XXXVI

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Mario le da otro mordisco a mi desayuno y voltea a verme con una mirada desafiante.

"Que vas a hacer?" me pregunta.
(Vas a caer🎶 JAJaja... Ok no😂. Sólo las bautisters entenderán).

"Si no dejas de hacerlo, te voy a besar," le digo.

Él me mira sorprendido y continúa comiendo del bagel que tenía en la mano.

"Cierra los ojos," le ordeno, "abre la boca."

Hace lo que le pido e intento no reírme. Para decir verdad, se miraba torpemente lindo ya que sí se la creyó.

"Toma tu beso!" le digo mientras le meto la comida a la boca y me voy corriendo.

"Hija de... Ahorita vas a ver!" lo escucho gritar desde lejos mientras que yo me río como una pendeja.

Corro a una habitación y me escondo debajo de la cama. Aguanto la risa y la respiración para que no me encuentre, pero cuando entra, se me escapa una pequeña risa.

"Dónde podrás estar..." dice.

Me trago la saliva al ver sus pasos cada vez más cerca. Rápidamente, me cubro la cara, como si mis manos podrían esconderme mejor. Moví mis dedos un poco para echar un pequeño vistazo y para mi sorpresa, ya no estaba.

Comienzo a reírme a un volumen que apenas se puede oír, ya que creía que Mario se había ido. Sin embargo, de repente alguien me jala de los pies.

"Ah!" grito asustada.

"Te tengo!" Mario me sonríe pícaramente y me arroja a la cama.

"Por favor no me vayas a hacer-"
Antes de poder terminar, me corta la oración y comienza a darme cosquillas.

"M-Mario n-no," le pido entre risas.

"Si me detengo, prometes darme ese beso?" me pregunta.

"Esta-a b-bien."

Por fin se detiene y se pone encima de mí, sin colocar todo su peso, mirándome fijamente a los ojos

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Por fin se detiene y se pone encima de mí, sin colocar todo su peso, mirándome fijamente a los ojos.

Comienza colocando un mechón de mi cabello detrás de mi oído, para después acariciar el resto.

Como se tardaba tanto en besarme, yo lo tomo por sorpresa y lo acerco a mí para besarlo. El beso era apasionado y lento. Sin embargo, él lo hacía cada vez más profundo, causando que lo disfrutara aun más.

Los descansos que tomába por falta de respiración, sólo duraban algunos segundos y luego volvía a besarme de la misma manera. Tenía que admitir que podía quederme con él por un largo tiempo así, pero después recordé que tenía su cita de esta mañana.

"Mmario," empiezo a empujarlo levemente.

Obsesiona2 || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora