Capitulo 32

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[Parte 2]

Traía un bolso gigante, en donde se podía ver una caja cuadrada.

"Hola." Besó delicadamente mi mejilla. El rubor se hizo presente en estas, calentándose de inmediato.

"Louis, ¿Qué haces acá?"

"Bueno, quedamos en que te daría una sorpresa." Dijo ubicando una gran y hermosa sonrisa picarona en su rostro. "No es de lo mejor, pero traje comida y una manta. ¿Vienes?"

Salió por el atajo del árbol. No estaba en condiciones de salir, con la ropa que traía puesta. Encontré unos shorts sobre mi cama, rápidamente me los puse, con mis zapatos y Salí. Nunca me había escapado de casa, pero estaba con Louis y me daba igual.

Fuimos caminando un poco mas allá de mi casa, algo cerca de la de Harry. Cruzamos unas cercas de madera, y llegamos a un jardín con luces amarillentas.

"¿En donde estamos?"

"En el jardín de la casa de mi tia."

"¿Sabe que estamos aquí?"

"Hm . . . no, pero ella ha salido, estamos solos." Sacó de su enorme bolso, una manta a cuadros rojos y blancos, la cual la puso sobre el jardín.

"Tal vez no sea lo mejor, ya que estamos en el jardín de mi tia, pero lo bueno es que he traido pizza y nutella." Me dijo con una sonrisa hermosa. "Y lo mejor es que estoy contigo, hermosa."

"¿Sabes? Siempre dices cosas lindas de mi, ¿Por qué no mis defectos? Como 'Hey péinate bonito' o 'Esa blusa no te queda bien'. Apreciaba mucho que Louis nunca me dijera cosas negativas, pero, ¿y si nunca se da cuenta de mis defectos? Podría perderlo muy pronto.

"Porque para mi eres perfecta." sus hermosos cumplidos me hacían sentir superior a todas las modelos ganadoras. Si era perfecta para él, era perfecta para alguien. Mis instintos decidieron darle un beso en su cachete rosa. Imaginen si por cada cumplido que me hacia, recibiera un beso. Ya hubiera recolectado un millón.

"¿Y ahora? " Mi estomago emitió un sonido raro. Tenía hambre, el olor fuerte de la pizza entraba por mis fosas nasales, el queso derretido y la salsa de tomate se mezclaban y en ese momento lo único que deseaba hacer era comerme un trozo.

"Tienes hambre, pequeña."

"Puede ser."

"Entonces abriremos esto." Acercó a nosotros la caja de pizza hawaiana, mi preferida. Esta traía 6 rebanadas. Wao, tres para cada una. No sería capaz de comerme todo.

***

Estábamos conversando sobre la manta. Habíamos probado de cada cosa, pero con las justas me comí dos pedazos de pizza.

Me recosté sobre el suelo, dejando ver las hermosas y numerosas estrellas. El cielo se encontraba reluciente y muy despejado, con una bella vista. Louis repitió mi acción, acostándose justo a mi lado izquierdo.

"Son varias estrellas."

"¿Qué puedes ver?"

"Veo un conejo."

"Yo una bella flor." Traté de buscar con mi mirada la figura que Lou había mencionado, pero por mas que buscaba, no veía una forma en flor.

"¿Ah si, en donde?"

"Justo aquí." Pasó su dedo por encima de nuestras cabezas, luego para señalarme. Hablaba de mi, yo era su «tal flor». Oh, muy lindo. "Tu eres mi flor."

"Dios santo, eres muy encantador."

"Mucho." Se sentó, para luego colocarse encima mio, con cuidado a no aplastarme. Su mirada y su rostro se encontraba muy cerca, casi rozando. Hubo un momento, en el que no dejaba de contemplar sus hermosos ojos, ya que la poca luz y el brillar de las estrellas le resaltaban mas. Lo único que podía oir en ese momento era el sonido de los grillos y su respiración. Este era el momento.

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