XXXVII

760 54 6
                                    

"Q-Qué...?" pregunta en medio del beso.

"T-Tu cita..." respondo.

"Eso puede esperar..." me dice.

"No," por fin lo detengo, "tienes que ir, así que vamos yo te acompaño."

"Está bien, pero yo iré solo, para así poderme acostumbrar."

"Me parece bien, entonces te veré más tarde," le doy un último beso.

"Prométeme que tú no te irás a ningún lado."

"Sí, te lo prometo," le digo mientras lo camino hacia la salida.

Tengo que mantener mi promesa hasta que él mejore, ya después me tendrá más confianza.

Pasaron los días, las semanas y así seguíamos. Él se iba y yo me quedaba.
Sin embargo, las llamadas extrañas me preocupaban un poco. Siempre me decía lo mismo, 'número equivocado'. Como él tenía mi celular, no había mucho que yo pudiera hacer mas que creerle.

"Prométeme que no irás a ningún lado," me dice.

"Te lo prometo," le respondo con un beso de despedida.

Esperé a que pasaran mas o menos 10 minutos. Quería sorprenderlo con un pastel cuando llegara para demostrarle lo orgullosa que estaba de él, ya que él me ha enseñado que sí quiere cambiar.

Una vez que salí, empecé a caminar un poco y de pronto me toman del brazo bruscamente.

"Adónde crees que vas?!" me pregunta Mario furioso.

"Creí que estabas-"

No me dejó terminar.

"Respóndeme! A caso estabas esperando a que pasaran los días para que me dejaras?!" me grita.

"Claro que no, y sueltame por favor, que me estás lastimando!" le digo.

Sin embargo, él no me hizo caso, me jaló hasta adentro y me tiró al sofá

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Sin embargo, él no me hizo caso, me jaló hasta adentro y me tiró al sofá. Luego me agarró ambos brazos con la misma fuerza de antes.

"No te voy a soltar hasta que me digas la verdad! Todo este tiempo te quedabas en casa y cumplías con tu promesa, pero sólo lo hacías para esperar a que un día me descuidara y me dejaras solo!"

"Espera, tú como sabes que me quedaba?" le pregunto.

"Yo te cuidaba desde afuera de la casa."

"Así que no has estado yendo a tus citas?!"

"Deja de cambiar el tema y contestame! Ibas a dejarme?!"

"No! Ahora tú responde mi pregunta, no has ido con tu psiquiatra?!"

De pronto, siento un inmenso dolor en mis muñecas al segundo en que usó más fuerza en mí. Comencé a llorar por dos razones, una por que me dolían mis brazos, y dos por que todo este tiempo me había mentido.

Obsesiona2 || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora