XXXV

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Después de terminar de comer, decidimos pasar el resto del día viendo mi serie favorita. Mientras yo la miraba, él no dejaba de mirarme.

Volteo a verlo.

"Por qué me miras así?" reí.

"Es que eres tan hermosa..." dice, "y me siento tan afortunado de tenerte."

Sonreí.

"Yo también me siento igual."

Mario me toma del mentón y une nuestros labios en un beso apasionado. Me tomó de la cintura y se acostó en la alfombra para que yo quedara encima de él. Luego nos dio la vuelta y comenzó a darme pequeños besitos por todas partes, causando que me dieran cosquillas.

"M-Mario," reí, "ya basta."

"Si me prometes una cosa," me propone.

"A ver, que promesa quieres?"

"Quiero nuestra promesa de Siempre Juntos."

"Ay ya te dije que sí, acaso no te lo he demostrado todo este tiempo en el hospital?" le pregunto.

"Pues sí, pero..."

"Pero nada," le digo, "ahora ven y dame mi beso de buenas noches."

"No tienes que pedírmelo dos veces."

Después del beso, nos fuimos a acostar.

A la mañana siguiente, desperté con los pequeños ronquidos de Mario

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A la mañana siguiente, desperté con los pequeños ronquidos de Mario. Se veía tan lindo durmiendo, tanto que no quería despertarlo. Sin embargo, tenía que hacerlo, ya que tenía cita con su psiquiatra todos días.

"Mario, Mario." comencé a llamarlo despacito.

"Mmm... 5 minutos más."

"No, tienes que ir a tu cita de todos los días, recuerdas?"

"No quiero ir..." me dice.

"Te levantas o te levanto."

No dijo nada.

Me subí encima de él y esto hizo que abriera los ojos en un instante.

"Ah, no que bien dormido," dije bajándome de él pero me toma de la mano.

"Dame un besito y me levanto."

"No, primero levántate y alistate para irnos."

"Ash, está bien," responde quejándose.

Mientras él se cambiaba en su cuarto, yo me salí y me fui al mío para hacer lo mismo. Una vez estando lista, me dirigí hacia la cocina y empecé a hacerme un bagel con crema.

Cuando terminé de ponerle la crema, me fui al refrigerador a guardar las cosas y Mario sólo llegó a darle una mordida.

"Oye!" dije arrebatándoselo de la mano.

"Dónde está el mío?"

"Háztelo tú, acabo de guardar la crema," le digo dándole una mordida a mi bagel.

"Umm... Nah, aquí tengo este," dice mientras le da otra mordida a mi desayuno.

"Si no dejas de comerte mi bagel, vas a ver..."

Obsesiona2 || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora