Epílogo

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Epilogo

A veces las cosas no suelen pasar como uno desea que pasen. Algunas veces todo sale al reves, y nada como lo habias planeado. Dos años sin poder verlo, pero si sentirlo. Su presencia era grata en mi interior.

"Muy bien Polly, ahora dime, ¿qué ves en esta imagen?"

Todo lo que pude examinar eran dos mariposas. La imagen en blanco y negro lo hacía más difícil de adivinar. El dr. Logan trataba de descifrar cada movimiento que hacía.

"Son dos mariposas, muriendo."

"¿Por qué crees que estan muriendo?"

Mi mente solo se centra en la palabra «morir» Esa maldita palabra. Mi corazón vuelve a acelerarse, pero respiro con calma y me concentro en el trabajo de hoy.

"Tal vez por los colores."

"¿Crees que el negro expresa la muerte?"

"Creo que el negro es el color mas expresivo que hay."

"¿Cómo quisieras ver a estas mariposas? ¿Vivas o muertas?"

Me quedo muda. Las recientes citas que estoy teniendo con mi psicólogo son abrumadoras, pero a la vez efectivas. Ha pasado bastante tiempo después de todo lo que ha ocurrido. Los primeros días sin Louis fueron los peores momentos, imaginándome una vida sin él. Mis ideas interminables causaron cortes en mi piel, intoxicación y locura. Después de aceptar que necesitaba ayuda, me llevaron a un hospital en urgencias. Ahora estoy mucho mejor, y entiendo que la vida es la vida.

"Vivas, y a color."

Sonrió.

*****
Cogí la llave de casa, la correa roja de Max y el ramo de rosas.

"Vamos Max." El animal corrió hacia mi, me coloque de cunquillas para amarrar su correa a el collar que traia con su nombre grabado. Sobé con mis manos su suave pelaje dorado. Lo mire por varios segundos, ojos miel y nariz humeda y negrita. Salimos de casa sujetando el ramo se flores y las llaves de casa las guarde dentro del bolsillo de mi pantalón  jean. "Pa, voy a salir." Traté de gritar y lograr que me esuchara. Hasta abajo se podía oir el sonido de la ducha de baño. No respondió, pero seguro no se preocuparía mucho. Una chica de diesiocho años puede salir sola por la calle. Aunque estuviese a veces fuera de mente.

Dos cuadras mas y llegaríamos, el aire chocaba contra mi rostro, haciendo lagrimear mis ojos y parpadear muy seguido. Max iba caminando normalmente, sin apuros ni descansos. De vez en cuando sacaba el cabello que se soltaba por mis oidos y pasaba a mi frente. Dos minutos mas de caminata relajada y fría, llegamos. Las rejas ya estaba abiertas desde las seis de la mañana. Mire mi reloj de mano, ocho y diez.

Ingresamos hasta llegar a la reja principal.

"Buenos dias señor Fills." Saludé al amable ancianito que se ofrecia a abrirme las puertas. Saco el seguro y me dejo pasar, aun no había gente en exceso como suele pasar los viernes. La diferencia es que yo venía todos los dias y el señor Fills ya me conocía. Le había contado de todo y en realidad sentia confianza.

"¿Que tal, Polly?" Sonrei.

"Bien." Articulé amablemente. Él asintio despreocupado y segui caminando hacia el lugar de mi esposo. Max corrio hacia alla, reconociendo el lugar siempre. La cadena jalo, corri con el cachorro ya grande. Solte a Maxi, estaba acostumbrado a venir siempre y jamas se escapaba.

Mi mirada se dirigio a la gris roca de en medio.

"Louis Tomlison, 17 años, murio de enfermedad . . ."

Dejé de leer. Me coloque de rodillas ante su roca. Una oración no haria nada mal. Papa me dijo una vez, <<Si quieres que Louis tenga una vida mejor, reza.>> Y eso es lo que hago desde dos años, sin falta. Todos los dias me levanto a las siete en punto, me baño, traigo a Max conmigo y venimos a verlo. Es mi rutina de siempre. Ademas de eso, todos los dias le cuento historias y las cosas que me han ocurrido.

Terminé mi oración, era hora de un poco de charla.

"Hola Louis, se que estas ahi." Un aire frio recorrió por todo el lugar. Su alma, él estaba aqui conmigo, escuhandome. Lo sentía, lo sentía muy cerca mío. "Sigo asistiendo a las citas con mi psicólogo. Creo que cada vez me va mejor, al menos no sigo matando mariposas." Di una risita ahogada. Me sentia completa en este lugar. Diran ¿En el cementerio? Pues, asi es. Por que aqui esta el amor de mi vida. "Comenzaré escuela en unas semanas mas, ojala me vaya mejor."

Oi a Maxi ladrar un poco alejado. Voltee a verlo pero rapidamente volvi a mi posicion normal.

"Bueno, te quiero decir que me haces mucha falta. " Agarre entre mis manos el dulce dije con su nombre, me acerque y lo bese. Louis habia posicionado sus labios en ese lugar tambien. "Te extraño, pero se que estas conmigo. Lo puedo sentir."

Otra vez el aire helado corrio muchos pelos de mi cabellera. Derrame pocas lágrimas secas, en mi corazón se sentia un hueco vacio.

"Debo ir a taller, pero te vuelvo a ver mañana." Me pare, mi cuerpo se inclino hacia el pestal de ceramica gris y con mis labios di un beso sobre la roca. Justo encima del nombre <<Louis>> tallado. "Te amo."

Sacudi mis rodillas y con la mirada busque a el perro. No lo veía por ninguna parte.

"¿Max?" Grite. El hermoso animal salio de entre el bosque alejado, el cual sinceramente me daba miedo. Pude fijarme que en su hocico traia una cosa Me coloque a su estatura de nuevo. Traia un papel rosa en el. Lo abri despacio y curiosa, mi alma, mi cuerpo saltó impactado.

Lei un poco asustada.

"My angel."

Decia en el papelito con las justas legible. Luego al lado habia un dibujo de un circulo. ¿Que signific . . .?

Levanté mi mano derecha, mi dedo medio. El anillo. Lo saque de mi dedo y lo examine. En la parte de adentro decia una frase.

"You are my angel." Lloré aun mas, cogí entre las llamas de mis dedos la joya muy apreciada. Este objeto era la cosa que nos unía a Louis y a mi mas que a nada. Le pertenecia a él, solo a él, esté aqui o no.

Max ensució mi pantalón con sus patas llenas de arena enlodada.

"¿En donde has encontrado esto?"

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