Íntimo.

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Cubrió su cabello con la pequeña toalla gris que comenzó a mover contra su cabeza para quitar el exceso de agua que pudiese tener. No fue necesario que mirara por donde caminaba, ya se conocía el loft como la palma de su mano aunque llevase menos de una semana en ese lugar.

Sus pies descalzos recibían con gratitud lo frío que estaba el piso.

Sus labios ardían pero ya tenía claro que su cicatrización era infinitamente más rápida de lo que le habían enseñado en sus años de universidad y sus años de niñez.

¿De verdad estaba muerto? Mierda, era tan difícil de creer.

Dio un respingo y se detuvo cuando el sonido de unas llaves se escuchó repentinamente. Quitó la toalla de su cabeza y la dejó sobre sus hombros son importarle si su cabello estaba alborotado. No le costó demasiado encontrar a JongIn. El moreno tenía una expresión de pocos amigos mientras se rebuscaba en los bolsillos de su negra chaqueta de cuero.

¿Iba a alguna parte?

ChanYeol recorrió con la mirada el cuerpo de JongIn, desde la cabeza hasta los pies.

El moreno traía su cabello peinado hacia arriba de una manera que lo hacía ver demasiado varonil. Sus jeans negros y ajustados bajaban con una gracia espectacular por esas fibrosas piernas que se veían aún más contorneadas gracias a la prenda oscura que, además, contrastaba con la blanca camiseta que tenía metida en la pretina del pantalón. Traía encima una chaqueta de cuero y, para terminar, unos botines ni tan casuales ni tan formales, que resaltaban su masculinidad.

ChanYeol carraspeó. ¿Qué carajos estaba pensando? Y ese simple sonido hizo que JongIn alzara la cabeza y lo mirara con fiereza.

Mierda.


—Eh... ¿Vas a salir?


Intentó preguntar con simpatía (la misma que le caracterizaba cuando aún no sentía que todo apestaba gracias a que estaba muerto pero vivo). Alzó las cejas, manteniendo una sonrisa sutil con la cual esperaba calmar a JongIn. El moreno llevaba un par de días tan molesto que apenas y le dirigía la palabra, a excepción de cuando estaban en práctica y le indicaba que estaba haciendo pésimo las cosas.

JongIn arqueó una de sus cejas, deteniendo el movimiento de sus manos dentro de los bolsillos de aquella chaqueta de cuero.

ChanYeol tragó saliva.


—Sí. Quiero y necesito estar solo.


Golpe bajo.

Aunque bueno, él no había decidido irse a vivir con el moreno. Suponía que eso duraría el tiempo en que estuviese en práctica. ¿No?

ChanYeol parpadeó rápido cuando JongIn suspiró.


—Aunque quizás no debería. Si al menos supieras manejar tu arma... Todo sería más fácil.


Oh. Así que de eso se trataba.


—Deberías tomarte las cosas en serio, ChanYeol. Necesito retomar mi vida.


¿Qué mierda con ese comentario? Él no lo obligó a que tomara su alma.

ChanYeol frunció el ceño. Ese comentario le había fastidiado más de lo debido.

Alas y Tridentes. (ChanKai/KaiYeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora