Capítulo 6.- Empezar de nuevo.

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Capítulo 6.- Empezar de nuevo.

Era su tercer intento en la semana, si fallaba en esta ocasión, definitivamente se rendiría en el noble arte de la cocina, de lo contrario terminaría destruyendo el inmueble del departamento.

Y de paso el pobre estómago de Kacchan.

El rubio con mala fama no había parado de explicarle cómo se preparaba un platillo a base de pasta y carne molida, por lo que debía lograrlo en esta ocasión. Llevaban comiendo lo mismo 15 días, la misma cantidad de tiempo que tenía viviendo en ese departamento. Era demasiado feliz como para expresarlo en palabras, aunque su comida fuese un asco y Kacchan llevara visitando el baño por lo menos 4 veces al día, ya fuese por indigestión o exceso de condimentos. Se sentía apenado por ello, pero al gruñón casero parecía importarle una mierda, por lo que le instaba a seguir intentando cocinar, no pararían hasta que lo lograra.

Razón de más para no fallar esta ocasión.

—Es la última vez que lo intento, lo juro, si vuelves a ir al baño despavoridamente jamás cocinaré. Es una advertencia.

Bakugou giró los ojos, se lo estaba tomando demasiado en serio, no sabía tan mal.

—Sí, sí, lo que digas, trae aquí esa asquerosidad antes de que me arrepienta.

—¡Kacchan!—reclamo ofendido, si era tan terrible no entendía por qué seguía comiéndosela.

Sin darle tiempo a despotricar como últimamente hacía, Katsuki tomó la bandeja de comida y comenzó su tortura. El queso estaba derretido, como debía ser, pero el jitomate tenía un sabor ligeramente añejo, a la pasta le había faltado tiempo de cocción, pero en general no era tan grave. Continuó masticando en el sillón de su sala mientras se transmitían los comerciales en la televisión. La semana les había regalado una racha un poco más calmada y por lo mismo podía darse el lujo de comer en su hogar.

Sonaba tan genial poder decir "su" hogar.

—Debo decirlo sin mentir, pero de todas tus mierdas, esta es la menos nauseabunda.

Deku torció la boca, poco a poco y sin querer se había acostumbrado a las palabrotas de su casero y su terrible humor. Lejos de ofenderse o entristecerse, le daba risa en ocasiones el hecho de que cada oración suya llevara por lo menos dos groserías. Por ese motivo, que dijera pestes de su comida, era una buena señal.

—Supongo entonces que esto comeremos el fin de semana... otra vez.

La mala mirada del rubio le dijo que ni siquiera lo pensara. Sí, le encantaba "Ojos bonitos" y era capaz de vender su alma por verlo feliz, pero el amor tiene límites. ¿Verdad? Su respuesta maliciosa y cargada de sarcasmo se quedó atorada en la lengua, pues el nerd se burló de sus caras con una gran carcajada que le atrapó con la guardia baja.

¿Por qué era así? ¿Por qué a casi un mes de conocerle en lugar de calmarse, su agrado hacia él crecía? Se sentía un idiota peor que Kirishima, llevaba semanas aguantando las nefastas consecuencias de su post, el cual ya no existía en la red de la Universidad y aunque el internet no perdona, poco a poco el alboroto y su popularidad menguaban. Los únicos que aún hacían alardes eran sus amigos, Camie y sus porristas, Momo y el enfermo mental que tenía por novio y, por supuesto, la loca de Himiko Toga.

A excepción de todo eso, habían sido las dos semanas más geniales que le había regalado el nerd de pecas y sonrisa deslumbrante que le embobaba a cada segundo. Le gustaba tanto, cada cosa nueva que descubría reafirmaba sus deseos de salir con él, cortejarle, regalarle el mundo si era necesario, besarle y... ¿Por qué no? Hacer más.

"Amargado, solterón y explosivo busca pareja".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora