Capitulo 30

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Me quedé estática en el mismo lugar, tratando de no soltar la cajita sostenida por mis débiles y nerviosas manos. Al instante, una picazón se avecinaba. Hice una mueca, queriendo encontrar las palabras para explicarle. Mi estado era muy inestable como para poder hablar a la normalidad. Mi lengua se trababa con el paladar, ocultando mis cuerdas vocales.

"Y-yo encontré esto." Levanté mi mano, mostrándole con más claridad que traía el objeto rojo. Alcé al mismo tiempo mis hombros.

"¿Cómo?"

"Estaba ahí tirado." Señalé con mi dedo índice la parte detrás del sillón. No era experta en mentiras, pero de todas maneras debía inventarlas para que papa no me tomara por sorpresa. "Me llamó la intención, entonces lo cogí."

Él asintió débilmente.

"Dios, debí tener mas cuidado." Se acercó hacia mi, quitándome de las manos la caja. Había susurrado para él mismo, pero algo hizo que logré escucharlo a la perfección. Guardó la cajita en uno de sus bolsillos del pantalón.

"¿Para quién era eso?" Calló por un instante. Sus ojos reflejaron la tristeza que se le había venido. No sabía bien porque se sentía mal, hasta que me respondió directamente.

"Era el anillo de tu madre, Poll." Auch. Eso debió haber dolido. Pobre él, pobre mi mama, pobre yo. Rodé los ojos, intentando desviar mi mirada. Había sufrido mucho por la separación de mis padres, mucho. Y ahora que ya estaba acostumbrada, no dolía tanto. "Debo irme."

Agarró de mi frente, mientras sus labios besaban esta. Tenía unas ganas inmensas de abrazarlo, pero no era capaz. Papa no me había transmitido este día, la confianza necesaria. Lo despedí sin decir palabra, o hacer acto alguno. Seguido de esto, salió por la puerta principal.

Di un largo suspiro.

Me percaté del teléfono, el cual estaba colgando por la cuerda que lo sujetaba a penas. Escuche un ruido por la otra línea. Coloque este en mi oreja, tratando de escuchar mejor.

"¿Louis?"

"Hm . . . sigo aquí."

"¿Has escuchado todo?

"¡No! . . . digo, si." Dio una risa nerviosa. Maldito chismoso Louis. Escuché a mama bajar lentamente por las escaleras, era tiempo de colgar.

"Lou, mama viene, debo irme."

"No olvides llamar a Harry." Hice un sonido con mi boca, asintiendo. Muy poco después, sonó el corte de la línea. Colgué el teléfono.

"Hola mama."

"Polly, ¿Cómo estas amor?"

"Bien, creo." Asintió. Ella había bajado con los ánimos al tope. No la había visto como inusualmente lo hacía, ahora la veía mas feliz. Tal vez la visita de papa, y pensar que se iría a comportar mejor con ella la llenaba de sonrisas. Casi igual que a mi. Ella se dirigía hacia la cocina, silbando animada.

"¿Qué vas a hacer después?"

"Ver televisión, nada interesante."

"Bien, estare en mi habitación."

"¿Por qué bajaste?"

"Un poco de agua." Dijo eso mientras se servía en un vaso de plástico un poco de agua. Tomó un sorbo algo largo y luego con este, subió hasta su habitación.

Esta vez me había quedado aburrida. Era hija única y no tenia nadie con quien jugar. Tal vez un perrito me haría bien. Pero es claro que mama no lo permitiría.

Tenía muy pocas opciones, claramente en estos momentos estaría con Lou, pero él debe estar en la cena de la que tanto hablaba por la muerte de su tío.

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