XLII

642 45 7
                                        

Al decir esto, Sebas se hechó a carcajadas.

Yo toda confundida y enojada le pregunto, "De qué te ríes imbécil?"

Una vez que se detiene, me responde, "Me río de lo que dijiste."

Aún confundida, le digo, "No veo lo gracioso en eso."

"Mira pequeña, yo no le temo a lo que acabas de decir, la que debería de temer aquí eres tú por que este sótano está 3 veces más profundo que lo normal, sin mencionar que tengo cámaras en todas partes," me dice, "así que, si intentas escapar, yo estaré aquí para impedirlo."

Genial, pensé. Estaba viviendo lo mismo que había vivido en el pasado con Mario. Sin embargo, esta vez no solté ni una lágrima, decidí mantenerme fuerte. Le escupí en la cara y este me miró furioso.

"Si te vas a comportar así conmigo, recibirás el mismo comportamiento de regreso, pero el doble de peor," me dice.

"Yo no te tengo miedo!" le grito, "Anda, pégame! Sólo demostrarás lo cobarde que eres."

"Yuliana, no me tientes que no quieres ver como me pongo cuando me enojo," él me advierte

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Yuliana, no me tientes que no quieres ver como me pongo cuando me enojo," él me advierte.

"Sabes qué? Me vale."

Después de decir esto, Sebastián golpeó el piso con fuerza, causando que yo diera un leve brinco.

"Vamos a ver si te vale el castigo que te voy a poner esta noche," su expresión cambió de una furiosa a una malvada en cuestión de segundos.

Después de decir esto, me levantó y miré que se dirigía hacia un tipo de jaula.

"Suel-ta-me! AUXILIO! QUE ALGUIEN ME AYUDE!" grité pero era inútil.

"Puedes gritar todo lo que quieras, pero nadie te va a escuchar," me dice mientras se ríe.

Me avienta adentro de la jaula para luego cerrar la puerta con candado, al igual que yo tenía uno puesto.

"Eres un desgraciado!" le grito.

Él sólo se reía mientras que yo seguía gritanto por ayuda.

"No desperdicies toda tu voz en un par de horas porque lo necesitarás para más tarde para gritar mi nombre."

"De ninguna manera gritaré el nombre de un psicópata como tú!"

"Ah pero lo hiciste con Mario, no?" me pregunta.

"No... Además es algo que no te incumbe!"

"Ah mira nomas, será un placer aún más grande sabiendo que te lo haré antes que tu novio."

"No lo harás idiota!"

"Ya veremos en una noche," dice soplándome un beso para luego sonreírme pícaramente.

"No veremos nada!" le grito cuando se va.

Obsesiona2 || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora