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—Eres un idiota— Dijo con una risa mientras lo golpeaba en su estómago.

—Y tú eres un imbécil— Le dijo con rabia mientras lo miraba a los ojos.

—Ah— Exhaló —Siento que estoy perdiendo mi tiempo contigo— Dijo aburrido.

—Estúpido— Escupió esas palabras.

—Extraño, ya ni siquiera me enfada— Rió —A ver si nos encontramos mañana, pequeño saco de excremento— Rió más fuerte.

Esos dos: Kang Daniel y Ong Seungwoo. El que estaba recibiendo la paliza era Seungwoo y el que se la estaba dando era Daniel.

Ya era un poco normal que eso pasará, aunque no tenía porque serlo.

Daniel era el típico chico popular, guapo, con amigos que sentía que podía gobernar al mundo, o al menos eso aparentaba. Las chicas morían por él; rodeado de mujeres, homofobico y abusador. Así era él.

Y la gente no lo veía como algo malo, excepto por su víctima.

Seungwoo era el chico que Daniel adoraba, golpear, molestar, humillar, etc. Seungwoo siempre pensaba que un día Daniel iba dejar de verle la gracia a eso, pero ese día estaba lejos, muy lejos. Seungwoo tenía a sus amigos. No eran las personas más populares, de hecho, se podían considerar como los "Who?". Y aunque esto no le molestaba ni a él ni a sus amigos, no entendía cual era la maña de Daniel en tratarlo como basura.

Y no ayudaba que en cada año los dos chicos quedaran en la misma clase, desde tercero de primaria.

Oh sí. Aunque los abusos empezaron desde secundaria, estos dos ya se llevaban mal desde temprano, y probablemente era culpa de Daniel, pues Seungwoo, hasta donde recuerda, no le hizo nada a Daniel.

Y cuando se trataban de golpizas, no le convenía tratar de golpear a Daniel también, pues solo acabaría peor, y eso no era lo que quería precisamente.

Así que mayoría del tiempo se aseguraba de no estar cerca de Daniel.

Y ya que se había acabado el ciclo escolar, podía disfrutar al máximo las vacaciones sin Daniel, para luego encontrarse con él de nuevo de el colegio, probablemente, en su misma clase.

《~》

Seungwoo regresó a su casa. Tenía manchas de sangre en la cara y lo golpes probablemente se convertirían en moretones el día siguiente.

Agradeció que sus padres estaban dormidos, no quería tener que darles explicaciones falsas de porque terminó en ese estado.

De hecho, ni siquiera él sabía como terminó en eso. Según él, solo salió a comprar algo, y fue a un callejón porque encontró algo, y para su mala suerte, Daniel estaba ahí, y probablemente estaba aburrido o algo, pero comenzó a golpearlo, como era costumbre.

Ya ni siquiera quiso pensar más en eso.

Así que solo lo olvidó.

Limpió sus heridas, se puso su pijama y se fue a dormir.

Aun le dolía si tocaba donde había recibido los golpes. Eso hizo que fuera más difícil el poder dormir. Pero al final, lo consiguió, y no iba a despertar hasta que se hiciera de día o su madre llegara a despertarlo.

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Escuchó unos pasos entrar a su habitación, para que luego la luz del sol le diera en toda la cara.

Abrió sus ojos para ver de quién se trataba, y como lo sospechaba, era su madre.

—¿Seguirás dormido toda la tarde?— Le preguntó su madre.

Based on lies (Ongniel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora