Harry Potter -famoso auror- y Ginny Weasley -ex cazadora profesional- tiene una relación de seis años, una casa y dos hijos. Su vida es "perfecta". Pero, la perfección no existe y la paz es solo una ilusión. Ginny lo sabe, sus sueños constantes con...
En un concurrido bar de un hotel, un mago bebía enérgicamente el tercer trago de la noche bajo la atenta mirada de una mujer de rizados cabellos caoba. Las perlas blancas de su boca, al descubierto, parecían deslumbrar al hombre de gafas oscuras. En medio de su conversación una insistente vibración proveniente del bolsillo izquierdo del pantalón, lo distrae.
—Contesta —Dice la mujer pasando un rizo tras su oreja —Es la quinta vez que te llaman, debe ser importante.
El hombre suspira molesto, dejándolo sonar —No te preocupes, es mi esposa. Se está volviendo loca.
—Yo también me volvería loca si mi esposo estuviera bebiendo en el bar de un hotel acompañado de una mujer como yo —dice acercándose hasta susurrar la última palabra en su oído.
El hombre traga saliva mientras ve como el barman guiña un ojo con picardía. El anillo en su bolsillo parece pesar media tonelada de un momento a otro cuando los labios de la mujer se deslizan muy cerca de su oreja.
—Me estaría volviendo loca —repite, su tibio aliento choca contra la piel de Harry. Su piel se vuelve de gallina. El teléfono en su mano vibra otra vez, sobresaltándolo. El vaso de whisky se derrama sobre la falda del vestido rojo.
—¡Oh, no! ¡Lo siento! No era mi intención...
La mujer sonríe, sin una pisca de enojo en su coqueta mirada —Creo que debería ir a mi habitación a cambiarme, ¿gustarías acompañarme?
El teléfono se ilumina otra vez.
—Acompáñame cuando termines tu charla, estaré esperándote —Dejó un beso marcado en su mejilla y una llave electrónica en su mano.
Harry la observa caminar hacia el vestíbulo sacudiendo la cadera y atrayendo miradas. Está a punto de seguirla cuando el teléfono, ese maldito aparato, vibra otra vez. Resopla por la nariz, deslizando su dedo índice por la pantalla antes de acercarlo a su oído.
—Ginny —Dice sin molestarse en saludar— te he pedido cientos de veces que no me llames cuando estoy trabajando, podría estar en medio de una misión y tu llamada podría costarme la vi...
—Harry Potter... —Interrumpe una voz femenina que obviamente no es la de su esposa. Se escucha débil como si estuviera lejos del teléfono y luchara por pronunciar las palabras correctamente. —Harry...
—Sí, soy yo... ¿Quién habla?
—La madre de tu hija —Harry guarda silencio. Una parte de su cerebro confundido le exige que cuelgue la llamada, mientras que otra parte se encuentra horrorizada por lo que implica — Necesito tu ayuda... Ellos... ellos saben...
—¿Qué saben? —Exige— ¿Quién eres?
—Saben donde esta Lily.
Lily
Harry sale rápidamente del bar sin pagar ni disculparse con la guapa mujer que lo espera en la habitación 101.
El barman sigue sonriendo mientras ve como escapa sin pagar lo que consumió en las últimas horas. Toma su teléfono y escribe un mensaje antes de seguir con su trabajo.
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