Capítulo 21.

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Todo se había transformado en una telaraña infinita. Cuando pensabas que ya habias llegado al final, resultaba que habias estado retrocediendo todo el tiempo.

Las pistas y evidencia eran nulas, sólo eran simples suposiciones a causa de un par de cartas.

Había que reconocerlo, aquel asesino siempre lograba eliminar su presencia de la escena del crimen, sin importar lo más violento y sangriento que hubiera sido el asesinato, siempre parecería que había sido un fantasma.

Más a pesar de eso, nadie podia negar que estaban cerca de encontrar el verdadero perfil psicológico y social del asesino, pero por supuesto, él no dejaría que tuvieran una pista sólida de él.

¿Cuál era la mejor forma de derrumbar todo el avance policiaco?

Fácil, colocandolos unos contra otros.

La confianza siempre había faltado en ese pequeño grupo de investigadores, y el estrés que sentían tras cada asesinato y carta los había guiado a donde estaban ahora.

Sin evidencias, separados, sin el caso en manos, vigilados, y sobre todo, con ambos rubios secuestrados.

Solamente habían sido los títeres de aquel sujetó, que sin trabajo alguno había logrado mover los hilos de sus decisiones.

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-Maestro, ¿me llamo? -Pregunto con voz baja y casi insegura Gufuu, apenas dando dos pasos dentro de esa habitación plastificada de fotos del rubio preso.

No lo iba a negar, a pesar de ser casi tres cabezas más alto y fuerte que su maestro, no evitaba que le tuviera un profundo miedo, ya habia visto como ese psicópata había matado a un levantador de pesas con solo una toalla, y como torturaba a las pobres chicas que estaban encadenadas en el sótano.

Habia tenido suerte de ser reclutado como su alumno y no como una amenaza.

-¿Ya activaste la bomba que le puse al rubio llorón? -Estaba enojado, lo podia decir claramente por aquel tono de voz dulce e infantil que usaba, él sabía perfectamente que aún no lo había hecho.

-No, lo siento mucho maestro, disculpe mi incompetencia, yo lo hare enseguida -Trato de justificarse, sabía que podía correr con la misma suerte que su segundo ayudante. Asi que solo avanzo de espaldas hacia la puerta- No perderé más de su tiempo

-No, esta bien -De acuerdo, no sabía porque el cambio de tomo y actitud del menor, pero no lo iba a desaprovechar- Debe de estar llevando al rubio al hospital más cercano, tardará una media hora en llegar a este, cuando crucen la puerta y lleguen a recepción...

-¿los hago explotar? -Pregunto el lavanda oscuro por inercia, tapando enseguida su boca con sus manos temblorosas.

Había interrumpido a su maestro.

-¡Correcto! -Exclamó feliz, dando algunos aplausos de felicidad, sólo unos cuantos antes de detenerse para sonreirle- Por fin estas aprendiendo, ahora vete, que necesito pensar en como deshacerme de los policías que se ocultan en el patio de mi antigua casa por prevención

-Si mi maestro -Contestó el mayor, haciendo una reverencia antes de abrir la puerta, dispuesto a salir

-¡Una cosa más licuado de mora! -Y con esas palabras el más alto se detuvo para voltear a ver a su maestro- Cuando te folles a la judia, taparle la boca, esos gritos asustaron a mi Vio-koi

¿Acosado...? -Shadow x VioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora