La llegada de un nuevo empleado a la mansión, vino acompañada por muchos cambios. El llamado Dastan poco tardó en imponerse sobre cualquier otro empleado, salvo por el amo Kendrick, el resto de los empleados debían cumplir sus obligaciones ajustándose a las instrucciones del nuevo residente que no mostraba preocupación alguna ante el hecho de ganarse lentamente el odio de todos, incluso Sebastián se mostraba reacio a realizar sus actividades diarias siguiendo tantas reglas. Por mi parte empecé a recibir un trato mucho más amable debido a que todos en la mansión parecían sentirse más relajados cuando merodeaba por alguna parte.
Sin embargo, pese a todos los cambios acontecidos en las últimas semanas algo seguía manteniéndose igual, y eso es la indiferencia del amo Kendrick hacia mí, pese a vernos en los pasillos o las comidas su actitud continúa siendo la misma, no me mira ni me dirige ninguna palabra, incluso en días donde estuve ligeramente resfriado él se mantuvo alejado de mí. Volviendo a recluirme en la biblioteca apenas he conseguido concentrarme en mi lectura, mis pensamientos siguen dando vuelta, quiero ver al amo Kendrick, escucharle pronunciar mi nombre otra vez, llamarme Adei... ahora que lo pienso, ¿Desde cuando me he llamado así? ¿Hace cuanto que vivo en este lugar? Estoy confundido, si estoy aquí es por una razón, algo relacionado con el amo Kendrick, pero, no puedo recordar cual esa razón.
—Con que aquí era donde estaba, joven Adei —en medio de mi confusión he escuchado la voz de Dastan, dirigiéndole una mirada por un instante creo que deje entre ver mi estado, puedo saberlo por la forma en que me ha mirado Dastan—. ¿Joven Adei, que ocurre?
Pese a que Dastan se volvió mi mayordomo personal, en ni una ocasión me he permitido compartirle mis pensamientos, aun si Sebastián nunca mostró rastro alguno de amabilidad en el fondo sentía que si la situación lo demandara me protegería pues él no permitiría ver sufrir al amo Kendrick, pero en Dastan ese sentimiento no existe, constantemente me siento amenazado, y como si desde la llegada de este nuevo mayordomo la distancia entre el amo Kendrick y yo se hubiera incrementado, es un sentimiento extraño que en ocasiones me da una sensación de inquietud, de que no debería permanecer por mucho tiempo junto a esta persona.
—N-nada —respondí evitando cruzar miradas con él—. ¿D-dondé está el amo Kendrick?
—El amo Kendrick se encuentra trabajando en su oficina.
Esa rutina es extraña, antes el amo Kendrick pasaba poco tiempo sumido en su trabajo, salidas fuera de la mansión y pasar horas encerrado en la oficina eran situaciones poco comunes. Sintiéndome más incomodado por la presencia de Dastan abandone la biblioteca bajo una extraña mirada por parte de Dastan quien en sus ojos podía verse reflejado un extraño sentimiento.
—Dime Adei... ¿Cuál es tu verdadero nombre?
Aquella pregunta me hizo detenerme justo en la puerta dirigiendo una mirada hacia aquel extraño sujeto.
—¿De verdad has olvidado tu verdadero nombre, Alex?
Ante el nombre pronunciado confusas imágenes han llegado a mi mente ocasionándome un ligero dolor de cabeza, con la respiración entre cortada fui alejándome hasta lograr llegar a la habitación que comparto con el amo Kendrick encerrándome en esta, con pasos temblorosos llegué hasta la cama apenas consiguiendo controlar mi respiración. Mi cabeza se encuentra envuelta por un intenso dolor, imágenes recorren cada parte de mi mente causándome sentimientos extraños; escenarios confusos, situaciones extrañas, voces desconocidas y en medio de ellas una silueta tanto conocida como desconocida. No se cuanto tiempo ha transcurrido pero por alguna razón no puedo alejar todo ello de mi mente.
—¿Quién eres?
He caído en un estado confuso, es como si intentara hablar con alguien a quien no puedo ver. Puedo escuchar gritos llamarme mientras algo es golpeado violentamente, antes de desvanecerme siento como un conocido calor me envuelve al tiempo que una voz familiar pronuncia mi nombre con preocupación. Con pesadez abrí mis ojos, levantándome me sentí confundo al encontrarse sobre la cama, recuerdo haber estado recorriendo la habitación con mil cosas en la mente, pero ahora no puedo recordarlas, mirando hacia mi diestra no pude evitar que mis ojos se abrieran sorpresa, ahí, apoyado sobre sus rodillas y con la mitad de su cuerpo recargado sobre la cama se encontraba el amo Kendrick, ha pasado mucho tiempo desde que hemos estado tan cerca el uno del otro.
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Esclavo (YAOI R-18)
AcakMi mundo perdió la luz aquel día, ese cruel momento en que fui vendió a cambio de un poco de dinero, poco podía imaginarme sobre lo que estaba por vivir; mi libertad, mis sueños e inclusive mi propia vida ya no me pertenecían; mi mente, cuerpo y alm...