Based on lies (Ongniel)

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—Bien, Daniel, te veré en el gimnasio más tarde— Le dijo el mismo chico de la fiesta.

El chico salió del salón.

Kuanlin se le quedo viendo a Daniel.

—No lo hagamos Daniel, es una estupidez— Dijo preocupado.

—Yo tampoco quiero... pero no es como si tuviéramos otra opción— Suspiró.

—¿Opción de que? ¿Nuestra dignidad se irá al caño? ¡Que se vaya! Pase lo que pase, es una pésima idea—

—No dejare que me llamen de cualquier forma— Daniel pausó dos segundos —De nuevo—

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—Todos por favor a sus lugares— Indicó la maestra en cuanto entró a la clase.

Doyeon se sentó al lado de Seungwoo, y pudo notar que estaba al filo de quedarse dormido en plena clase.

—¿Seungwoo?— Preguntó con una risita.

—¡Estoy despierto!— Reaccionó de golpe, y si Doyeon se hubiera sido de esas que se asustan con facilidad, le hubiera dado un golpe.

—Pues, ahora sí—

—No dormí ayer, no me juzgues...— Se talló los ojos.

—No lo hago—

—¿Tú que dirías si te digo que quiero una moto?— El cambio de conversación repentino hizo que Doyeon hiciera una expresión de confusión.

—¿Una moto? ¿Para qué?— Se cruzó de brazos.

—Pues— Se puso a pensar.

—Espera, ¿Daniel te dijo algo otra vez?— En ese momento, Seungwoo pudo asegurar que la teoría que las mujeres tenían un sexto sentido era real.

—Eh... sí— Admitió, con pena.

—Solo ignóralo, no vale la pena, ya lo dijimos— Posó su mano en el hombro de su amigo.

—Supongo que... tienen razón— Pero aun así, no pudo evitar dejar de sentir eso.

Tal vez, realmente no quería demostrarle nada a Daniel, solo quería que este dejara todo eso atrás y se empezará a comportar como una persona civilizada.
Y gracias a Daniel, Seungwoo se estaba convirtiendo en un paranoico que le importaba mucho lo que dijeran de él, fuera bueno o malo.

Observaron como su amigo Woojin llegó tarde, y se pusieron a platicar el resto de la clase.

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—¿Que clase tenemos?— Preguntó Woojin a sus dos amigos.

—¡Educación física!— Exclamó Doyeon, contenta y emocionada.

—Ahh— Gruñó Seungwoo en formato de quejido.

—Odio esa clase— Añadió Woojin.

Doyeon era una chica más activa que sus otros dos amigos flojos, como le gustaba describirlos.

—Tenemos que ir al campo, ¿Por qué no mejor nos saltamos la clase?— Sugirió Woojin.

—Buena idea, pero no— Seungwoo no quería tener una mala nota tan pronto.

—Tontos— Murmuró Doyeon, pero no la escucharon.

Llegaron al campo. El profesor separó el grupo por chicos y chicas, lo cual, era un poco una estupidez, según Doyeon; mientras que los chicos jugaban fútbol, basketball o esos juegos que ella consideraba muy divertidos, a las chicas solo las ponían a hacer ejercicios realmente básicos, que incluso un pequeño de tres años podía hacer, y las chicas aún así se quejaban.