Capitulo 28

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Me quedé estática mirándolos, algo asustada. Louis conectó su mirada preocupada, con la mía. Su madre se acercó hacia mi, tratando de ocultar el color de sus ojos. Besó mi mejilla delicadamente.

"Hola Polly, un gusto verte."

"Igualmente señora Tomlinson." Asintió y me sonreía débilmente. La felicidad que llevaba no era tan fuerte, y su estado no era el mismo de siempre. Echó una mirada a Louis, quien estaba detrás mio. Un poco alejado.

"Estaré a dentro." Asentimos al mismo tiempo. Una vez que la perdí de vista, voltee de nuevo, para poder ver con mas claridad a Louis y poder comprender lo que le ocurría. El chico de ojos azules rojizos, se acercó hacia mi. Retrocedí un paso, para evitar su contacto. ¿Por qué? Dios, el chico me ponía nerviosa, y si le dejaba debilitarme, no me enteraría de lo que había ocurrido. Ya sabía el juego de Louis.

"¿Qué ocurre, linda?"

"Tú dime que ocurre, Louis." Se detuvo muy delante mio. Y yo, tratando de evitarlo al máximo, aunque muy imposible para mi. Dio un largo suspiro, haciendo muecas improvisadas. Podía ver en sus ojos, la depresión y tristeza. Todos los sentimientos siempre se muestran en los ojos, por lo que me fijo mas en ellos. Alzó la cabeza, mientras que pestañeaba sin cesar. Definitivamente estaba desesperado y no encontraba las palabras correctas. Mierda, ¿Qué ocurría?

"Es . . . es difícil para mi hablar sobre eso."

"¿Quieres decir que no me lo dirás?" Se quedo callado por un rato. No hacía movimientos con la cabeza ni con los labios, lo cual me daba directo a la conclusión de que no iba a decirme.

"Bien, entonces ya no tengo nada que hacer aquí. "

"Hey, alto." Cuando estuve a punto de retirarme, cogió de mi mano, haciendo que me detuviera. Tal vez era algo dura con él, pero deseaba saber con todas las ganas, la razón por la que había estado llorando, o porque traía los ojos rojos. "Te lo contaré, preciosa. Hay que entrar." Jaló de mi, hacia adentro de la casa. No era wow, pero increíblemente hermosa. No era grande, pero muy cómoda y abrigadora. Tenía una chimenea en su sala, lo que la hacía mas bella. Subimos escaleras arriba, en donde habían tres habitaciones. Entramos a una en donde traía un ''Do not disturb''. Jaló de la perilla, dando paso a su habitación. Ordenada, limpia y con olor a perfume de hombre. Tomé asiento en su cama.

"¿Y bien?"

"Veo que estas interesada."

"¡Louis!"

Él sonríe.

"Bien, bien." Se sentó a mi costado, mientras que un rayo pequeño de sol se asomaba por su ventana, iluminándole el rostro. Dejando a ver un perfecto perfil y los ojos más lindos azulados. "Hoy tuvimos un problema de familia."

"¿Qué fue lo que ocurrió?"

"A uno de mis tios le detectaron una enfermedad muy dañina." Mi mano paso directo a mi boca, tapándola para no dejar ver la expresión de ''O'' sobre mis labios.

"¿Entonces es por eso que faltaste hoy?"

"Así es." Asintió. Me acerque a darle un abrazo cálido para su mejora de estado. Sus brazos me acogían y me sujetaban fuerte.

"Te debes estar sintiendo muy mal."

"Bueno, hasta que llegaste tú, y todo lo mejoraste." Respiré fuertemente, su perfume lo quería tener grabado para siempre en mi. Louis era todo para mi. Sentí su mano acariciar mi cabello. A veces creía que solo utilizaba a Louis, porque él realmente me quiere, al igual que yo a él, pero hay veces en que solo pienso en Harry y...me siento mala persona. <<Pues entonces, deja de pensar en Harry>> Hablo interiormente.

"Te quiero." Sus húmedos labios besaron cada parte de mi mejilla. Sentirlo tan cerca, y saber que solo podía ser mio, es genial. "Louis, a mi también me han aburrido las mejillas." Ríe, con una voz algo ronca.

"¿Y usted que desea, hermosa dama?" bromea, separándonos del abrazo para poder mirarme mejor. Lo había estado pensando, hasta que se me ocurrió una bastante rara idea. Lleve mi dedo índice, hacia mis labios. Indicando el lugar en donde deseaba que me besara.

"Aquí."

"Si usted desea eso . . ." No estaba segura si me iba a responder *si* Pensé que diría *Estoy esperando el momento indicado*. Por esa razón, al oír las palabras salir de sus labios, me invadió el miedo y nerviosismo. Mis manos me temblaban y mis labios de vez en cuando, también. Se había acercado tentadoramente hacia mi, mirándome directamente a los ojos. Bien, Polly, es hora de madurar y ¡por una maldita vez besarlo! Toma el paso.

"¿Louis?" ¡Ugh! Su mama había entrado por la puerta de la habitación. Rodee los ojos incómoda, que mala suerte. "Ah, estan aquí. Pensé que seguían afuera."

"¡Mama!" Se quejó el muchacho. Su rostro de ansiedad era reflejado en aquella habitación. Apretaba los dientes sin cesar y arrugaba su frente desesperado.

"Lo lamento, es que . . . ya eran las ocho y estaba preocupada."

"¿Ocho?"

"Si, si. Bien, ahora me voy." Louis volteó preocupado hacia mi.

"¿Qué?" Pregunto.

"Linda, ya son las ocho, debes ir a tu casa." Me recosté sobre la cama de Louis, quedando boca arriba. Miraba el color blanco del techo, y el ventilador que colgaba.

"¿Y si me quedo?" Negó riendo.

"Me encantaría eso." Me dijo repitiendo la acción realizada por mi. Louis estaba acostado a mi lado izquierdo. Cada palabra que me decía me hacia sentir única y amada. No besarlo ya fue muy fuerte para mi. Di una media vuelta, en dirección hacia él. Pase mi brazo derecho por su pecho, enrollándolo. Esto hizo que todo mi cuerpo volteara. Mi cabeza se apoyó sobre su pecho, escuchando el latir de su corazón, y el movimiento que hacía cuando respiraba. Arriba, hacia abajo. Su brazo me abrazó por la parte de mi espalda. Acariciándola. "Pero tu mama se molestaría."

"No si la llamo."

"Nena, mañana hay escuela."

"Faltaremos." Empezamos a reír al oír las palabras incoherentes que habían salido de mi. Estaba muy enamorada de el chico de mi costado, por lo que las palabras que decían salían por salir. No tenia sentido nada. Besó mi mejilla tiernamente. Amo a este chico.

"Te llevare a tu casa."

"¡No!" Me acurruqué mas hacia él, abrazándolo con mas fuerza.

"Son las ocho, ya es tarde."

"¿Tarde? Nos hemos quedado conversando hasta las diez."

"Es peligroso ir a esas horas hasta tu casa."

"Pues no me lleves." Susurré muy apegada a su oído. Su hombro se movía raramente, hasta que lo comprendí. Su mano buscaba la mía, entrelazándolas. ¿Desde cuando me había vuelto tan cursi con él?

"Hazme caso, preciosa." Lo pensé primero. Por mas que quisiera seguir toda mi vida al lado de Louis, mamà me necesitaba. Se preocuparía mucho por mi, y lo mas importante. Mañana hay escuela, no tengo para vestirme ni mochila. Diablos.

"Bien." Saqué delicadamente mi brazo del pecho de Louis. Me pare algo floja. Louis hizo lo mismo. "Puedo ir sola, si estas cansado."

"Dices locuras, nunca te dejaría ir sola." Se acercó de nuevo a mi, plantándome un directo y hermoso beso en mi comisura, muy cerca de mis labios. Abrió la puerta de su habitación dispuestos los dos a salir.

"¿Por qué no te quedas en mi casa?" Negó riéndose, saliendo de ahí. Podía verse un hermoso pasillo decorado de luces amarillentas.

"Muy pronto, tal vez."

"Está bien por mi." Sonrío hacia él, achinando mis ojos.

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