De pronto, Mario me tomó en sus brazos y me cargó como un costal de papas, llevándome directamente al baño. Por más que le golpeaba la espalda para que me bajara, mis manos diminutas no hacían nada más que darle como un pequeño masaje.
"Mario, bájame ahora mismo," le ordeno.
"Tú dijiste que querías ver," me recuerda.
"Okay ya vi, ahora déjame ir."
Antes de bajarme, cerró la puerta del baño con seguro y me a colocó contra la pared.
"No me hagas quitarte la ropa yo mismo," me susurra al oído.
De tan sólo sentir su cálido aliento, causó que me dieran escalofríos por toda la espalda. Su cuerpo estaba cada vez más cerca al mío y no tenía escapatoria. Dentro de poco, sus labios se encontraron con los míos. La intensidad del beso crecía, al igual que mi falta de respiración.
De alguna forma, terminamos bañándonos juntos a pesar de que lo detuve cuando quiso ir aún más lejos. Una vez que acabé de ponerme la ropa, decidí hablar sobre lo que había ocurrido hace poco.
"Mario.." comencé.
"Dime, mi niña."
"Perdóname."
"Pero por qué, belleza? Tú no has hecho nada malo," dice al tomarme de las mejillas.
"Hablo de lo de hace rato."
"Mírame," él espera a que lo mire a los ojos, "tú nunca tienes que disculparte conmigo por algo así, yo entiendo que debo esperar."
Algunas lágrimas comenzaron a rodar por mis mejillas antes de que lo abrazara con todas mis fuerzas.
"Te amo," le digo mientras tenía mi cabeza recostada en su pecho y mis pequeños brazos alrededor de él.
"Yo te amo más," responde antes de darme un beso en la frente.
Después de algunos minutos, nos separamos y salimos a buscar todo lo necesario para la casa. Para empezar, seleccionamos varios muebles. No tenía ni idea de donde Mario había sacado el dinero, pero según él, eran sus ahorros.
Yo he pensado en buscar trabajo, pero aún se le dificulta a Mario dejarme sola y no lo culpo, por que a mí también me da un poco de miedo estar sola. Creí que nunca encontraría trabajo hasta que un día llegó a mí de una forma extraña.
Nos encontrábamos en una tienda de ropa. Había una blusa que me encantaba pero desafortunadamente no había de mi talla. Decidí preguntarle a alguien si no tenían más y fue cuando llegó mi 'oportunidad'.
ESTÁS LEYENDO
Obsesiona2 || Mario Bautista
Novela JuvenilSegunda Temporada - Ya Leyeron La Advertencia En La Primera Temporada🤷 - "No quiero causarte más daño." - "Yo sé que él vendrá por mí." - Primera Temporada: Obsesionado - No es permitido hacer copias o adaptaciones