Más que energía es la felicidad de no tener que hacer las pesadas tareas que Sebastián me pone a hacer, sin decir nada nos hemos dirigido a la oficina de Kendrick donde nos hemos acomodado en el sillón del lugar, Kendrick me ha besado tan pronto e...

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—¡QUIEN! —creo que a Kendrick no le ha hecho ni un poco de gracia que nos interrumpieran, pero yo realmente necesitaba tomar aire, si hubiera seguido besándome me hubiera desmayado.

—Lamento molestarlo, amo Kendrick.

—Sea lo que sea que quieras Sebastián... ¡Puede esperar!

Es la primera vez en todo el tiempo que llevo aquí que escucho a Kendrick gritarle a Sebastián, normalmente usa un tono de voz tranquilo y sereno, aun si en momentos parece desesperarse por las excesivas montañas de trabajo que Sebastián le da, nunca se ha molestado como ahora. Por su parte Sebastián únicamente le recordó algunas cosas y después se alejo volviendo a dejarnos solos, preferí mantener en el silencio pues un movimiento en falso y puedo hacer estallar a Kendrick, además, estando sobre su regazo realmente no tengo forma de evadir su ira. Tras hacer algunas respiraciones pude notar como Kendrick volvía a estar en un estado tranquilo y sereno, lo cual al instante me tranquilizo.

—¿Dónde nos quedamos?

Aun si compro mi cuerpo, aun si desde mi llegada me trato como un objeto, la forma en como Kendrick me ha tratado me han hecho tomarle cariño, pese a que se enoja con facilidad y no es fácil saber cuales son sus pensamientos jamás me ha forzado, se ha tomado su tiempo para hacer que me acostumbrada al estilo de vida para el cual me compro, aun si introdujo objetos a mi ano y me viste con ropas un tanto extrañas jamás intento realizar algo violento contra mí, incluso en los pequeños momentos que tenemos juntos me enseña cosas, cosas que eran desconocidas para mí.

Esclavo (YAOI R-18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora