Capitulo 32

30 4 0
                                    

[Parte 1]

Llegué a mi casa exhausta. Louis después de dejarme, se fue hacia su hogar, y me quede intrigada por la supuesta sorpresa que me daría.

Hacía un calor de infierno.

"Hola hija, ¿Cómo te fue?" Mamá me saludó, pero yo estaba algo apurada, ya que Harry vendría a hablarme o a hacer cualquier cosa.

"Bien, estaré arriba." Le grité subiendo rápidamente las escaleras. Me encerré en mi cuarto, e inmediatamente abri mi closet para sacar algo con que estar. No quería ponerme vestidos ni nada de eso, estoy en casa y me puedo quedar tan solo en calzones.

Pero no.

Me dirigí hacia el baño. Tenía unas ganas inmensas de tomar una ducha. Y así lo hice. Me desnudé por completo y me metí sobre el agua helada. Mi cuerpo tembló por un momento, pero luego paso el frio. Una vez que acabe, Salí a cambiarme.

Saqué de un cajoncito un par de bóxers, no eran tan chicos, pero tampoco muy altos. Eran...perfectos. Me puse una blusa blanca muy cómoda, ya que era suelta y así me quede. Esos boxers, eran míos cuando necesitaba para las clases de deporte en la escuela.

Luego, hora de hacer las tareas.

Esta bien, la verdad es que nunca hacía tareas, menos en días viernes, sábados o domingos. Hoy estamos viernes, así que, solo me queda vagar y esperar a que Harry venga.

Cogí el peine sobre mi mesita de noche y empeze a peinar mi larga y ondulada cabellera. Tenía un color caramelo, pero cada vez que se secaba, se formaba un color rubio oscuro.

Minutos después oí el timbre de la casa. Seguro era Harry. Bajé lentamente, mientras pasaba por los pasillos, mamá se encontraba viendo sus novelas en la televisión, las cuales a veces me obligaba a ver con ella. Fui a abrirle al chico de afuera. Me encontraba descalza, pero el suelo de madera siempre se encontraba limpio.

"Bueno, estoy nervioso."

"Claro, pasa." Bromeé, mientras Harry ya se encontraba cerca de los sillones. Cerre la puerta por detrás, y fui hacia en donde estaba él.

"Uhm . . . lo lamento."

"No importa." Rascaba su rostro desesperado y su mirada estaba algo perdida.

"Dios, ¿Qué me ocurre?"

"Lo que ocurre, es que Sam te gusta y tienes miedo a que algo salga mal."

"Bruja." Di una carcajada. Sabía mas en el amor que cualquier otra persona presente. Había pasado mas momentos de odio-amor con él.

"Sólo adiviné."

"Te metiste a mi mente y leíste todo."

"Si, eso hice." Alcé los hombros mientras veía a Harry reírse. Vacilé un poco por el estado de el ruloso. Sus hoyuelos se veían de nuevo.

"¡Ayúdame!" Jaló de mi brazo, haciendo que me balanceara de un lado a otro. Rodé mis ojos, mis pestañas revoloteaban como mariposas.

"¿Qué puedo hacer?"

"¡Ayudarme!"

"¿Y como hago eso?"

"¡Ayudándome!"

"Sé mas coherente, Harry." Le dije atontada. Mis ojos no se podían encontrar de nuevo con los de él, sabiendo lo duro que sería y todos los recuerdos que me traía mirarlo cuando estaba enamorada de él. Como si fuera el único chico en el mundo. Hasta que apareció Lou.

"Estoy como un loco."

"Se nota."

"¿Qué crees que deba hacer? ¿Basta con solo ir al cine?"

"Las mujeres quieren algo más, Harry. Llévala a cenar."

"¿A dónde?"

"A un lugar."

"¡Polly,no juegues! Mi mente esta volando."

"Pájaro."

"Fea."

"¿Y tu guapo?"

"Eso depende de quien lo diga."

"Yo digo que eres mas feo que el

Jorobado." Echó una risa tormentosa que se escucho por toda la sala.

"Ya, y tu eres Megan Fox."

"Si."

"¡Deja de jugar! Mis manos tiemblan." Fruncí el seño. Mi mano derecha fue hacia el par de sus manos, tocándolas. En verdad estaban frías y si temblaban. Eso significaba cuanto le gustaba Sam.

"Ya, ya."

"¿Ahora?"

"Hm . . ."

"¿Qué le puede gustar a una chica? ¿algo en especial?"

***

Habían pasado dos horas, conversando sin parar con Harry y haciendo bromas. Eran las 6 en punto. Me había hablado cuanto amaba a la chica, blah blah. Me había hablado como era ella cuando estaba junto a él, blah blah.

Todo Sam.

Harry era una bala para hablar sobre ella, y parecía que lo único que tenia en su mente era ella y su perfección.

"¿Sabes que podrias darle?"

"¿Qué?"

"Alguna joya, pulsera o aretes."

"Tienes razón."

"Y creo que yo tengo algo parecido. Esta en mi habitación. ¿Me esperas?"

"Ve." Subí corriendo. Tenía guardado un par de aretes de plata. Mamá me los compro un día, pero decidió botarlos cuando se enteró que era alérgica a la plata. Yo decidí guardarlos, y sería un hermoso regalo.

Busqué por todos los cajones, hasta que encontré la bolsita de lana azulina.

Mi corazón salto cuando escuché un sonido al lado de mi ventana. Si la abrías podías ver un enorme árbol . me acerqué delicadamente hacia esa parte de la habitación, levantando las cortinas.

Lo primero que me llamó la atención, fueron sus relucientes y hermosos ojos azules. Louis había venido. No podía abrirle, ya que Harry escucharía y seguramente se molestaría conmigo. Oh Dios, ¿y si lou traía la sorpresa de la que tanto hablaba? Mierda, tenia que sacar a Harry de mi casa.

"Aguarda un momento." Le dije, para bajar rápida y apurada por las escaleras hacia donde estaba Harry sentado en el sofá.

"Bien, toma." Le puse la bolsita sobre las manos y lo jalé, haciendo que se parara. "Ahora, chau."

"¿Qué?"

"Debes irte, tengo sueño." Empujé por la parte de la espalda a Harry, haciendo que se dirigiera hacia la puerta y saliera.

"Polly ¿Qué?"

"¡Adiós! Nos vemos mañana, llámame." Cerré la puerta, subiendo ahora hacia donde Louis. Puse llave a la puerta de mi habitación y levante de la ventana, dejando pasar a Louis, que se encontraba recostado en el arbol gigante.

MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora