LIV

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"No te hagas Alberto."

"En serio no sé de qué hablas."

"Haha, muy gracioso," me río sarcásticamente, "ya deja de jugar."

"Pero no estoy jugando, acabo de llegar."

Esta vez sonaba bastante serio cuando me respondió.

"Entonces.."

"Entonces qué?"

"Nada, olvídalo, probablemente sólo estaba cansada."

"De acuerdo, nos vamos?"

"Sí.."

Podía jurar que sentía una mirada mientras caminaba por la tienda. Sin embargo, no quise hablar más de ese tema para no preocupar a Mario. Sólo espero que haya sido el cansancio que me hizo sentir de esa manera.

"Por qué tan pensativa?" me pregunta Mario.

"No estoy pensativa."

"Sólo has estado picando tu comida con el tenedor y no me estabas poniendo atención hasta ahora."

"Lo siento, es que estoy algo cansada."

En ese momento, él se va del comedor sin decir nada. Supongo que tal vez lo hice enojar. Antes de ir a buscarlo, terminé de comer y me puse a lavar los platos. Una vez que acabé de hacer todo, di la vuelta y me encontré con Mario. Caminé un poco y lo abracé.

"Perdóname," le digo antes de empezar a besarlo por toda la cara.

"Pero por qué?"

"Por lo de hace rato."

"No tienes por que pedirme perdón, al contrario, me alegra que me hayas dicho lo que sentías para poder prepararte una sorpresa."

Mario me cubrió los ojos y me dirigió a quien sabe dónde.

"Antes de mostrarte lo que es, quieres adivinar lo que es?" me pregunta.

Comencé a usar el resto de mis sentidos para adivinar que era.

"Mm.. el lugar se siente cálido.. ese aroma.. acaso son rosas?"

"Algo así, pero no exactamente."

"No tengo ni idea de que puede ser."

"Estás lista para ver qué es?"

Sólo me limité a asentir y removió sus manos de inmediato. Dentro de poco me di la vuelta para abrazarlo de nuevo.

"Te amo," le digo antes de darle un beso.

"Yo más," responde, "bueno, ahora te dejo para que te relajes."

Estaba a punto de irse cuando yo decido detenerlo.

"No te vayas," le pido antes de volver a besarlo.

Ambos nos metimos al agua y nos quedamos así por un tiempo, disfrutando del baño con burbujas y del aroma a rosas de las velas

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Ambos nos metimos al agua y nos quedamos así por un tiempo, disfrutando del baño con burbujas y del aroma a rosas de las velas.

Horas después nos encontrábamos en la sala mirando películas enredados en una cobija. Tiempo después, dejé de ponerle atención a la televisión.

Obsesiona2 || Mario BautistaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora