Prologo

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Agrio destino el mío, tan cerca de tanta divinidad y por esto que tanto sacrifiqué, por esta existencia, la sacrifiqué a ella y pagué el precio; no dolió mi muerte , dolió el darme cuenta que no podía traerla también de vuelta, aún recuerdo sus últimas palabras susurrándome “te amo” mientras la eternidad se le desvanecía, mientras mi corazón se destruía y aun así osaron desterrarme, olvidarnos...

  Caminé en la soledad por milenios, escondido de todo, sin ninguna posibilidad de redención, sin ninguna pista de amor, la paz dejó de existir, las guerras entre ustedes  acarrearon más destrucción. Heylel cuánto tiempo más jugarás a las escondidas, y Gabriel cuánto tiempo más esperas para actuar como se debe; el mundo ha cambiado, ustedes quedaron en el olvido, pero sus hijos… no, sus hijos pelean sus guerras, derraman la sangre que debería ser de ustedes.

La sangre divina no se ha derramado en milenios, ellos olvidaron mi sacrificio, ya he esperado demasiado, ella volverá, mi amor renacerá, es tiempo ya, todo volverá a empezar… lo siento, no te volveré a perder mi amor, caminarás conmigo , Heylel nunca más te tocará, esta vez será mi espada la que lo detenga sin importar el costo.

  Sé que están aquí, puedo olerlos Uriel y Miguel, siempre vigilando a sus hijos,  ellos se han alejado del camino , lo saben. Jamás podrán salvarlos a todos, no tienen suficiente poder, la paz ha terminado y no se han percatado, la guerra no traerá  más que destrucción, sangre y el triste recuerdo de que la divinidad no los hace inmunes a la derrota, mi venganza se acerca y pronto tú, mi amor, volverás a mí.

Pronto todo estará listo para un nuevo comienzo, un nuevo final, este mundo necesita ser redecorado… quizás eso suceda.

Azrael

Requiem: Cronica I AzraelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora